Si tu futuro jefe se emociona al hablar de un equipo dedicado en cuerpo y alma al proyecto, ¿significa que los empleados rebosan pasión hacia su trabajo, o más bien que es habitual que uno tenga que quedarse más allá del horario establecido para terminar tareas de última hora? Esta es la clase de cálculos que probablemente todos nos hacemos cuando nos planteamos entrar en una empresa.
Sin embargo, muchos demandantes de empleo están haciendo oídos sordos a las valiosas señales que se desprenden de algo tan revelador como olvidado: las oficinas de la empresa. La mayoría de los espacios de trabajo están hablan por sí solos de la cultura de empresa que se fomenta en su interior y del nivel de satisfacción de sus trabajadores.
1. La recepción. Mientras esperas a que te atiendan, observa cómo interactuan las personas que hay en la entrada o recepción. Si los empleados conversan con confianza con el o la recepcionista, significa que hay un ambiente cálido y poco clasista, donde todos los empleados están al mismo nivel, tengan el rol que tengan.
2. La cocina. Si tienes la oportunidad, revisa la nevera para detectar la presencia de notas amenazadoras entre empleados, que sugieren que hay una serie de normas de convivencia que deberían ser revisadas con urgencia antes de que un acto tan cotidiano merme las buenas relaciones.
3. Los escritorios y despachos. La mesa de trabajo y otros espacios individuales de cada uno de los trabajadores indica si la vida personal está reñida o no con la profesional, y de ese modo, si los empleados son considerados como personal o simplemente como manos ejecutoras del trabajo que se genere. Que los miembros del equipo se animen a exponer de alguna forma su vida personal es una buena señal del clima de trabajo.
4. Espacios comunes. Las salas de reuniones y los rincones donde suele haber reuniones rápidas o improvisadas también son un buen indicativo. Echa una mano a las pizarras o paneles donde se expongan proyectos y tareas: si están llenos de ideas nuevas que parecen haberse generado recientemente, tienes la prueba de que estás en un espacio donde se valora la iniciativa y la colaboración.
5. El baño. Los aseos son espacios delicados, y precisamente por ello especialmente sensibles. Si están plagados de carteles con prohibiciones o llamadas de atención, puedes empezar a sospechar. Si por el contrario son delicados y plagados de detalles como una buena decoración, ambientadores agradables, da una muestra del cuidado de los gerentes respecto a la comodidad más íntima de los empleados.