Esta cifra mejora en 100 millones de dólares (85,8 millones de euros) la calculada a finales de abril de este año, que ascendía a un total de 1.300 millones de dólares (1.116 millones de euros), según un comunicado.
Desde la entidad internacional se pidió a los gobiernos que levantaran todas las restricciones a la repatriación de divisas y permitieran a las aerolíneas acceder a sus ingresos en dólares estadounidenses procedentes de la venta de billetes, la venta de carga y otras actividades, tal y como se garantiza en los acuerdos bilaterales de servicios aéreos y las obligaciones de los tratados.
Las restricciones incluyen procedimientos «onerosos» o «incoherentes» para obtener la autorización de repatriación, retrasos en la obtención de la autorización, escasez o falta de divisas u otras limitaciones impuestas por los gobiernos o los bancos centrales.
«Con márgenes bajos y costes significativos denominados en dólares, las aerolíneas dependen de que los gobiernos cumplan ese compromiso», ha lamentado el director general, Willie Walsh.
En concreto, diez países de África, Oriente Medio y el sur de Asia concentran el 89% del total de fondos bloqueados, que ascienden a 1.080 millones de dólares (927 millone de euros).
Estos son Argelia, con 307 millones de dólares (263,6 millones de euros); los países de África Central (Camerún, República Centroafricana, Chad, Congo, Guinea Ecuatorial y Gabón), con 179 millones de dólares (153,7 millones de euros); Líbano, con 138 millones de dólares (118 millones de euros); Mozambique, con 91 millones de dólares (78 millones de euros); Angola, con 81 millones de dólares (69 millones de euros); Eritrea, con 78 millones de dólares (67 millones de euros); Zimbaue, con 67 millones de dólares (57 millones de euros); Etiopía, con 54 millones de dólares (46 millones de euros); Pakistán, con 54 millones de dólares (46 millones de euros); y Bangladesh, con 32 millones de dólares (27 millones de euros).
Para IATA, la inestabilidad política y económica es un factor «clave» en las restricciones cambiarias en África y Oriente Medio, lo que resulta en el bloqueo de grandes cantidades de fondos. «Reconocemos que la asignación de divisas es una decisión política difícil, pero los beneficios a largo plazo para la economía y el empleo superan el alivio financiero a corto plazo», ha añadido Walsh.
