«Esta tecnología representa un avance estratégico y revolucionario para las comunicaciones de nueva generación, especialmente en defensa, espacio y otros entornos donde la seguridad y la resiliencia son esenciales», ha destacado Indra en un comunicado.
Esta es la primera operación del fondo de capital riesgo ‘Indraventures I, FCR’ promovido por la compañía para impulsar el ecosistema de ‘startups’, pymes y ‘spinoffs’ que trabajan en soluciones disruptivas con aplicación civil y militar.
«Las comunicaciones ópticas de espacio libre (FSO, por sus siglas en inglés) que desarrolla Fyla proporcionan capacidades comparables a las de la fibra óptica, pero sin requerir instalación de cables. La información se transmite de manera inalámbrica a través del aire mediante haces de luz, creando enlaces ultrarrápidos, precisos y altamente direccionales», ha explicado la empresa.
En esa línea, ha ahondado en que Fyla ha creado una tecnología láser que es capaz de generar pulsos de luz de duraciones extremadamente cortas, del orden de picosegundos, e incluso femtosegundos, unidades de tiempo que equivalen a una billonésima (0,000000000001) y una milbillonésima (0,000000000000001) de segundo, respectivamente.
«Esta característica, sumada a la corta longitud de onda propia de la luz, permite establecer conexiones de datos direccionales, prácticamente imposibles de interceptar e interferir, resilientes, de muy largo alcance y bajo consumo energético, características fundamentales para los sistemas de defensa más exigentes», ha añadido Indra.
Por este motivo el láser de Fyla puede aplicarse en aeronaves, drones y enlaces temporales que requieren de gran ancho de banda, sobre todo en entornos donde no se puede desplegar infraestructura física o con condiciones meteorológicas adversas.
De hecho, Fyla ya colabora con la empresa presidida por Ángel Escribano en iniciativas como el FCAS, el futuro sistema de combate aéreo de sexta generación en el que Indra lidera la participación española.
«Con el respaldo de Indra Group, Fyla podrá acelerar la industrialización de estos sistemas, apoyándose en la experiencia global del grupo, su red industrial y su capacidad de integración en grandes programas europeos de defensa y telecomunicaciones avanzadas», ha añadido la compañía.
Fundada en 2014 a partir de una ‘spin off’ del Grupo de Fibras Ópticas de la Universidad de Valencia, la empresa también ha recibido apoyo financiero y estratégico por parte de Bullnet Capital, un fondo español de capital riesgo especializado en ‘deep-tech’ y transferencia de tecnología.
Por otro lado, más allá del uso militar de su tecnología, sus soluciones también tiene aplicaciones civiles, por ejemplo, en microscopía avanzada, espectroscopía, biociencia, metrología, inspección industrial y procesamiento de materiales, entre otras cuestiones.
Sus soluciones también permiten nuevas posibilidades en conectividad y telecomunicaciones, dado que se postulan como sustituto de la fibra óptica en zonas complejas.
