MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
El jefe de estrategia de Lazard, Ronald Temple, ha pronosticado este martes en un encuentro con los medios que la economía estadounidense conseguirá desacelerar sin perder la fortaleza del mercado laboral y con unos tipos de interés a la baja, toda vez que el problema de la inflación está solucionado.
«No estoy acostumbrado a ser tan optimista, pero es lo que los datos me dicen», ha expresado con sorpresa el experto en temas macroeconómicos y geopolíticos, para indicar que la actividad de la primera economía del mundo se encuentra en una fase de transición de «muy fuerte» a «fuerte», en tanto que calcula que crecerá un 1,7% el próximo año y la Reserva Federal (Fed) llevará los tipos al entorno del 3-3,5%.
«La Fed ha hecho un buen trabajo», ha valorado Temple en cuanto al desempeño del banco central sobre la reducción de la inflación, si bien ha apuntado que buena parte de ese mérito se explica a su vez por la recuperación progresiva de las cadenas de suministro.
Siguiendo con la Fed, ha comentado que el informe del empleo del pasado viernes ha sido «muy bueno» -el desempleo se situó en agosto en el 4,1%- para el mercado, pues ha dejado atrás la expectativa de un próximo recorte de medio punto y se ha unido a los mensajes de la propia Fed de que los recortes serán de un cuarto de punto.
Asismismo, Temple ha detallado que las vacantes de empleo se han reducido -de 2 a 1 por persona- y que el porcentaje de trabajadores que deja su puesto porque hay mejores ofertas y sueldos se ha moderado: «Esto me dice que hay menos presión en el mercado laboral».
«Esta historia puede acabar muy bien; se evita la recesión y el mercado laboral se mantiene fuerte, pero menos tensionado», ha resumido, para recordar que, en todo caso, el tema estructural de Estados Unidos es el déficit.
De vuelta con la inflación, ha comentado que, aunque ya no parezca un asunto interesante, hay que vigilar elementos como la inflación subyacente o el componente de los alquileres, que se ha reducido considerablemente, en tanto que el enfriamiento del mercado laboral será un elemento de apoyo para reducir la inflación del sector servicios, que ha conseguido tirar de la economía en los últimos años por la fortaleza del consumidor.
En lo referente a Europa, Temple ha pronosticado que a la región le ha costado levantar cabeza e igualar los datos previos a la pandemia, pero que en 2025 la economía mejorará de la mano de precios energéticos bajos, unas tasas de desempleo en mínimos, tipos de interés reduciéndose por la acción del Banco Central Europeo (BCE) y una recuperación de la confianza consumidora que empuje a verticales como al comercio minorista.
Sobre este último punto, Temple ha pormenorizado que Europa necesita esa mejora del optimismo para entrar en el círculo virtuoso que alimenta a las inversiones y éstas al propio crecimiento económico.
Entrando al detalle del Viejo Continente, ha comentado a su vez que los distintos actores han presentado distintas suertes: de un lado, Alemania está muy deprimida por la labor del Gobierno en torno a la transición energética y por la sensación de que sus ‘campeones’ automovilísticos ya no son tales por el empuje de China en ese sector; por otro lado, ha puesto el ejemplo de países como España, que han batido las expectativas de crecimiento.
A propósito de la valoración de activos, Temple ha comentado ejemplos como su preferencia por la deuda de calidad (‘investment grade’, en la jerga) frente a la deuda de mayor riesgo (‘high yield’), así como sectores como las infraestructuras, y ha comentado que el mercado en ese país no es que esté barato, sino menos caro -con todo, el retorno de capital sigue siendo atractivo, ha apuntado-, en tanto que compañías de tamaño pequeño (‘small-caps’) se verán beneficiadas por los recortes de tipos al ver reducidos sus costes de financiación y deudas.
En otras geografías, ha comentado que las acciones británicas se han visto penalizadas por el Brexit, si bien la gran mayoría de sus ingresos vienen del extranjero, por lo que es una opción atractiva para tener exposición global.
ELECCIONES ESTADOUNIDENSES
En relación a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, que se celebrarán el próximo 5 de noviembre, Temple ha vislumbrado dos escenarios: victoria de Donald Trump con ambas cámaras a favor del republicano o triunfo de Kamala Harris pero sin el Senado -que también renueva buena parte de sus asientos y, según Temple, se impondrá una mayoría republicana-.
A este respecto, Temple ha recordado las particularidades del sistema electoral estadounidense, por el que se necesitan 270 votos en el colegio electoral para ganar la presidencia, en tanto que no hay una circunscripción única a la hora de ganar uno de esos votos: «Un voto en Wyoming (Estado tradicionalmente republicano) vale cuatro en California (demócrata)», ha ejemplificado para incidir en que, de valer los votos lo mismo, Harris ganaría con claridad.
Por ello, Temple ha señalado que para que se imponga Harris necesitará una ventaja en el voto popular del 3% sobre Trump, lo que inclinará la balanza de esos «pequeños Estados clave».
En cuanto a las diferencias entre ambos candidatos, Temple ha puesto el foco en asuntos como el comercio, en tanto que Harris seguiría la línea de Biden y Trump sería mucho más agresivo en la guerra comercial con China: «El PIB de China podría reducirse en dos puntos», ha avisado sobre las consecuencias de una hipotética vuelta de Trump.
Sobre este punto, Temple ha llegado a decir que, a la hora de analizar las compañías, los gestores tendrían que preguntarse si éstas obtienen sus productos de China u otros países, como Vietnam, mientras que ha advertido de cierta complacencia por parte de los inversores ante este escenario de regreso de Trump y sus implicaciones en materia de comercio.
Otro asunto a dirimir sería el de las regulaciones, en el que Trump quiere llevar a cabo una serie de desrregulaciones que favorecerían a sectores como el financiero -tendría menos restricciones y parte de sus costes se convertirían directamente en beneficio- y el energético -por la retirada de políticas medioambientales e impositivas-.
Por contra, ha apuntado que los perdedores serían las compañías de consumo discrecional y las tecnológicas.
CHINA Y MERCADOS EMERGENTES
En cuanto a China, Temple ha comentado que su crecimiento permanecerá aquejado a la espera de que se produzcan reformas estructurales y se dejen atrás episodios como la crisis inmobiliaria.
Precisamente, ha presentado la situación del mercado inmobiliario como el talón de Aquiles del gigante asiático, en tanto que los precios de la vivienda deberían estabilizarse y subir en el próximo trienio tras haber llegado a caer un 70%; este asunto, ha explicado Temple, mantiene deprimida la confianza consumidora.
Ligado a esto, ha apuntado que las reformas de China deben ir encaminadas a reequilibrar la exportación, que les ha hecho crecer históricamente, con el impulso de la propia demanda interna.
Sobre las medidas de estímulo anunciadas, ha destacado la escenificación de la última en una rueda de prensa, lo que manda un mensaje de compromiso por parte del Gobierno y ha motivado alzas, aunque también volatilidad, en los índices bursátiles del país.
Por otra parte, ha expuesto que, aunque no se pueda ignorar la condición de gigante de China, lo cierto es que ya no es la opción obvia ante el impulso de otras economías emergentes, como India, Vietnam y México.
Sin embargo, ha recordado que hay que analizar cada caso: México, ha citado como ejemplo, es un buen lugar de producción por la cercanía a Estados Unidos y los costes laborales bajos, pero la elevada corrupción en el país lo convierte en una apuesta más complicada.