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¿Las nuevas plataformas de financiación son estables?

Puede el desconocimiento convertirse en un factor de éxito? ¿Se le puede dar la vuelta a un proyecto? En el caso de Roberto Pérez y Julián Amorrich, sí. Su historia arranca en noviembre de 2008, con iclicko y el desarrollo de tres comunidades verticales de estudiantes de Erasmus, amantes del cine y de lectores. Pero era un proyecto difícil de monetizar y decidieron apostar por editar libros a través del crowdfunding.

¿La clave de su éxito? Posiblemente, juventud, no tener nada que perder y, lo más curioso, no conocer a fondo el negocio editorial. De hecho, el primer año, su marca era una desconocida, pero convencieron al escritor Lorenzo Silva para lanzar un libro con una campaña de micromecenazgo. Otra de sus claves: la innovación y diferenciación. “Estamos en un punto intermedio entre la edición tradicional y la autopublicación”, explica Roberto Pérez a Forbes.

Es sólo un ejemplo más de un mercado que hasta 2012 era prácticamente desconocido, pero que está creciendo exponencialmente. Según la consultora Statista, la financiación alternativa en Europa ha pasado de 487 millones de euros en 2012 a 5.431 millones en 2015. Pero esta financiación abarca tanto el crowdfunding de recompensa o financiación de proyectos lúdicos, como la financiación de organizaciones sociales o la propia financiación empresarial por préstamos (crowdlending) o acciones (crowdfunding).

Del rock a los Goya

En 1997, cuando aún ni existía el propio concepto, el crowdfunding de recompensa dio la campanada. La banda de rock británica Marillion necesitaba dinero para una gira en Norteamérica y lanzó una campaña de email a sus 6.000 seguidores, proponiéndoles adelantar dinero del siguiente disco. Captaron 39.000 libras.

Hoy, esta fórmula se ha profesionalizado con plataformas de financiación participativa (PFP), como Kickstarter, en Reino Unido, Verkami, en España, o la propia Libros.com.

Verkami, líder en España, arrancó en 2010 en Mataró de la mano de Joan Sala y sus dos hijos, Adrià y Jonàs. “Nos encantaba la idea de poder participar en proyectos de artistas que nosotros admirábamos a través de crowdfunding. Poder conseguir retornos únicos y exclusivos”, explica Jonàs Sala. Desde entonces, han financiado 4.859 proyectos y han recaudado 24 millones de euros (5,4 millones, sólo en 2016). De hecho, financian no sólo libros, sino también música, películas y juegos, además de otros productos. Entre sus éxitos, la película Stockholm, premiada con un Goya en 2014.

¿Qué aporta el crowdfundig a los escritores? “A diferencia del sistema de financiación tradicional, estamos vendiendo libros sin que estén escritos”, explica Roberto Pérez. Además, contribuye a crear una comunidad de interesados en un mismo proyecto: “La campaña que ha realizado Libros.com ha permitido compartir, entre todos los interesados en este libro, la urgencia de la necesidad de extender dentro de nuestras sociedades una comunidad de líderes nuevos que eviten que el estado actual de las cosas nos arrastre a situaciones sin salida”, explica a Forbes Jorge Cachinero, director ejecutivo del Senior Management Program de IE Business School y miembro del Consejo Científico del Real Instituto Elcano.


GASTÖN MENDIETA

Una financiación puntual

David Levy, vicepresidente del banco de inversión Merrill Lynch hasta 2006, dio un giro a su vida en 2007. Fundó la sociedad de asesoramiento financiero DiverInvest y, apenas unos meses más tarde, constituyó la Fundación Real Dreams. Esta fundación ha desarrollado migranodearena.com, una PFP de crowdfunding solidario. “El crowdfunding representa actualmente una alternativa muy sólida de financiación, que está a la altura de otros sistemas; sobre todo en el ámbito de las ONG, que es un sector que intenta disminuir la dependencia de las subvenciones de la Administración Pública”, explica a Forbes Emilia Caralt, directora de la Fundación Real Dreams. Pero aún queda camino por recorrer. “Las PFP no son una fuente de financiación habitual y constante. En general, las acciones que se promueven a través de ellas responden a una necesidad de urgencia. Son proyectos que necesitan una acción y una llamada inmediatas”, explica a Forbes Fernando Morón, director gerente de la Asociación Española de Fundraising.

“El crowdfunding funciona muy bien en caso de emergencia humanitaria, pero cuesta más en el día a día”, apunta a Forbes Silvia Agulló, directora de Negocio Responsable y Reputación de Grupo DKV.

Con todo, en el sector son optimistas. “El sector del crowdfunding tiene mucho crecimiento por delante”, dice convencida Emilia Caralt.
Además, cuenta con el apoyo de organizaciones como DKV, La Caixa, Barclays, Cargill o la Fundación Josep Carreras. “Participamos con plataformas de crowfunding desde 2011 y desde entonces es un sector cada vez más importante. En 2016 hemos recaudado un 12% más que el año anterior y hemos gestionado muchos más retos: 55 en total”, afirma a Forbes Regina Díez, responsable de actos benéficos de esta fundación.

“En otros países, es fácil que haya personas que si participan en una maratón u organizan algún evento social, creen un reto solidario. Aquí cuesta más y DKV lo incentiva participando también con acciones de ‘matching’, esto es, igualando las aportaciones de nuestros clientes”, añade Silvia Agulló.
Y, para ello, Silvia Caralt apuesta por las PFP: “Este crecimiento tiene que venir provocado por soluciones innovadoras que faciliten la colaboración a los ciudadanos y que ofrezcan transparencia, tecnología móvil y sean fáciles de utilizar”.