Esta historia empieza como la de otros tantos raperos que hoy lideran las listas de los artistas más escuchados: en un barrio marginal.

Kendrick Lamar se crió en las calles de Compton (Los Ángeles) y convirtió su realidad en hip-hop. Sus letras traspasaron las fronteras de su distrito, llegando al Despacho Oval y convirtiéndole en el rapero favorito del primer presidente afroamericano de la historia de EEUU. Ya en 2015, el expresidente de los Estados Unidos, aseguró que “How Much a Dollar Cost” se había convertido en su tema favorito del año y esto le llevó a visitar la Casa Blanca, para tratar diferentes temas como la inmigración o la pobreza en los barrios marginales.

Pero Lamar no sólo es el rapero favorito de Obama. A sus espaldas lleva ganados 7 premios Grammys, incluyendo el de ‘Mejor álbum de rap’ por DAMN, en el último año sus canciones han sido reproducidas más veces que las de Beyoncé y Bruno Mars y ha formado parte del cartel de Coachella. Para este 2018, se ha convertido, con Jay-Z, en uno de los favoritos de la edición, y sus siete nominaciones prometen dar mucho que hablar.

Sin ninguna duda, uno no consigue todos estos éxitos de la noche a la mañana. En los últimos 5 años, Kendrick ha cosechado una fortuna de 80 millones de dólares pasando a formar parte de la lista ‘30under30’ de 2017.

Además de sus ingresos musicales, Lamar ha colaborado con firmas como Reebok y Nike. En 2014, colaboró con Reebok en un modelo en el que coexistían los colores rojo y azul, simbolizando la paz entre las pandillas de su antiguo barrio.

Dr Dre, Rihanna, Dj Khaled, U2…sus colaboraciones en el campo musical no son solo muchas, si no con los mejores.

No sabemos si cuando empezó a componer sus letras aspiraba a obtener esta fama pero lo que está claro es que este joven rapero de Compton no para de cosechar éxitos. Y no tiene pinta de que vaya a dejar de hacerlo.