“Esto es algo en lo que llevamos pensando varios años. Pero el momento pareció ser este”. Estas han sido las palabras de Musk en una rueda de prensa telefónica. El empresario ha insistido en la gran idea que es aunar bajo un mismo nombre la energía sostenible representada por los paneles solares que fabrica SolarCity y los vehículos eléctricos de Tesla. Nada se ha hablado de la pérdida de valor que ha sufrido la primera durante los últimos meses y los serios problemas de solvencia a los que se enfrenta. “A la junta de directores de Tesla le ilusiona la idea de una potencial combinación del negocio de SolarCity con el de Tesla. Creemos que las posibilidades para el producto, servicio y sinergias operacionales serían sustanciales”, ha insistido.
Elon Musk es, además de cofundador y presidente de una y otra, accionista principal de ambas empresas: concretamente, posee una participación en Tesla del 21.3% y del 22.2% en SolarCity, de acuerdo con los datos de FactSet. La empresa solar está dirigida por dos de sus primos hermanos.
Ante esta extraña jugada el mercado está aturdido, debatiéndose entre si se trata de un resbalón por echarle un cable a sus familiares o de una genialidad más del visionario Musk para convertirse en el rey del mundo de la electricidad. Sin embargo, en el corto plazo las cifras hablan claro, y lo que dicen sobre la operación no es demasiado alentador: tras conocerse la propuesta las acciones de Tesla se hundieron un 12% en las operaciones electrónicas tras el cierre de Wall Street, mientras que las de Solar City subían casi un 16%.