Las medidas implican que dichas firmas verán congelados los activos que tengan en el ‘gigante asiático’ y que ninguna empresa o ciudadano chino podrá realizar negocios con ellas. Los ejecutivos tampoco podrán entrar físicamente a China continental, Hong Kong o Macao.
En realidad, el castigo propuesto es de carácter simbólico, dado que las compañías afectadas apenas tienen actividad comercial en China. De hecho, algunas ya estaban incluidas en listas de proveedores considerados no seguros.
Se han sancionado las operaciones de Boeing en St. Louis, Vantor (anteriormente conocida como Maxar), Northrop Grumman Systems, L3Harris Maritime Services, Gibbs & Cox, Advanced Acoustic Concepts, VSE Corporation, Sierra Technical Services, Red Cat Holdings, Teal Drones, ReconCraft, High Point Aerotechnologies, Epirus, Dedrone Holdings, Area-I, Blue Force Technologies, Dive Technologies, Intelligent Epitaxy Technology, Rhombus Power y Lazarus Enterprises.
Además, Pekín ha apuntado contra diez directivos del sector: Palmer Luckey, fundador de Anduril Industries; John Cantillon, vicepresidente y contable principal de L3Harris; Michael Carnovale, presidente y consejero delegado de Advanced Acoustic Concepts; y John Cuomo, presidente y CEO de VSE Corporation.
Después, Mitch McDonald, presidente de Teal Drones; Anshuman Roy, fundador y CEO de Rhombus Power; Dan Smoot, presidente y CEO de Vantor; Aaditya Devarakonda, CEO de Dedrone Holdings; Ann Wood, presidenta de High Point Aerotechnologies; y Jay Hoflich, cofundador y CEO de ReconCraft.
