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Forbes Talks | Eficiencia, agilidad y alianzas público-privadas, las claves de la movilidad sostenible del futuro

Forbes reúne en su oficina de Madrid a cuatro expertos y actores protagonistas para debatir sobre el futuro de la movilidad sostenible: Sébastien Guigues, director general de Renault Iberia; Javier Mateos, CEO de Zity; Gregorio Serrano, senior advisor de EY y creador de Mobility Center; y Raquel Blanco, directora global de Smart Mobility de Iberdrola.

De los coches de combustión a los patinetes, bicis, motos y coches eléctricos compartidos. Los avances tecnológicos han sido el motor de este salto que ha dado la movilidad urbana en los últimos años y del giro que ya se percibe en la estructura de las ciudades.

Las opciones para los ciudadanos se han multiplicado, no sólo en cuanto al tipo de transporte, sino a cómo se contrata y utiliza. Nuevos modelos de negocio que han logrado un avance positivo para la movilidad, pero que ante la velocidad del cambio se hace necesario que los actores implicados trabajen de forma conjunta para diseñar esa ciudad amable para el peatón, verde, eficiente y sostenible. Esa ciudad que todos soñamos con dejar a las generaciones futuras.

Con el objetivo de debatir sobre esos desafíos que enfrenta el impulso de la movilidad sostenible en el contexto de la descarbonización de la economía a la que se ha comprometido España a nivel europeo y global a través de pactos como el Acuerdo de París, Forbes invitó a su ‘Forbes Talks Movilidad Sostenible’ a cuatro expertos y actores protagonistas ligados a la movilidad para debatir sobre el futuro de la movilidad sostenible y los desafíos que enfrentan para impulsarlo.

Sébastien Guigues, director general de Renault Iberia; Javier Mateos, CEO de Zity; Gregorio Serrano, senior advisor de EY y creador de Mobility Center; y Raquel Blanco, directora global de Smart Mobility de Iberdrola, conversan con la subdirectora de Forbes España, Idoia Sota, durante el Forbes Talks Movilidad Sostenible. (Foto: Luis Camacho).

En la cita, celebrada en la sede de Forbes en Madrid, Sébastien Guigues, director general de Renault Iberia; Javier Mateos, CEO de Zity; Gregorio Serrano, senior advisor de EY y creador de Mobility Center; y Raquel Blanco, directora global de Smart Mobility de Iberdrola, coincidieron en la necesidad de que el sector privado y el público trabajen de forma coordinada con la vista puesta en una dirección: la movilidad sostenible, además de proteger la arista medioambiental, debe tener en cuenta su impacto económico y social.

Las primeras piedras del camino hacia la movilidad del futuro ya se han puesto. El proceso de descarbonización de la economía tiene un vector muy importante en el que el sector automotriz es protagonista. Y su visión en este aspecto nos abre una ventana hacia el futuro: «Existe la infraestructura, los vehículos y la conciencia del ciudadano. Las generaciones futuras no sabrán ni lo que es un coche diésel», señaló Guigues. El ejecutivo de Renault pone el acento sobre los aspectos que marcan la pauta ahora mismo: «El futuro es el coche eléctrico, autónomo y conectado. Un estudio reciente señalaba que en las principales ciudades europeas el 40% de los atascos se formaban por los vehículos que buscaban dónde aparcar. El coche autónomo facilitará un tráfico más fluido. Hay muchos aspectos que permitirán optimizar el uso de vehículos».

Sébastien Guigues, director general de Renault Iberia. (Foto: Luis Camacho)

Esa diversificación de los medios de transporte disponibles que se ha logrado gracias a los avances tecnológicos lleva a Gregorio Serrano, de EY, a recordar cuál es el reparto del espacio común en las ciudades que tiene mayor consenso: caminar, micromovilidad (bicicleta y patinetes), transporte colectivo, vehículo compartido y, en último lugar, el vehículo privado. «Lo importante es que se logre el consenso entre lo que demandan los ciudadanos, caminar en su ciudad, y las necesidades de movilidad de otros sectores», apunta el experto.

Serrano pone sobre la mesa de debate uno de los temas de los que más se ha hablado en los últimos años: la movilidad compartida. Coches, motos y patinetes han dibujado un nuevo mapa para el ciudadano que, aun disponiendo de su vehículo privado, prefiere utilizar estas opciones para trayectos en el centro de la ciudad porque ofrecen diversas ventajas tanto en precio como en agilidad. Uno de esos protagonistas es Zity, la compañía que dirige Javier Mateos y que nació de una joint venture entre Renault y Ferrovial. «Los avances en tecnología de los vehículos y el desarrollo de los smartphones ha hecho que el transporte sea muchísimo más accesible de lo que podía ser hace 10 o 15 años y ha cambiado la forma en que los ciudadanos interpretan la forma de consumir esos recursos», explica Mateos.

La opción de movilidad que una firma como Zity ofrece a los ciudadanos y a las administraciones públicas combina dos elementos fundamentales: responde a ese cambio de mentalidad en el que se valora el pago por uso de un bien más que por su posesión, y da una herramienta para gestionar las complejas necesidades de movilidad en un centro urbano, sobre todo ahora que la ciudad busca peatonalizar su casco histórico y establece anillos de acceso restringido a vehículos de no residentes.

«Zity nació para facilitar la movilidad dentro de las ciudades, siempre desde un punto de vista sostenible, y no sólo teniendo en cuenta el punto de vista medioambiental, también la social y la que persigue la optimización de los recursos de la ciudad», afirma el CEO de la compañía de carsharing.

Raquel Blanco, directora global de Smart Mobility de Iberdrola y Gregorio Serrano, senior advisor de EY y creador de Mobility Center. (Foto: Luis Camacho).

Pero, además, estas nuevas fórmulas de movilidad han integrado a la perfección una de las claves para lograr que sea sostenible: la descarbonización de la energía que utilizan. En el caso de Zity, vehículos 100% eléctricos, su fuente son las energías renovables certificadas que provee Iberdrola.

Para la energética, la movilidad del futuro es eléctrica y, por eso, «desde hace más de 20 años se dio un paso adelante en la sostenibilidad. Apostamos por las renovables, por descarbonizar la generación de electricidad. Está en nuestro ADN acompañar en la consecución de los objetivos de la lucha contra el cambio climático tanto en el uso doméstico, como industrial, empresarial y de movilidad», afirma Raquel Blanco, directora global de Smart Mobility de la energética.

Aunque el parque de vehículos eléctricos es todavía pequeño, la tendencia en las ventas muestra la creciente preferencia del ciudadano por tecnologías alternativas. En esto ha incidido, sin duda, el esfuerzo que ha hecho el sector automotriz en la última década para ofrecer modelos que den respuesta a distintas necesidades y que garanticen la autonomía y fiabilidad de un motor a combustión.

«Nuestra propuesta abarca un abanico de tecnologías; tenemos vehículos de gasolina, diésel, GLP, híbridos, híbridos enchufables, eléctricos y próximamente tendremos también de hidrógeno. Vamos a diversificar la oferta y eso en nuestra trabajo es básico», explicó el director general de Renault Iberia respecto a su aporte al mercado. Bajo su punto de vista, la industria del motor tiene un desafío por delante. Se trata de entender que «nuestro trabajo va más allá de vender coches, es la movilidad», enfatizó.

Javier Mateos, CEO de Zity. (Foto: Luis Camacho).

Pero en el impulso de la movilidad eléctrica ha sido clave también el desarrollo de la infraestructura de recarga y la concienciación de que el camino hacia la ciudad del futuro pasa por la reducción de las emisiones. En esto, Iberdrola ha jugado un papel clave en los últimos años. «Estamos apostando por ampliar la red de recarga nacional y no sólo para los vehículos privados, también estamos dotando de la potencia adecuada para ir probando la electrificación del transporte de carga pesada», explicó la directora global de Smart Mobility de Iberdrola. Blanco reconoce que si bien el coche eléctrico se ha posicionado como una clara opción de movilidad en la ciudad, aún hay dudas sobre su viabilidad para trayectos largos. «Se ha hecho un esfuerzo para aumentar el número de punto de recarga y que, además, sean de cargar rápida. Nuestra apuesta pasa por el desarrollo de infraestructura pública como complemento a la privada», subrayó Blanco.

La ejecutiva defiende, además, la necesidad de mirar más allá de la electrificación del vehículo. La movilidad sostenible, eléctrica o de otra tecnología, requiere mirar «aguas arriba» en el proceso y garantizar que esos vehículos se alimentan de energía ‘verde’, pero además que su producción haya seguido también unas pautas que garanticen la huella cero de carbono. «Una cadena de valor sin emisiones garantiza una movilidad sostenible de principio a fin», destacó.

La ruta hacia la ciudad del futuro

Serrano, senior Advisor en EY, tiene claro que las ciudades en las que viviremos en un futuro no muy lejano estarán marcadas por los avances tecnológicos. Internet de las cosas, la conectividad entre edificios, vehículos y personas, y la multimodalidad serán los ingredientes de esa urbe casi futurista que aun nos cuesta imaginar, pero que para estos expertos está cada vez más cerca… si se pavimenta el camino de la forma adecuada.

Gregorio Serrano, senior advisor de EY y creador de Mobility Center. (Foto: Luis Camacho)

«Hay un futuro mañana, a muy corto plazo, que creo que es un cambio respecto a lo que tenemos en los últimos 10 o 15 años. Lo único que podemos agradecerle al covid es que nos ha enseñado que las cosas podemos hacerlas de otra manera», complementó Mateos. Para el CEO de Zity la democratización de los recursos tecnológicos «ha pintado el escenario en muy corto plazo futuro» y, hacia delante, la movilidad se entenderá como una opción y se contará con la flexibilidad necesaria, tanto en medios como en contratación, para satisfacer cualquier necesidad.

Explorar las posibilidades futuras de la movilidad lleva a reconocer los avances logrados, pero también a poner sobre la mesa las barreras que aún quedan por derribar. En este sentido, Guigues tiene claro cuál es el siguiente desafío de su sector en movilidad: abaratar el precio de los vehículos eléctricos. 

En la última década el avance ha sido enorme: las firmas cuentan con modelos suficientes como para que los ciudadanos puedan comparar prestaciones y elegir aquello que se acomode a sus necesidades y se ha desarrollado la infraestructura y tecnología de recarga que permite confiar en esta tecnología más allá de las lindes de la ciudad. Sin embargo, el precio es aún una barrera de entrada por muy concienciados que estén los ciudadanos en la necesidad de apostar por la movilidad sin emisiones. 

Javier Mateos. CEO de Zity, y Sébastien Guigues, director General de Renault Iberia. (Foto: Luis Camacho)

“Hay iniciativas importantes, como los planes de ayudas del Gobierno, pero aun así es un desembolso importante. Creo que todos los actores, públicos y privados, tenemos que aterrizar de forma conjunta cómo hacemos la transición ecológica. La transición no puede ser que de la noche a la mañana dejes una tecnología y pases a otra, porque igual quieres hacerlo, pero no puedes permitírtelo. Que el coche eléctrico sea más asequible es para mí el próximo desafío”, explica el ejecutivo de Renault. 

Y queriendo aportar su granito de arena en este aspecto, junto con un esfuerzo por ajustar los precios de sus vehículos nuevos, en Renault se apuntan al reacondicionamiento de sus vehículos. Guigues cuenta que en la fábrica que Renault tiene al oeste de París se va a poner en marcha un proyecto de economía circular que permitirá revisar los vehículos, reponer los componentes e incluso las baterías gastadas, y volver a poner ese coche en el mercado con un presupuesto más ajustado.. “Ofrecen una experiencia de cliente similar a la de un coche nuevo, con garantía y sello de calidad de fábrica. Además, las baterías gastadas, que no sirvan para movilidad, tienen una segunda vida porque sirven para almacenar energía”, indica. 

Raquel Blanco, directora global de Smart Mobility de Iberdrola. (Foto: Luis Camacho)

Que el precio de estos vehículos es una barrera en la actualidad lo comparte Raquel Blanco, de Iberdrola. “La tecnología tiene que avanzar un poco para que, aun con ayudas, ese coste inicial se reduzca y demos ese paso”, apunta. «La movilidad es un trabajo de todos. Es clave establecer alianzas estratégicas entre fabricantes, empresas de carsharing y energéticas.

Y la ejecutiva suma otro desafío: reducir la burocracia. “La administración tiene que estar dentro, apoyar y dar incentivos, y acelerar determinados temas para que esto sea posible», señaló. «Hay que agilizar los trámites, tanto en la concesión de ayudas para renovar el parque de vehículos eléctricos como para obtener los permisos y desarrollar infraestructura de recarga. A día de hoy, Iberdrola tiene un despliegue brutal en toda la península y nos encontramos con tramitaciones que pueden prolongarse 12, 24 y más meses. Es necesario armonizar la concesión de esos permisos para impulsar el desarrollo de infraestructura”.

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