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Los extranjeros quieren tener una vivienda en España

Los extranjeros siguen apostando por el mercado inmobiliario español. El intenso ajuste en precios que ha sufrido la oferta inmobiliaria ha atraído a muchos extranjeros en busca de oportunidades. Una de cada cinco viviendas vendidas en España en 2015 la compró un foráneo.

El número de operaciones sigue creciendo y puede decirse que la compraventa de viviendas por extranjeros es uno de los segmentos más dinámicos del mercado inmobiliario español tras la fuerte corrección en precios y oferta que registró desde el inicio de la crisis. Según los datos del Colegio de Registradores, el peso de los compradores extranjeros (residentes y no residentes) en el total de las transacciones de viviendas en España ha crecido de forma exponencial en los últimos años al pasar del 4,2% en 2009 al 13,2% en 2015.

Atendiendo por residencia, los extranjeros residentes siguieron invirtiendo en inmuebles en suelo español de forma ininterrumpida por espacio de casi cinco años (19 trimestres). Concretamente, en el cuarto trimestre de 2015 el número de transacciones realizadas por foráneos con permiso de residencia ascendió a 18.029, un 9,9% más que en el cuarto trimestre de 2014. En cuanto a los no residentes, crecieron más en términos relativos: un 10,3%, lo que supuso 1.453 operaciones, según datos del Ministerio de Fomento.

En el cuarto trimestre de 2015 las compraventas realizas por extranjeros (residentes y no residentes) sumaron 19.482, es decir, el 17,0% del total. En total, los extranjeros compraron 69.196 viviendas en España durante 2015, un 13% más, con lo que se hicieron con uno de cada cinco inmuebles (el 18%) que se compraron y vendieron en el país durante el pasado año.

Prefieren el Levante

Por regiones, la Comunidad Valenciana lidera las comunidades en las que los extranjeros compraron más pisos el pasado año, con un total de 20.219 unidades, de las que 1.665 fueron adquiridos por no residentes. Después se sitúa Andalucía, donde los ciudadanos foráneos se hicieron con 14.384 casas en 2015, 1.854 de ellas por los no residentes en el país, y Cataluña, con 10.264 residencias adquiridas por extranjeros, 186 de ellas por no residentes. Asimismo, los extranjeros compraron 7.295 pisos en Canarias durante el pasado ejercicio, de los que 386 fueron adquiridos por no residentes, y se hicieron con 5.061 viviendas en Baleares, 218 por no residentes. En Madrid, el número de pisos adquiridos por ciudadanos foráneos se situó en 4.951 unidades, de las que 79 se compraron por extranjeros que no tienen residencia en el país.

Por provincias, las que registran mayor número de compraventas por extranjeros residentes corresponden a Alicante (3.910), Málaga (2.377), Barcelona (1.621), Baleares (1.426) y Madrid (1.406).

Las estadísticas revelan que la demanda de ciudadanos foráneos que buscan inmuebles en suelo español creció por encima del incremento medio del 9,8% que el mercado de la vivienda experimentó el pasado año, con 401.281 operaciones de compraventa de viviendas. Se trata de la mayor subida desde 2010. Estas cifras, aunque representan algo más de la mitad de las transacciones que se realizaban antes de que se desinflara la burbuja inmobiliaria, constituyen un avance hacia la paulatina normalización del mercado. Según el Consejo General del Notariado, “el mercado inmobiliario español consolidó la senda de crecimiento observada en 2014. Para los primeros meses de 2016 se espera que las cifras del mercado continúen con la senda de crecimiento observada en 2015, aunque quizá con valores más moderados”.

A pesar de los buenos datos de 2015, el nuevo ejercicio ha comenzado con un retroceso en la compraventa de viviendas del 2,9% en enero en relación al mismo mes de 2015, rompiendo una racha de 16 meses consecutivos de alzas interanuales, según el Instituto Nacional de Estadística. En opinión de los expertos, habrá que ver la evolución del mercado en los próximos meses para comprobar si el actual impasse político está demorando la compra de viviendas, o si su caída obedece a factores del mercado relacionados con una ralentización de las compras de obra nueva y una mayor preferencia por la usada.