Después de cofundar Spain Startup con el fin de crear una plataforma en la que demostrar el talento residente en nuestro país, Google la eligió para dirigir su campus en Madrid. La entrevistamos para dar un repaso al primer año de la institución.
Su relación con el arte de emprender viene de lejos, ¿cómo empezó? ¿Por qué esa pasión por lo nuevo?
Siempre he sido una persona muy inquieta y con ganas de que mi trabajo formase parte de mi vida. Empecé con el periodismo, pero tenía ganas de hacer cosas, no sólo de contarlas. Ganas de crear proyectos, de sacarlos adelante… Y el mundo en el que estaba no me lo permitía. Entonces, seguí estudiando y empecé a estar más en contacto con el mundo de la tecnología y con el mundo del emprendimiento gracias a un MBA que cursé en Los Ángeles.
Volví a España en 2012, en plena crisis, y digamos que después fue todo un cúmulo de coincidencias. Me uní con mi socia y montamos Spain Startup como una plataforma para demostrar al mundo que sí, que había una crisis, pero que también era un cambio de era y que estábamos en un mundo en el que teníamos que demostrar el talento que había en España, las startups, el emprendimiento, la innovación y la tecnología. Así comenzó el mundo de Spain Startup. Al final fue emprender intentando facilitar el ecosistema del emprendimiento al mismo tiempo. Fue como una doble forma de acercarme al emprendimiento. Por una parte, viviéndolo en mis carnes, sacando un proyecto adelante, y, por otra, intentando al mismo tiempo ver qué era lo necesario para facilitar el emprendimiento en España y hacer que nuestros proyectos pudiesen ser globales, estar presentes en el ecosistema global. Después coincidió el hecho de que Google abriese un espacio como el Campus Madrid, que creo que ha sido un espaldarazo al talento que hay en España y al potencial que tiene nuestro ecosistema emprendedor.
Entonces, ¿buscaron a Google o Google las buscó a ustedes, a Spain Startup, para crear el campus?
No, nosotras no lo buscamos. Google montó el campus, eligió Madrid y Spain Startup fue uno de los actores del ecosistema emprendedor español con los que se puso en contacto en aquel momento. Luego yo me uní al proyecto a título personal para liderarlo, pero fue Google quien de forma proactiva contactó con los ecosistemas en los que había potencial y en los que ya existía una comunidad emprendedora con ganas de seguir trabajando y creciendo. España cumplía esos requisitos: un ecosistema que estaba creciendo, con muchísimo potencial, mucho talento y una oficina de Google comprometida con intentar apoyar al ecosistema emprendedor español. La verdad es que tuvimos suerte de que se eligiese Madrid como ubicación para alojar un espacio como este, porque sólo hay seis en todo el mundo (Londres Tel Aviv, Seúl, Madrid, Sao Paulo y Varsovia).
Y ahora que acaba de cumplir un año como directora de Campus Madrid, un sueño cumplido como emprendedora supongo, ¿qué retos se plantean a corto y largo plazo como comunidad?
Pues con Campus Madrid, efectivamente, llevamos sólo un año, que es muy poquito, pero la verdad estamos muy contentos, somos ya una comunidad de más de 18.000 miembros, hemos acogido cerca de 600 eventos y organizado más de 100 programas de educación, así que, de cara al futuro, el objetivo es seguir trabajando y escuchando a la comunidad de emprendedores para saber cuáles son sus retos y necesidades, intentar facilitar al máximo las conexiones y proporcionar las herramientas necesarias para que los proyectos no se queden en ideas, sino que se materialicen, y, sobre todo, que sean y se conviertan en proyectos globales. Entonces, nuestro mayor reto es seguir intentando posicionar Madrid y España en el mapa global de la innovación. Luego, a nivel más local, ir viendo cuáles son los retos a los que los emprendedores se enfrentan y responder a ellos de la mejor manera que podemos con programas de educación, iniciativas y con apoyo desde el Campus.
600 eventos, más de 18.000 miembros en la comunidad… ¡Cualquiera diría que lleváis sólo un año! ¿Cómo habéis hecho para crear una comunidad tan fuerte? Imagino que el nombre de Google detrás ayuda mucho, pero seguro que hay otras causas más relevantes.
Yo creo que Campus Madrid es una pieza que hacía falta y aunque verdad que es de Google, nosotros no lo llamamos per se. Es decir, el campus es un espacio muy neutro en el que no hay ni un solo logo de Google en 2.500 metros cuadrados, porque queremos que la comunidad sepa que le pertenece, que realmente es por y para los que la componen. Al final, Campus Madrid no es más que un punto de encuentro de todos los actores de la comunidad de emprendedores. Es un espacio que queremos que sea suyo, nosotros queremos intentar ayudarles y crecer con ellos.
Entonces, yo creo que es esa filosofía la que nos ha hecho fuertes, el hecho de ser un punto neutro que una a todos los actores del ecosistema emprendedor, de haber creado un hogar para todos y haber llenado un vacío que había y era necesario cubrir. Al final, todos los ecosistemas se nutren de interacciones, crecen gracias a ellas y esto faltaba en Madrid y en España. Faltaba un punto de encuentro de todos y creo que Campus Madrid es en lo que se está convirtiendo y hacía mucha falta.
Aunque pocos, ya existían espacios de coworking en Madrid, ¿cómo recibieron la aparición del Campus: fue una alegría por el hecho de decir “no estamos solos en esto” u os han visto como competencia?
Yo creo que este espacio no hace competencia a los otros actores del ecosistema porque lo construimos de la mano de ellos. De hecho, el propio campus lo construimos de la mano de otros partners que ya estaban presentes en el ecosistema emprendedor de la ciudad. Uno de ellos es un coworking, TechHub, y el otro es una aceleradora de empresas, SeedRocket. La idea no era venir y hacer lo que ya estaban haciendo ellos, sino crear un espacio en el que todos pudiéramos trabajar juntos. Sobre todo, Campus Madrid es una semilla, se trata de intentar fortalecer, fomentar y revitalizar todo el ecosistema. La idea es hacer que el ecosistema crezca más allá de nuestras paredes y que cada vez haya más startups, más innovación y más proyectos.
Campus London lleva cuatro años ya a su alrededor hay decenas de coworkings que han ido surgiendo y creciendo, porque al final la comunidad va creciendo y el campus no deja de ser un espacio acotado. Nuestra idea no es ir creciendo en espacio, sino hacer que crezca el ecosistema alrededor nuestro y permitir que los demás crezcan, es decir, ser el corazón del ecosistema emprendedor.
Entonces se puede decir que la filosofía de Google de trabajar en espacios abiertos y colaborativamente ha calado bien, ¿no?
¡Sólo hay que verlo! Claramente la clave está en la forma de plasmar esa filosofía, en cómo está definido el espacio abogando por la apertura y la colaboración, por el sumar juntos. Hay una cita muy bonita que dice “si quieres ir rápido, ve solo, si quieres ir lejos, ve con tu equipo”. Pues al final, se trata de eso, de crear un espacio en el que cualquiera de los que te rodean pueda ser clave y ayudarte en el siguiente paso de tu proyecto, porque a lo mejor estás al lado de un desarrollador o de otro emprendedor que pasó hace unos meses por lo que tú estás pasando ahora. Es una filosofía basada en el ábrete, trabaja duro y persigue tu sueño. Y aquí estamos todos, una comunidad de gente dispuesta a dar y a trabajar en equipo.
Siguiendo esa misma filosofía, al fin y al cabo, el mayor activo del Campus Madrid son las personas. ¿Qué momento recuerda como uno de los más especiales?
Pues hay varios, porque son muchas las startups que han crecido durante este año, pero una de las historias más bonitas que tenemos, creo, es la de WOOM. Su equipo son dos chicas que empezaron en la cafetería con un ordenador, una idea y nada más, y gracias al simple hecho de darse cuenta del potencial que tiene una comunidad y de trabajar en una como la nuestra, consiguieron el talento necesario para materializar su proyecto. Ellas formaron parte de SeedRocket, la aceleradora que está aquí, y consiguieron el 80% de la inversión que necesitaban gracias a contactos que han hecho dentro de Campus. Ahora acaban de lanzar la beta y siguen creciendo. Realmente, lo más especial es en sí el hecho de ver crecer a los proyectos desde el principio, de verlos dar paso a paso y sacar el mayor provecho de formar parte de la comunidad que hemos creado en Campus Madrid. Lo más especial no es para mí lo que yo pueda hacer sola o con el equipo del Campus, sino ese entorno que se ha creado y que facilita que para todos sea más fácil emprender.
En total, ¿cuánta gente hay detrás de todo esto?
El equipo de Campus Madrid somos tres trabajadores de Google, que llevamos desde la gestión de la comunidad a los programas de educación y demás iniciativas. Luego tenemos a nuestros partners que trabajan en la parte de arriba. En cuanto a la comunidad, además de los 18.000 miembros, por aquí pasan miles de personas. 5.400, por ejemplo, han participado en los programas de educación que hemos organizado y a diario trabajan en este espacio entre 200 y 300.
¿Y cómo es la interacción con los otros campus?
Estamos en contacto constante e incluso estamos aprendiendo unos de otros. Primero porque trabajamos en ecosistemas muy distintos, y, segundo, porque estamos en fases de desarrollo diferentes. En este aspecto seguimos mucho lo que es la filosofía de Google de lanzar un programa, probar, recibir feedback y, basándonos en eso, seguir trabajando. También estamos en contacto para permitir una de las cosas que es clave para nosotros y uno de los mayores retos que tienen los emprendedores en España: pensar en global e internacionalizarse. Para eso es clave la red de campus, porque aunque Campus Madrid actúa de manera local, la idea es que los emprendedores de nuestro campus sean conscientes de que a la vez forman parte una red global que te permite traspasar fronteras.
Por ejemplo, tenemos algunas startups que están yendo a Londres a través e incluso algunas han ido a Seúl porque trabajan en temas de gaming y allí esa industria es muy potente. También tenemos proyectos como FinTonic, que gracias a Campus Madrid ha participado en el programa Blackbox Connect, que forma parte de Google for Entrepreneurs en Silicon Valley. Realmente la relación se basa en aprender y en intentar facilitar ese paso de internacionalizarse y salir a nuevos mercados.
Coordinar esas relaciones internacionales además de dirigir Campus Madrid no debe ser tarea fácil, ¿cuál es la mayor dificultad a la que se enfrenta a la hora de desempeñar su cargo?
No lo sé, la verdad. Son muchas cosas y es un trabajo en el que cada día es distinto, es imposible planificarse. Creo que quizá lo más complicado es intentar no perder nunca el foco y escuchar cuáles son las necesidades reales del emprendedor. Hay que estar muy atento, no dejarse llevar por una agenda complicada y pasar el tiempo necesario con los emprendedores para escuchar cuáles son sus necesidades e intentar, con todos los recursos que tenemos, responder a ellas.
Por último, ¿cuál es el ingrediente esencial para emprender?
La actitud, no aceptar las cosas tal y como son. Además se necesita perseverancia, trabajo duro y pasión. Al final, emprender es querer solucionar un problema, querer cambiar una cosa, soñar con ello y tener la fuerza, la pasión y la perseverancia para realmente llevarlo a cabo. Emprender es muy duro, pero es un camino maravilloso, por lo cual, yo creo que la clave está no tanto en las aptitudes, sino en la actitud.