En concreto, las unidades que se han puesto a disposición del Ministerio de Defensa para su validación corresponden a la versión de puesto de mando y la cartera que dirige Margarita Robles realizará en las próximas semanas las pruebas oficiales necesarias para la verificación de los vehículos.
El programa de blindados 8×8 Dragón, valorado en torno a 2.000 millones de euros, fue adjudicado por el Gobierno a Tess Defence, una compañía que ahora controla Indra –que posee el 51,1% del capital– pero que también está participada por Sapa Placencia, Escribano Mechanical & Engineering (EM&E) y Santa Bárbara Sistemas (propiedad de General Dynamics European Land Systems), las cuales tienen, cada una, un 16,3% de la empresa de vehículos militares.
De hecho, las instalaciones de Alcalá de Guadaíra en las que este martes se han puesto a disposición de Defensa las 24 unidades a validar corresponden a la fábrica de General Dynamics European Land Systems (GDELS), compañía que también se encarga del ensamblaje de los 8×8 Dragón en su planta de Trubia (Oviedo), un proceso que dentro de poco pasará a realizarse en la fábrica de Indra en Gijón (conocida como ‘El Tallerón’).
En este contexto, cabe recordar que Indra entregó este pasado lunes –también en Alcalá de Guadaíra– una remesa de 11 blindados 8×8 Dragón, por lo que el número total de estos vehículos militares proporcionados al Ejército en 2025 y que ya están totalmente operativos y validados asciende a 41.
De este modo, las entregas de unidades validadas y listas para entrar en operación se han acelerado en diciembre, dado que este mes Indra ha proporcionado un total de 30 unidades al Ejército (cinco el 11 de diciembre, otras catorce el 22 de diciembre y las once de este lunes), a lo que se suman las once que se suministraron el pasado abril.
En concreto, cinco de las unidades entregadas este pasado lunes corresponden a la variante de combate de infantería contra carro (VCI CC), otras cinco a la de zapadores (VCZ) y otra a la de combate de infantería (VCI).
Las fuentes consultadas han indicado que, a pesar de que el compromiso inicial contemplaba la entrega de 57 unidades al cierre de este año, una modificación de las condiciones del contrato realizada hace escasos días reconocía y convenía que tan solo se podrían proporcionar 42, con lo que el Ejército ha recibido un 8×8 Dragón menos de lo estipulado.
En ese sentido, cabe señalar que en 2024 se había acordado la entrega de 92 unidades, aunque al final el Ejército no recibió ningún 8×8 Dragón.
El contrato de los 8×8 Dragón se suscribió el 25 de agosto de 2020 con Tess Defence y, en total, el Ejército de Tierra tiene que recibir 998 vehículos: 348 en la primera fase, 365 en la segunda y 285 en la tercera.
En ese sentido, tras múltiples retrasos, la fecha que maneja ahora el Ministerio de Defensa para la entrega de los 348 vehículos 8×8 previstos en la primera fase del programa es 2028, según apuntó a comienzos de este mes la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, en la Comisión de Defensa del Congreso.
Las fuentes consultadas por Europa Press también han apuntado que el calendario de entregas acordado entre Indra y el Ministerio de Defensa contempla que en 2026 se entregarán 122 blindados, a los que se sumarán los 16 pendientes de 2025 (sobre los 57 de la previsión inicial), es decir, 138 en total.
En 2027 el volumen de entregas se situará en 120 y en 2028 se proporcionarán al Ejército las otras 49 unidades contempladas en la primera fase del programa del 8×8 Dragón.
DEMORAS Y MULTAS
De hecho, las demoras del programa han terminado en los tribunales, después de sucesivas llamadas de atención a Tess Defence y del malestar manifiesto del Ministerio de Defensa.
En su intervención en la mencionada Comisión de Defensa del Congreso, Valcarce confirmó que «se aplicaron las penalidades correspondientes» y que las empresas recurrieron la multa.
No obstante, el Ministerio de Defensa «ha ganado» y las compañías ya «han desistido de recurrir». En concreto, Defensa ya ha impuesto sanciones económicas por un importe de 9,19 millones de euros por las demoras y el incumplimiento de los hitos técnicos del programa.
