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Esto es lo que debes saber sobre las nuevas normas de comercio electrónico en la UE

El auge de las compras en línea ha transformado el comercio minorista en todo el mundo, tendencia que se ha acelerado durante la pandemia.
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Foto: Karolina Grabowska/Pexels

Las nuevas normas sobre el IVA para las compras en línea en la Unión Europea que entran en vigor este jueves simplificarán la vida de los comerciantes e introducirán más transparencia para los consumidores.

A partir de este 1 de julio, se aplica dicho impuesto a todas las mercancías importadas en la Unión por empresas no pertenecientes a la UE.

Hasta ahora, este tipo de artículos con un valor inferior a los 22 euros estaban exentos de IVA. Sin embargo, se ha podido demostrar que era una práctica de la que se está abusando, ya que vendedores de fuera de la UE etiquetan engañosamente los envíos de mercancías para beneficiarse de dicha exención.

Esta laguna permite a estas empresas sacar ventaja respecto a sus competidores de la UE y cuesta a las arcas públicas de la UE unos 7.000 millones de euros al año debido al fraude, lo que aumenta la carga fiscal para otros contribuyentes.

Un único umbral de 10.000 euros de volumen de negocio

Por otro lado, los vendedores de comercio electrónico han de contar con su número de IVA en cada Estado miembro en el que tengan un volumen de negocios superior a un determinado umbral global, que varía de un país a otro.

A partir de este jueves, estos diferentes umbrales se sustituirán por un umbral común de la UE de 10.000 euros, por encima del cual el IVA deberá abonarse en el Estado miembro en el que se entreguen los bienes.

Los vendedores en línea pueden ahora inscribirse en un portal electrónico denominado «ventanilla única» (One Stop Shop), en el que pueden dar cumplimiento a todas sus obligaciones en materia de IVA para sus ventas en toda la UE.

En este sentido, pueden registrarse en su propio Estado miembro y en su propia lengua. Una vez registrado, el minorista en línea puede declarar y abonar el IVA correspondiente a todas sus ventas en la UE mediante declaración trimestral presentada a través de la ventanilla única. Esta se encargará de transmitir el IVA al Estado miembro correspondiente.

Análogamente, la introducción de una ventanilla única de importación para los vendedores de fuera de la UE les permitirá registrarse fácilmente a efectos del IVA en la UE y garantizará que el importe correcto del IVA llegue al Estado miembro a que corresponda.

Para los consumidores, esto aporta mucha más transparencia. Cuando se compre a un vendedor o plataforma no pertenecientes a la UE registrados en la ventanilla única, el IVA deberá estar incluido en el precio que se pague al vendedor, lo que pondrá fin a las solicitudes de aduanas o empresas de mensajería que pidan un pago adicional a la llegada de las mercancías al país de residencia, ya que el IVA ya habrá sido abonado.

Sin reformas desde 1993

Las actuales normas de la UE sobre el IVA se actualizaron por última vez en 1993, mucho antes de la era digital, y no se ajustan a las necesidades de las empresas, los consumidores y las administraciones en unos tiempos caracterizados por las compras transfronterizas por internet. Mientras tanto, el auge de las compras en línea ha transformado el comercio minorista en todo el mundo, tendencia que se ha acelerado durante la pandemia.

Si bien, las nuevas normas modifican a fondo el tratamiento que las empresas en línea de la UE dan al IVA, aportarán innumerables beneficios al facilitar la actividad empresarial, reducir el fraude y mejorar las experiencias como consumidores de los compradores en línea en la UE.

Una «miniventanilla única» similar ya opera con éxito desde 2015 para el IVA de las ventas transfronterizas de servicios electrónicos. Su ampliación a las ventas en línea de mercancías ofrecerá aún más ventajas para los minoristas y consumidores en línea en la UE.

Esta nueva normativa para las mercancías importadas en la Unión por empresas no pertenecientes a la UE se enmarca en el contexto de los esfuerzos destinados a garantizar unas condiciones de competencia más equitativas para todas las empresas, simplificar el comercio electrónico transfronterizo e introducir una mayor transparencia para los compradores de la UE en lo que respecta a los precios y la libre elección.

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