El campeonato anual de la NFL es siempre un bombardeo publicitario de cerveza, aperitivos y coches, pero, además, el partido de este año ha contado con algunas de las industrias que se han disparado en los últimos tiempos.
Las empresas de criptomonedas, los fabricantes de vehículos eléctricos y otras novedosas industrias han gastado millones de dólares para captar la atención de los aficionados al fútbol americano durante la rara ocasión en la que la gente realmente se preocupa por los anuncios.
La startup médica Hologic y la plataforma de comercio electrónico Rakuten fueron algunas de las muchas marcas que debutaron en la Super Bowl. También se pudo ver anunciantes veteranos como Verizon, AT&T y T-Mobile, que volvieron a impulsar las promesas del 5G.
Según la cadena NBCUniversal, más de treinta nuevas marcas compraron anuncios para emitir durante la Super Bowl LVI, y los nuevos anunciantes representan el 40% de todos los anuncios que se mostraron, siendo la mayoría de los recién llegados marcas de tecnología, viajes y automóviles. Incluso se vendieron varios espacios de treinta segundos por la cifra récord de siete millones de dólares (unos 6,2 millones de euros).
Las criptomonedas invaden la Super Bowl
Aunque las empresas de criptomonedas han gastado grandes cantidades de dinero este último año en el patrocinio de diversos equipos y estadios deportivos, esta es la primera vez que esta clase de activos emergentes aparecerá durante el mayor momento televisivo del año.
FTX, Crypto.com y eToro anunciaron sus planes de comprar tiempo de emisión antes del partido, pero la sorpresa llegó en el primer cuarto, cuando Coinbase emitió un anuncio no anunciado previamente con un código QR que rebotaba como un protector de pantalla de DVD de la vieja escuela y que, al ser escaneado, enlazaba con el sitio web de la plataforma de intercambio para un sorteo de cripto.
Más adelante en el partido, el anuncio de FTX protagonizado por Larry David repasa las innovaciones pasadas en el tiempo –ruedas, horquillas, bombillas, cohetes y música portátil– argumentando que el cripto podría ser igual de histórico. Y justo después del descanso, Crypto.com estrenó un nuevo anuncio en el que aparece la estrella de la NBA LeBron James diciéndole a una versión más joven de sí mismo de 2003 que el futuro tendrá auriculares inalámbricos, películas transmitidas a través de teléfonos y coches eléctricos.
En este sentido, Tom Morton, director de estrategia global de la agencia de publicidad R/GA, ha asegurado que las firmas de criptomonedas tienen más trabajo que hacer en la Super Bowl que otros anunciantes si quieren impulsar la adopción generalizada y llegar a ser tan grandes como las empresas financieras tradicionales.
Cuidar el planeta con vehículos eléctricos
Este año, los vehículos eléctricos vuelven a estar presentes. Así, BMW ha elegido a Arnold Schwarzenegger y Salma Hayek como dioses griegos retirados que luchan por disfrutar de su jubilación en la tierra hasta que llega el iX eléctrico para ayudarles a cargarse de energía, y Nissan cuenta con las estrellas de «Schitt’s Creek» Eugene Levy y Catherine O’Hara para sus anuncios. Por otra parte, Toyota, Kia y Polestar también están realizando anuncios con temática de vehículos eléctricos.
No sólo las marcas de coches intentan aprovechar la Super Bowl: la empresa de recarga de vehículos eléctricos Wallbox, con sede en Barcelona, también estrenó campaña con la esperanza de aprovechar el momento menos de un año después de salir a bolsa en el mercado de Nueva York.
Tecnología, criptomonedas… y también NFT
Más allá de las propias marcas tecnológicas, varios anunciantes de la Super Bowl LVI también están utilizando otra popular tendencia tecnológica del año pasado: los tokens no fungibles (NFT). Kia ha convertido a «Robo Dog», la estrella del anuncio de la marca de automóviles en la Super Bowl, en un NFT para recaudar fondos para la Fundación Petfinder. Para promocionar la nueva cerveza sin carbohidratos Bud Light Next, Bud Light creó una colección de 12.722 NFT que ya se han agotado. Budweiser de Anheuser-Busch también está dando la oportunidad de ganar una Heritage Can NFT a quienes tuiteen sobre el sorteo. E incluso la Puppy Bowl está vendiendo NFT digitales de perro para recaudar fondos para el rescate de animales de Ariana Grande.
La NFL y Ticketmaster incluso han convertido cada entrada de la Super Bowl en una NFT después de haber distribuido ya 250.000 durante la temporada regular y al menos 100.000 más durante los playoffs.
El legendario quarterback Eli Manning ha pasado este mes promocionando NFT «comestibles» como parte de su asociación con la salsa Frank’s RedHot. (Manning y su hermano Peyton Manning lanzaron su propia colección de NFT el año pasado).
Durante el Halftime Show de 2022, Pespi se asoció con Verizon y Snapchat en una experiencia de realidad aumentada para que la gente en casa pudiera tener una vista de primera fila desde su hogar.
Meta también ha tenido un anuncio propio en la Super Bowl este año para promocionar sus cascos de realidad virtual Quest. Y en lugar de publicar un anuncio real de la Super Bowl, Miller Lite construyó un bar virtual dentro del mundo virtual 3D Decentraland y regaló cerveza real a los clientes digitales.
Más de 380 millones de ingresos publicitarios
Los anuncios de 2022 muestran al menos lo que algunas de las marcas más influyentes esperan que ocurra en los próximos años. Además, de reportar un gran beneficio económico al evento.
La Super Bowl ha generado 434,5 millones de dólares (en torno a 380 millones de euros) en ingresos publicitarios, más que la Serie Mundial y las finales de la NBA y solo superado por los Juegos Olímpicos, según el análisis elaborado por Kantar.
Con NBC, la red de transmisión exclusiva de la Super Bowl, vendiendo anuncios a un precio récord informado de 6,5 millones de dólares (5,7 millones de euros) por treinta segundos de tiempo, frente a los 5,5 millones de dólares (4,8 millones de euros) del año anterior, se prevé que los ingresos superen el total de 2021. El coste unitario promedio de treinta segundos para este año representa un aumento del 6% sobre el precio promedio pagado por un comercial de treinta segundos en 2021, y un aumento del 10% con respecto a hace cinco años.