La crisis migratoria de Ceuta ha abierto una nueva brecha diplomática entre España y Marruecos, dos vecinos unidos por una relación comercial que genera un flujo que ronda los 14.000 millones al año. En 2020, España exportó unos 7.400 millones a Marruecos e importó casi 6.400 millones, cifras que evidencian los profundos lazos económicos entre los dos países.
España vende principalmente maquinaria, componentes para automóviles, combustibles y lubricantes. Mientras tanto, Marruecos exporta sobre todo textiles y confección, frutas y productos pesqueros como moluscos o crustáceos. Según datos de la secretaría de Estado de Comercio, el tránsito de mercancías entre los socios ha crecido un 120% en la última década, al pasar de los 6.230 millones en 2010 hasta alcanzar los 13.744 millones en 2020.
En términos económicos, la balanza comercial marroquí está poco diversificada depende en gran medida de España, principal destino de sus exportaciones (23%) e importaciones (19%), según la CIA. En cambio, para España, Marruecos fue el 2,8% de las exportaciones y el 2,3% de las importaciones, siendo en volumen un socio menor al compararlo con Francia, Alemania, Portugal, Italia o Reino Unido. Sólo a Francia las empresas españolas exportaron 42.100 millones en 2020.
Pero el flujo comercial no lo es todo, también están las operaciones que tienen las compañías al otro lado de su frontera. Y, en ese aspecto, hay una inversión mucho mayor de empresas españolas en Marruecos. En el país africano, las españolas acumulan una inversión bruta de 4.148 millones de euros, mientras que las marroquíes han invertido en España casi 120 millones de euros en total, según datos de DataInvex, una herramienta de la Secretaría de Estado de Comercio.
Españolas por Marruecos: los sospechosos habituales
Acciona, Repsol, Endesa, Boluda, Indra, Meliá, Barceló o el despacho de abogados Garrigues son algunas de las 355 empresas españolas establecidas en Marruecos, según el ICEX. En su web, Acciona afirma haber participado en más de 70 proyectos de infraestructuras en Marruecos. Entre ellos se encuentra el complejo termosolar Noor Ouarzazate I o la construcción de la presa de Al Whada, situada en la provincia de Ouezzane y una de las principales del reino alauí.
La presencia de compañías españolas en Marruecos se expande por toda su economía. Siemens Gamesa tiene una fábrica de palas eólicas en Tánger, Repsol controla un 75% en el bloque de aguas profundas Ghrab Offshore Sud (aunque está en proceso de desprenderse de esa participación), el Banco Santander posee un 5,1% del banco marroquí Attijariwafabank y el grupo Boluda ganó en 2005 una concesión por 25 años de remolque y asistencia a puerto en Tánger Med, un puerto estratégico para la industria del país.
España también está presente en la industria de la automoción con fábricas y filiales de Ficosa, Grupo Antolín, Cie Automotive y Gestamp. Por su parte, Inditex tiene 32 tiendas y cuenta en su cadena de proveedores con cerca de 300 fábricas y talleres, mientras que en el sector turístico están las cadenas de hoteles líderes como Riu, Meliá, Eurostars, Globalia, Iberostar. Cirsa también opera el Casino Atlantic en Agadir.
Akhannouch y Benjelloun, millonarios marroquíes conectados a España
Del lado contrario, Marruecos no tiene tanto peso dentro de las inversiones extranjeras en España. Sin embargo, algunas de sus principales empresas del país tienen operaciones en España, como es el caso de los bancos BMCE, Group Banque Populaire du Maroc y el Attijariwafa, controlado en su mayoría por Al Mada, un conglomerado de empresas propiedad de la familia real.
A través de Al Mada, Mohamed VI y su familia son dueños de las principales empresas en telecomunicaciones (Inwi), renovables (Nareva), supermercados (Marjane) y minería (Managem). El hombre del holding es Mounir El Majidi, secretario personal del rey Mohamed VI y director del próspero negocio familiar que extiende sus redes por toda la economía marroquí.
Una de las familias más relacionadas con España son los Akhannouch, dueños del conglomerado Akwa con presencia sobre todo en la venta de combustibles y lubricantes, uno de los productos que más se importan desde la península Ibérica. Dentro de su red, Akwa controla más de 400 estaciones de servicio bajo la marca Afriquia. La gasolina de Afriquia es importada por Petrosud, otra empresa de Akwa y en la que participa Cepsa.
Aziz Akhannouch, la cabeza del grupo familiar, tiene una fortuna valorada en 2.000 millones de dólares. Es el ministro de Agricultura de Marruecos desde 2007 y en 2016 recibió de España la Gran Cruz de la Orden Civil del Mérito Agrario, Pesquero y Alimentario. Es importante recordar que el sector primario marroquí es una de las principales exportaciones a España.
Su mujer es Salwa Idrissi Akhannouch, quien dirige Aksal Group, la empresa de Akwa encargada de invertir y administrar centros comerciales. Askal es el único franquiciado en Marruecos de tiendas de marcas de ropa de Inditex como Zara, Massimo Dutti o Pull & Bear. Son dueños de Morocco Mall, el mayor centro comercial del reino alauí.
La otra gran familia de millonarios son los Benjelloun, liderada por Othman Benjelloun. Su holding se llama Finance Com con el que controla el banco BMCE, el operador turístico Risma y un 25,5% de la operadora móvil Orange Maroc. Originalmente llamada Méditel, Orange Maroc, fue creada en 1999 en un consorcio en el que estaban Telefónica (34,5%), Portugal Telecom (34,5%), el BMCE (20%) y Afriquia (11%), la empresa de Akwa. Telefónica y PT salieron del accionariado en 2009.