Un grupo de investigadores de la Universidad de Michigan y Universidad de Carolina del Norte analizaron un conjunto de datos sobre la empatía de una gran muestra de adultos del país. El estudio se centró en dos aspectos de la empatía: la propensión de los individuos a reaccionar de manera emocional a las experiencias de los demás, y la propensión a tratar de entender racionalmente la perspectiva de otras personas respecto a una misma cosa. El informe concluyó que la empatía tiende a seguir un patrón en forma de parábola a lo largo de la vida, de modo que los individuos de mediana edad tienen más empatía que los jóvenes y que los de edad avanzada. La muestra más empática resultó ser la de mujeres alrededor de los 50.
Los investigadores no están seguros de las causas que conforman esta evolución de la empatía, pero sostienen la hipótesis de que algunos aspectos cognitivos y la experiencia de las personas de mediana edad marcan la diferencia en esta cuestión. Los individuos de mayor edad pueden no serlo tanto porque el declive cognitivo puede afectar también a las funciones emocionales. Pero otra teoría dice que las personas de mediana edad bajo el foco de estudio eran proclives a ser más empáticos por influjo de la sociedad y del marco histórico y social bajo el que gestaron su personalidad.
Todas estas conclusiones científicas pueden ser un dato a tomar en cuenta si te encuentras a la caza de un mentor que te asesore para el progreso de tu profesión o tus negocios. El núcleo de una buena relación entre el mentor y el protegido es una conexión emocional sólida. Cuanto más enlazado te sientas a la persona que pretende guiarte, más fácil será ser honesto acerca de lo que necesitas, y de lo que consideras que tu mentor podría o debería darte. Y desde el punto de vista estadístico, es más probable que consigas tener esa conexión con una persona que tenga una experiencia suficientemente extensa y unos conocimientos fuertes.
Considera igualmente la posibilidad de una “tutoría inversa”. Es un acercamiento cada vez más popular donde los trabajadores con experiencia se asocian con profesionales más jóvenes para aprender las habilidades la generación inmediatamente posterior. Puede que esta táctica sea especialmente efectiva porque los mentores de mediana edad se presentan en los programas en un momento de sus vidas en que están mejor equipados para comprender las situaciones de los demás miembros de menor. Los “protegidos” pueden utilizar esa información y comprensión emocional para desarrollar una nueva forma de creatividad.