Licenciada en Derecho por la Universidad de Valladolid, y con dos másteres (uno en Propiedad Intelectual y otro en Dirección Comercial y Marketing), Nuria Marcos, directora general de Pons IP, es experta en propiedad intelectual e industrial, algo fundamental para el crecimiento de las empresas. Lamentablemente, en España no se le ha dado la importancia necesaria. Sin embargo, el momento actual, marcado por una pandemia y una guerra que aceleran la transformación digital, podría servir para dar un giro de 180º a esta situación y promover la innovación que necesitan nuestras compañías para crecer a través de inversiones como las de los fondos europeos.
P: El mundo ha sido golpeado por una pandemia, que como efecto no previsto impulsó la actividad innovadora y la colaboración entre empresas y entidades públicas en España y el mundo. Ahora, una guerra que va a tener consecuencias en las empresas de todo el globo. ¿Cómo ve el futuro de la economía?
Nuria Marcos: La pandemia tuvo un impacto muy potente para las industrias y empresas españolas y creo que lo que más se ha aprendido es a ser resilientes. Esto ha producido un cambio profundo en las empresas. Es cierto que nos enfrentamos a una situación geopolítica altamente complicada con el tema de Rusia y Ucrania, que también nos va a hacer cambiar probablemente los hábitos de consumo y va a afectar a nivel económico de forma muy potente. Pero creo que las lecciones aprendidas de la etapa anterior —como son la digitalización y los fondos europeos que han ayudado a esa transformación— van a permitir que las empresas españolas consigan, por un lado, la reindustrialización del país y, por otro lado, generar activos que se queden en el país.
P: ¿Cómo considera que puede impactar esta situación en las decisiones relevantes sobre inversión en I+D de las compañías?
NM: En España somos grandes generadores de conocimiento, pero nos cuesta innovar. Creo que tenemos que aprovechar este momento para dar ese paso. Hemos sido líderes en horizonte 2020. Las universidades y los centros tecnológicos han sido los que han generado este conocimiento y movilizado esta situación. Ahora tenemos que ser capaces de transformar ese conocimiento en innovación. Para eso necesitamos generar nuevas políticas que permitan esa transferencia de conocimiento del dominio público al privado, generando fondos, un banco normativo para esto y permitiendo a las empresas sean una parte de esa innovación.
P: Ha mencionado los fondos europeos, ¿cómo cree que los ha gestionado el Gobierno?
NM: Creo que hay una situación de incertidumbre ahora mismo. Ha sido una cantidad ingente de dinero, de difícil distribución, con criterios eficientes… Es un momento de aprovechar la ocasión. Si no somos capaces de revertir esos fondos en innovación, en reindustrialización del país y en generar activos relevantes en aquellos campos o sectores en los que somos realmente punteros, creo que vamos a perder la ocasión. Hay que tratar que el reparto de los fondos se haga entendiendo cuál es la necesidad de cada uno de esos negocios para poder llevar a cabo ese cambio, y tratar de que las empresas puedan acceder a ellos.
P: ¿Hacia dónde cree que debe enfocarse España para crecer de cara al futuro? ¿Por dónde deben ir la innovación y la reindustrialización?
NM: Pues tenemos que poner en valor aquello en lo que somos buenos. Somos líderes en temas de vehículos eléctricos, somos buenos en renovables y tenemos ahí una oportunidad que es muy relevante en tema de sostenibilidad, está también la biotecnología, que era un nicho, pero es una gran oportunidad; y hay otra muy relevante que es aplicar las nuevas tecnologías a los modelos de negocio industriales. Somos capaces de generar modelos con alto valor tecnológico e innovador, somos capaces de hacer plataformas para gestionar la movilidad de forma útil conectando infraestructuras con vehículos… Yo creo que tenemos nichos en los que podemos ser líderes y tenemos que aprovechar la oportunidad de los fondos, que no va a volver a pasar.
P: Toda actividad empresarial lleva implícito un factor legal. Vosotros sois expertos en propiedad intelectual e industrial, y trabajáis con las empresas más innovadoras de nuestro país. ¿A qué nos referimos con estos términos?
NM: Bueno, vamos a empezar por un pequeño hándicap que tenemos, y es que España todavía no está en el mapa de los países europeos y de la OCDE que patentan mucho. Las patentes son un indicador del nivel de innovación del país muy usado internacionalmente. Si la media española son 1.400 patentes por residente al año, hay países como Italia, que tiene ocho veces más, o Francia, 13. Estamos muy lejos de eso. Tenemos que ser capaces de cambiarlo porque la propiedad industrial e intelectual es un vehículo para dar forma y conseguir mantener la titularidad y la explotación en exclusiva de lo que a las empresas les ha costado generar.
Por ejemplo, cuando hablamos de propiedad intelectual e industrial hablamos de valor de marca. A efectos del branding es muy relevante la protección de la marca porque es algo que ayuda en nuevos escenarios que se están planteando como el metaverso. También la gestión del talento tiene mucho que ver. Y, por supuesto, las patentes son un elemento claro de protección de activos innovadores intangibles.
P: Ha mencionado Italia y Francia, ¿también estamos muy retrasados frente al resto de la UE?
NM: España está muy por debajo de la media en patentes. No en generación de conocimiento. El número de papers que se publican es muy alto frente al número de solicitudes. Quizás el problema está en que no tenemos una industria potente. Nuestras empresas son muy pequeñas y no son capaces de llevar al mercado esa innovación. Lo que hay que hacer es dar tamaño a esas empresas.
P: ¿Cómo podemos hacerlo?
NM: Empezando por las políticas, esta oportunidad de los fondos que hemos dicho, hay que concienciar al sector público de la necesidad de generar recursos del tipo que sean para hacer que nuestras startups, pymes y micropymes sean capaces de llegar a ser grandes empresas que puedan competir a nivel europeo. Nos falta tamaño en nuestras empresas.
P: Falta músculo, ¿entonces? No es una cuestión de que no sepamos hacerlo, sino de que no tenemos los recursos.
NM: Yo creo que falta mejorar nuestro emprendimiento, animar a que el talento joven emprenda y que sepa que no pasa nada si te das un batacazo. Eso a los estadounidenses se les da fenomenal. Se caen y se vuelven a levantar. A eso hay que animar a nuestro talento joven. Pero para eso tenemos que facilitarle el acceso a los recursos que permitan que se animen a emprender, y que esas empresas que monten sean capaces de llegar a ser grandes empresas. Hay que apoyar el crecimiento de esas compañías.
P: ¿Cuáles son los retos de cara a futuro en lo que respecta a la propiedad intelectual e industrial?
NM: Los aspectos legales siempre han sido lo suficientemente elásticos como para permitir que las nuevas innovaciones, del tipo que sean, tengan acceso. Ya ocurrió cuando apareció Internet hace 30 años y cuando aparecieron los primeros smartphones hace 15, que los aspectos legales (privacidad, protección de datos, jurisdicciones en el entorno digital) se adaptaron. Actualmente, estamos en la misma situación. El metaverso es una realidad a la que se le podrán dar respuestas con las mismas herramientas.
P: Más allá del nivel institucional y público, ¿cree que las empresas tienen en cuenta la importancia de esto?
NM: La cultura de la propiedad intelectual e industrial es uno de los mejores caminos que pueden tener las empresas para conseguir todo el cambio que se ha acelerado con la pandemia y la digitalización, que les va a permitir estar en un sitio distinto. Pero cuesta que las empresas españolas lo tengan en cuenta. Las empresas españolas no son innovadoras por definición. Nuestros jóvenes talentos, que son muy creativos, acaban saliendo del país. Tenemos que generar ecosistemas útiles para que las empresas sepan que ese conocimiento es útil y que sea accesible para ellos.
P: Para terminar, ¿cómo crees que la revolución tecnológica está cambiando a las empresas a la hora de hablar de marca, de patentes…?
NM: El lenguaje de las empresas se ha sofisticado mucho en el entorno del branding y del marketing. Hablamos de marcas sostenibles, responsables, marcas con personalidad. Luego hay retos jurídicos que aparecen como el metaverso, la inteligencia artificial aplicada. Nosotros ayudamos a nuestros clientes a detectar infracciones de marca en Internet, a generar herramientas que permitan proteger archivos a través de blockchain. Herramientas sofisticadas que a su vez tratan de dar respuestas a necesidades cada vez más sofisticadas.