
Una verdadera guerra comercial tendría graves consecuencias a nivel mundial, pero particularmente en Estados Unidos
MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, considera que la Comisión Europea «no tenía otra opción» que responder inmediatamente a los aranceles anunciados por Donald Trump al acero y aluminio europeos, que considera una «gran llamada de atención» para Europa, aunque confía en que las partes se sentarán a negociar, dado que «una verdadera guerra comercial» tendría graves consecuencias a nivel mundial, pero particularmente en Estados Unidos.
«Creo que no tenían otra opción», ha afirmado la francesa en una entrevista con la cadena británica ‘BBC’ al ser cuestionada por la respuesta inmediata desde Bruselas a las medidas aplicadas por Washington, a pesar de haber defendido anteriormente la estrategia de ofrecer a Trump comprar más productos estadounidenses, como gas natural licuado o armamento, en vez de abordar las diferencias mediante represalias.
No obstante, Lagarde ha subrayado que las represalias europeas entrarán en vigor desde abril y se aplicarán sobre productos específicos en vez de manera general, como los aranceles estadounidenses al acero y el aluminio, por lo que hay un lapso temporal durante el cual se pueden llevar a cabo negociaciones.
«A menudo ocurre que hay que mostrarse firme y mostrar qué cartas se tienen y si se está dispuesto a jugar antes de sentarse a la mesa a negociar», ha explicado.
Por otro lado, la banquera central de la eurozona considera que la acusación de Donald Trump de que la UE se creó para «joder» a Estados Unidos no es sólo «un lenguaje grosero», sino un abuso de la historia, aunque ha apuntado que, en este momento, «todo el mundo está tomando posiciones» y, mientras tanto, y hasta que se implementen las medidas, quizá las partes se sentarán a negociar.
«Así que, cuando una de las partes expresa una postura muy firme, como la del presidente Trump, al otro lado del charco, o al otro lado de la frontera con Canadá, es obvio que también se posicionarán», ha señalado la francesa; «todas las partes quieren respeto», por lo que es una especie de «tira y afloja».
En este sentido, ha reconocido que las decisiones y cambios de opinión de Donald Trump «son motivo de preocupación» y algo para estar extremadamente atentos con el fin de proyectar y anticipar las consecuencias, reiterando que cualquier guerra comercial dañará la economía global, aunque algunos países se verán más afectados que otros y algunos países verán una inflación más fluctuante que otros, «pero todos saldrán perdiendo como resultado».
«Si llegáramos a una verdadera guerra comercial, donde el comercio se viera significativamente afectado, tendría graves consecuencias. No sería motivo de preocupación, sino que tendría graves consecuencias para el crecimiento y los precios a nivel mundial, pero particularmente en Estados Unidos», ha advertido.