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3 formas científicamente probadas de construir y mejorar tus relaciones profesionales


Puede costar años conseguir una red de personas con influencia que pueda empujarte definitivamente a la cima de tu carrera profesional; pero, como dice el proverbio, “chi va piano, va lontano” (quien va despacio, llega lejos). A lo largo de esos años – o de lo que tardes en conseguir una red de contactos satisfactoria para ti-, puedes construir una fuerte comunidad de influencers que apoyen tus pasos; y ese apoyo tiene una repercusión exponencial.

Construir una comunidad toma mucha dedicación y tiene sus desafíos. No a todas las personas les resulta sencillo mantener relaciones profesionales o tiene unas habilidades sociales lo suficientemente desarrolladas como para “asaltar” a las personas adecuadas en su sector e incluirlas en red de contactos; pero no te engañes, hasta los emprendedores introvertidos han conseguido los más extensos imperios en el terreno de los negocios del siglo XXI. Si ellos han podido, tú también puedes mejorar tu networking; esta vez, es la propia ciencia la que te ayuda a lograrlo:

1. No tengas miedo a pedir favores. En su autobiografía, Benjamin Franklin reveló que, en una ocasión, se le ocurrió una estrategia curiosa para vencer sobre un adversario: en lugar de hacerle un favor, le pidió que le prestara un libro nada fácil de conseguir. Su adversario lo hizo, y al cabo de una semana Franklin se lo devolvió con una nota, en la que le agradecía enormemente el préstamo. Desde entonces, el caballero pasó de tener una actitud hostil a estar de entonces en adelante a disposición de Franklin.

La moraleja de esta historia es simple: cuando le pides a la gente favores, se establecerá un vínculo amable. La clave para el efecto Ben Franklin es comenzar con pequeños favores y trabajar poco a poco hasta obtener los más importantes. Como la gente, a través de esos pequeños favores, invierte más de su tiempo en ti, es probable que te valore más.

Esta idea es parecida al ‘efecto Ikea’: un equipo de investigadores, liderado por Michael Norton, Daniel Mochon y Dan Ariely, encontró que cuando ponemos nuestro esfuerzo o trabajo en algo, nos gusta más. Es por eso que tendemos a valorar nuestros muebles Ikea mucho más que otros, simplemente porque los construimos con nuestras propias manos.

2. No te obsesiones demasiado con tu propia imagen (de todas formas, la gente no se dará cuenta). En un estudio realizado en el año 2000 por Thomas Gilovich y sus estudiantes en la Universidad de Cornell, se pidió a los participantes que llevaran una camisa con una imagen embarazosa. Los investigadores pretendían analizar cómo se sentían en esa situación los individuos conscientes de lo que estaban haciendo, y si alguien realmente notó qué originaba la inseguridad de las personas estudiadas.

Lo que descubrieron fue que sólo una fracción observa lo que te preocupa y obsesiona. Se llama ‘efecto Spotlight‘. Es muy probable que las personas no se den cuenta de lo que usted es consciente de sí mismo, y son aún menos propensos a notar lo que se siente orgulloso. Así que deja de perder el tiempo preocupándote por lo que la gente nota de ti.

En la tarea de crear y desarrollar contacto con líderes de tu sector o personas que están en un nivel que todavía no has alcanzado, es muy frecuente que uno se sienta estúpido, o tenga la sensación de que los demás perciben que se está persiguiendo a ese profesional o está siendo demasiado insistente. Aparta de una vez esos pensamientos y sigue adelante con la idea: en realidad lo más probable es que nadie se esté fijando en lo que haces.

3. Utiliza el efecto de la novedad para dejar una impresión duradera. Una vez que hayas hecho una conexión, puedes tener dificultades para mantener la relación o conseguir que esa persona mantenga su compromiso contigo. Los estudios vuelven a estar de tu lado en este caso: el cerebro responde de forma positiva a la novedad.

Los investigadores Nico Bunzeck y Emrah Düzel realizaron un experimento que puso el foco en cómo reacciona el cerebro ante un estímulo que no conoce. Concluyeron que la mente responde a nuevas experiencias, lugares y personas con el deseo de explorar y entenderlos. Cuanto más nuevo resultes para un grupo de profesionales y tus interacciones con ellos, más probable será que te recuerden.