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Economía

7 consejos financieros prácticos para los nuevos universitarios

Estas ideas y consejos permitirán a los universitarios construir hábitos financieros que puedan durar toda la vida.

Foto: Getty
por True Tamplin30 abril 202530 abril 2025Tiempo de lectura 12 minutos

Entrar en la universidad es uno de los hitos más emocionantes en la vida de un joven adulto, pero también conlleva nuevas responsabilidades financieras para las que puede no estar preparado. Desde la gestión de un presupuesto hasta la comprensión de los préstamos, el crédito y los ahorros personales, los conocimientos financieros pueden marcar la diferencia en tu experiencia universitaria. Este artículo ofrece ideas y consejos prácticos para que los nuevos estudiantes universitarios construyan hábitos financieros que puedan durar toda la vida.

1/ Crea un presupuesto y cúmplelo

Registra todas las fuentes de ingresos

La piedra angular de todo presupuesto eficaz es saber con exactitud cuánto dinero entra. Debes documentar y controlar cuidadosamente de dónde obtienes el dinero, ya sean asignaciones de los padres, becas, subvenciones, reembolsos de ayuda financiera o empleos a tiempo parcial.

    Además, debes anotar si cada uno de ellos es recurrente o puntual. Por ejemplo, un trabajo a tiempo parcial puede proporcionar una paga constante cada dos semanas, mientras que una beca puede desembolsar fondos una vez por semestre. Mantén tu historial actualizado para poder evaluar tu capacidad financiera. Nunca des por sentado que tienes más dinero del que realmente tienes.

    Clasifica tus gastos

    Divide tus gastos en dos categorías principales: necesidades y deseos. Las necesidades son esenciales para tu educación y bienestar (por ejemplo, vivienda, libros de texto, comidas básicas), mientras que los deseos incluyen gastos discrecionales como salir a cenar o ir de compras. Esto te permitirá priorizar tus gastos cuando los fondos escaseen.

    Para mantenerte dentro de tus límites, asigna topes mensuales a cada categoría en función de tus ingresos o asignación. A medida que adquieras experiencia en el seguimiento de tus gastos, podrás realizar ajustes más precisos y anticiparte mejor a las fluctuaciones, como los gastos más elevados al comienzo de un semestre. Recuerda vivir siempre por debajo de tus posibilidades.

    Utiliza herramientas presupuestarias

    El seguimiento manual puede funcionar al principio, pero para mayor coherencia y precisión, utiliza aplicaciones presupuestarias como YNAB, PocketGuard y Fudget. La mayoría de ellas te permiten conectar tus cuentas bancarias, clasificar las transacciones automáticamente y visualizar los patrones de gasto a lo largo del tiempo. También pueden enviarte alertas de las próximas facturas, avisarte cuando te acerques a tus límites y ofrecerte una instantánea de tu salud financiera.

    Independientemente de la herramienta que elijas, cíñete a tu presupuesto. También debes revisar y actualizar tus cifras con frecuencia, lo ideal es hacerlo semanalmente.

    2/ Entender los préstamos estudiantiles antes de pedirlos

    Conoce la diferencia entre préstamos federales y privados

      Los préstamos federales son emitidos por organismos públicos; mientras que los préstamos privados son ofrecidos por bancos, cooperativas de crédito y prestamistas online. Suelen tener tipos de interés variables, que pueden aumentar con el tiempo, y menos protecciones de reembolso. La elegibilidad para los préstamos privados depende en gran medida de la puntuación crediticia, los ingresos y, en muchos casos, la solvencia del avalista. Aunque los préstamos privados pueden ser útiles para cubrir lagunas de financiación, sólo deben considerarse después de haber agotado todas las opciones de ayuda federal, debido a su mayor coste a largo plazo y a su mayor riesgo financiero.

      Pide prestado sólo lo que necesites

      Aunque puede resultar tentador pedir prestado más dinero para comodidades de tu estilo de vida, recuerda que cada euro que pidas prestado hoy deberás devolverlo mañana con intereses. Evalúa tus costes educativos directos (matrícula, tasas, libros de texto, material, etc.) y tus gastos básicos (vivienda, servicios públicos y alimentación) y, a continuación, resta todas las formas de ingresos no procedentes de préstamos (becas, subvenciones, trabajo a tiempo parcial) para determinar la cantidad exacta del préstamo que necesitas.

      Evita los préstamos para gastos discrecionales, como viajes, comidas fuera o compras de lujo. A menudo, estos gastos pueden gestionarse mediante ajustes presupuestarios o ingresos complementarios. Si pides prestado sólo lo que es realmente necesario, reduces la carga de tu deuda después de la graduación, haciendo que el reembolso sea más manejable y permitiendo una mayor libertad financiera al entrar en el mercado laboral.

      3/ Abrir y administrar una cuenta bancaria

      Elige una cuenta para estudiantes

      Muchas instituciones financieras ofrecen cuentas corrientes y de ahorro específicas para estudiantes con comisiones reducidas, requisitos de saldo mínimo más bajos e interfaces digitales fáciles de usar. Cuando evalúes los bancos, busca características como la ausencia de comisiones mensuales de mantenimiento, la ausencia de saldo mínimo, el reembolso de comisiones en cajeros automáticos y la posibilidad de realizar depósitos a través del móvil. Los bancos nacionales pueden ofrecer un acceso más amplio en distintas ciudades, pero las cooperativas de crédito o los bancos locales ofrecen a veces un servicio más personalizado y mejores tipos de interés para los ahorros.

        Además, ten en cuenta la idoneidad de la cuenta a largo plazo. Aunque una cuenta de estudiante puede servirte bien ahora, considera si el banco ofrece transiciones fluidas a cuentas de adulto con características competitivas después de la graduación. Compara varias entidades antes de abrir su cuenta para asegurarte de elegir una que satisfaga tus necesidades durante y después de la universidad.

        Revisa la política de sobregiros

        Los sobregiros se producen cuando se gasta más dinero del que hay en la cuenta, y muchos bancos cobran comisiones considerables por cada caso. Es fundamental conocer la política de descubiertos de tu banco antes de suscribirte. Algunos bancos permiten que las transacciones se lleven a cabo y te cobran una comisión después, mientras que otros simplemente rechazan la transacción sin cobrar comisión alguna.

        Para protegerte, considera la posibilidad de vincular tu cuenta corriente a una cuenta de ahorro para protegerte de los descubiertos. También puedes optar por excluirte totalmente de los servicios de descubierto, lo que significa que cualquier transacción que supere tu saldo será rechazada.

        4/ Ahorra siempre que pueda

        Crea un fondo de emergencia

        Este es el dinero que reservas para cubrir gastos inesperados, como una urgencia médica, la reparación de un coche, la pérdida de ingresos o un viaje imprevisto a casa. Sin este colchón, incluso las pequeñas sorpresas financieras pueden hacer descarrilar tu presupuesto y conducir a la acumulación de deudas.

          Aunque el fondo de emergencia ideal suele equivaler a entre tres y seis meses de gastos de manutención, puedes empezar con un objetivo más pequeño y asequible. Por ejemplo, puedes empezar ahorrando 500 euros y luego ir aumentando hasta llegar a los mil euros. Esta cantidad puede cubrir muchas emergencias comunes y reducir la necesidad de depender de tarjetas de crédito o préstamos. Mantén el fondo en una cuenta de ahorro accesible, que devengue intereses, separada de tu cuenta de gastos habituales, y utilízalo sólo para emergencias reales. Si echas mano de tu fondo de emergencia, da prioridad a reponerlo antes que a cualquier otra cosa.

          Establece objetivos de ahorro

          Estos objetivos deben ser concretos, cuantificables y sujetos a un plazo. Por ejemplo, en lugar de decidir vagamente ahorrar dinero, comprométete a ahorrar 300 euros en cuatro meses para un nuevo ordenador portátil, o 100 euros para un viaje durante las vacaciones de primavera.

          Tener objetivos claros orienta y motiva tus esfuerzos de ahorro. Desglosa cada objetivo en aportaciones mensuales o semanales manejables y haz un seguimiento regular de tus progresos. Prioriza los objetivos en función de tu urgencia e importancia y revísalos a medida que evoluciona tu situación financiera. Esta práctica no sólo te inculcará disciplina, sino que también aumentará tu sensación de control y logro financieros.

          Automatiza

          La constancia es clave para ahorrar, y la automatización es una de las formas más eficaces de conseguirla. Al establecer transferencias automáticas de tu cuenta corriente a tu cuenta de ahorro, eliminas la necesidad de fuerza de voluntad o de memoria. Por ejemplo, incluso 5 ó 10 euros ahorrados a la semana se acumulan significativamente con el tiempo.

          La mayoría de los bancos permiten programar transferencias periódicas en función del día de pago o de otro intervalo regular. Trata esta transferencia como un gasto no negociable, igual que el alquiler o la matrícula. La automatización facilita el ahorro y lo convierte en un hábito.

          5/ Establece buenos hábitos crediticios desde el principio

          Considera la posibilidad de una tarjeta de crédito para estudiantes

          Establecer el crédito en una etapa temprana de la vida puede proporcionar beneficios a largo plazo, como una aprobación más fácil para futuros préstamos, tipos de interés más bajos e incluso mejores perspectivas laborales en algunos sectores. Para crear crédito, puedes solicitar una tarjeta de crédito para estudiantes. Estas tarjetas están diseñadas específicamente para personas con poco o ningún historial crediticio y a menudo vienen con límites de crédito bajos e incentivos iniciales.

            Antes de solicitarla, investiga varias opciones y busca una tarjeta sin cuota anual, con un tipo de interés bajo y ventajas como reembolsos en efectivo o herramientas de educación financiera. Para aprobarla suele ser necesario demostrar los ingresos o tener un avalista. Una vez aprobada, utiliza la tarjeta con moderación: sólo para compras esenciales que puedas pagar inmediatamente. Piensa en ella como una herramienta para construir tu perfil crediticio, no como una fuente de dinero gratis.

            Paga el saldo completo cada mes

            La regla más importante para utilizar una tarjeta de crédito es pagar el saldo completo en la fecha de vencimiento de cada mes. Arrastrar un saldo de un mes para otro acumula intereses, que pueden acumularse rápidamente y conducir a una deuda abrumadora. Pagar el saldo completo no sólo te ayuda a evitar los intereses, sino que también demuestra a las agencias de crédito que eres un prestatario fiable.

            Si no puedes pagar el importe total debido a una emergencia, al menos haz el pago mínimo para evitar recargos por demora y daños en tu historial crediticio. Pero esto debe ser la excepción, no la regla. Utiliza tu tarjeta de crédito sólo para compras que ya estén presupuestadas.

            Limita la utilización del crédito por debajo del 30%

            La utilización del crédito –el porcentaje de tu crédito disponible que estás utilizando actualmente– es un factor importante en tu historial crediticio. Por ejemplo, si tu tarjeta de crédito tiene un límite de mil euros, debes intentar mantener el saldo pendiente por debajo de 300 dólares en cualquier momento. Una utilización elevada puede indicar problemas financieros a los prestamistas y afectar negativamente a tu historial, aunque pagues el saldo completo cada mes.

            Para mantener una utilización baja, considera la posibilidad de realizar varios pagos a lo largo del mes. Si observas que tus gastos se acercan regularmente a tu límite de crédito, evita la tentación de solicitar aumentos frecuentes del límite a menos que confíes en tu capacidad para gestionar el crédito de forma responsable.

            6/ Explora oportunidades de ingresos secundarios

            Busca trabajo en el campus

            Los trabajos en la biblioteca, las residencias estudiantiles, los servicios de comedor o los departamentos académicos suelen estar diseñados para adaptarse a los horarios de clase de los estudiantes. También existen programas de trabajo y estudio financiados por el gobierno federal que ofrecen a los beneficiarios de la ayuda financiera un empleo a tiempo parcial como medio de cubrir los gastos educativos.

              Más allá de los ingresos adicionales, estos puestos pueden ayudar a desarrollar habilidades transferibles como la gestión del tiempo, el servicio al cliente y la comunicación. También pueden ponerte en contacto con profesores, administradores o compañeros que pueden servirte de referencias profesionales o mentores más adelante en tu carrera.

              Freelance

              Si tienes conocimientos de redacción, diseño gráfico, desarrollo web, tutoría o edición de vídeo, puedes encontrar clientes a través de plataformas como Fiverr, Upwork o LinkedIn. Asimismo, aplicaciones como TaskRabbit, Rover y DoorDash ofrecen fuentes de ingresos flexibles en función de tu disponibilidad.

              El trabajo autónomo permite controlar el horario y la carga de trabajo. Sin embargo, también requiere disciplina, marketing propio y una gestión fiable del tiempo. Siempre haz un seguimiento de tus ganancias, ahorra para impuestos si corresponde y mantén registros de facturas y pagos para administrar tu negocio freelance profesionalmente.

              7/ Evita los errores financieros más comunes

              No avales ni pidas préstamos para otros

              Ser codeudor de un préstamo para un amigo o familiar puede parecer un acto generoso, pero conlleva un riesgo financiero sustancial, sobre todo porque todavía estás construyendo tu propia estabilidad crediticia y de ingresos. Como codeudor, eres legalmente responsable de la deuda. Si el prestatario principal se salta un pago o lo incumple por completo, el prestamista esperará que pagues la totalidad. Esta responsabilidad puede afectar negativamente a tu historial crediticio, limitar tu capacidad de endeudamiento y dañar tu reputación financiera.

                En lugar de avalar, considera la posibilidad de ofrecer apoyo alternativo, como ayudar a alguien a encontrar un recurso de ayuda financiera o asistencia presupuestaria. Proteje tu propia solvencia crediticia y, al mismo tiempo, brinda tu apoyo sin comprometer tu seguridad financiera.

                Cuidado con los préstamos de día de pago o las trampas crediticias

                Los préstamos de día de pago son préstamos a corto plazo y con intereses elevados que se comercializan como soluciones rápidas para los problemas de liquidez. Sin embargo, a menudo vienen con condiciones abusivas. Las tasas anuales pueden superar el 400% y el plazo de devolución suele ser de dos semanas. Para los estudiantes universitarios con ingresos limitados, retrasarse en estos pagos puede conducir a un ciclo de préstamos, comisiones y deudas crecientes.

                Las trampas crediticias también incluyen préstamos o líneas de crédito que parecen atractivos pero que contienen comisiones o penalizaciones ocultas. Lee siempre la letra pequeña, comprende el coste total del préstamo y pregunta sobre los tipos de interés y las condiciones de devolución.

                Limita el uso de los servicios «Compre ahora, pague después»

                Los servicios «Compre ahora, pague después» (BNPL, Buy-Now-Pay-Later) ofrecen planes de pago a plazos para compras en línea, a menudo sin intereses si se pagan a tiempo. Aunque puedan parecer herramientas útiles para gestionar el flujo de caja, también pueden conducir fácilmente a un gasto excesivo y a una deuda fragmentada en múltiples plataformas.

                El impago puede acarrear recargos por demora y, en algunos casos, afectar a su crédito. Además, las compras del BNPL suelen ser impulsivas y discrecionales, como ropa, aparatos o cosméticos. Utiliza estos servicios con moderación, y sólo si el artículo es necesario y los plazos de devolución son claramente manejables dentro de tu presupuesto.

                No caigas en estafas para conseguir dinero rápido

                Los estudiantes universitarios son blanco frecuente de estafas que prometen dinero rápido con el mínimo esfuerzo. Investiga siempre la legitimidad de cualquier oportunidad financiera. Comprueba las credenciales de la empresa, busca reseñas o quejas en Internet y consulta a un asesor o mentor de confianza.

                Una buena dosis de escepticismo te ayudará a evitar problemas financieros innecesarios y a proteger tus perspectivas a largo plazo. Recuerda, si parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo sea.

                Reflexiones finales

                Como estudiantes universitarios de nuevo ingreso, perfeccionar tus conocimientos financieros desde el principio puede reducir el estrés, limitar la deuda y sentar las bases para una salud financiera a largo plazo. Siguiendo estas estrategias, estarás mejor preparado para afrontar los retos financieros de la universidad y de después. La clave es comenzar ahora, mantenerse informado y tomar decisiones intencionales con su dinero.

                Etiquetado:
                • consejos financieros
                • universitarios

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