MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
Moody’s Ratings ha confirmado las calificaciones de depósitos a largo plazo de Banco de Sabadell en ‘Baa1’ y la calificación de deuda sénior no garantizada de su vehículo de financiación CAM Global Finance en ‘Baa2’. La perspectiva de ambas calificaciones sigue siendo ‘positiva’.
La confirmación de la evaluación crediticia base de Banco Sabadell refleja la fortaleza del perfil crediticio del banco, respaldado por una «sólida» calidad de activos y un desempeño de rentabilidad durante el primer semestre de 2024, en equilibrio con sus ratios de capital y apalancamiento «relativamente débiles», según ha informado este martes la agencia de rating.
Asimismo, explica que la rentabilidad de Banco Sabadell se ha beneficiado «sustancialmente» de la subida de tipos de interés iniciada a finales de 2022, lo que ha supuesto una ampliación de su margen de clientes -en casi 100 puntos básicos- entre el segundo trimestre de 2022 y el segundo trimestre de 2024, e ingresos netos por intereses que, en el segundo trimestre de 2024 fueron un 40% superiores a los reportados en el segundo trimestre de 2022.
A pesar de la actual flexibilización de la política del BCE, que probablemente conducirá a una contracción gradual del margen, Moody’s espera que la rentabilidad del banco se mantenga «resistente», dada la mejora de la dinámica comercial, con volúmenes de préstamos que han iniciado ya una recuperación en el primer semestre de 2024.
La afirmación de la calificación también está respaldada por el buen desempeño de la calidad de los activos del banco. A pesar de las presiones derivadas de la inflación y de la mayor carga de deuda desde 2022, Banco Sabadell ha podido reducir su ratio de préstamos problemáticos en los 12 meses hasta junio de 2024 en alrededor de 25 puntos básicos (hasta el 3,24%), mejorando la calidad de los activos tanto en su negocio nacional como en el Reino Unido, donde está presente a través de TSB.
La posición de liquidez del banco también sigue siendo «sólida», con una relación préstamos-depósitos que se mantiene muy por debajo del 100%, a pesar de cierto deterioro reciente debido a que los préstamos crecen por encima de los depósitos de los clientes.
Por el contrario, el perfil crediticio de Banco Sabadell sigue limitado por la capitalización «relativamente débil» de la entidad, lastrada por una alta exposición a activos por impuestos diferidos que ascendieron al 54% del capital Common Equity Tier 1 (CET1) del banco a junio de 2024.
Moody’s espera que los ratios clave de capital y apalancamiento, capital común tangible (TCE) respecto a activos ponderados por riesgo y respecto a activos tangibles se ubicarán cerca del 10% y el 4% respectivamente, durante el período de las perspectivas, ubicándose por debajo de sus pares nacionales.
Desde una perspectiva regulatoria, Banco Sabadell muestra una posición de capital más holgada, con un ratio CET 1 (fully-loaded) del 13,5% a finales de junio de 2024, pero el banco se ha comprometido a distribuir a los accionistas cualquier capital que exceda de un total Ratio CET1 cargado del 13% (después de la implementación de Basilea III).
La diferencia entre el ratio CET1 del banco y el ratio TCE se explica principalmente por el tratamiento de los activos por impuestos diferidos convertibles (DTA) (es decir, garantizados por el Gobierno español), que los reguladores no deducen de la base de capital, mientras que Moody’s incluye como capital componente sólo parte de ellos, y la ponderación de riesgo más conservadora que la agencia aplica a la exposición soberana en comparación con la ponderación de riesgo del 0% de los reguladores.
ALTO NIVEL DE INCERTIDUMBRE SOBRE LA OPA
En la evaluación del rating, Moody’s no tiene en cuenta la OPA formulada por BBVA sobre el 100% del Sabadell. «Dado el carácter hostil de la OPA, que se enfrenta a la clara oposición del consejo de Banco Sabadell, creemos que actualmente existe un alto nivel de incertidumbre sobre el éxito de la operación a pesar de que ya se han obtenido varias autorizaciones», indica.
Las aprobaciones clave que aún están pendientes son las de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que podrían retrasar la operación durante varios meses y, en el caso de la CNMC, podrían imponer condiciones que hicieran la adquisición posiblemente menos atractiva para BBVA.
El Gobierno español también ha expresado su oposición al acuerdo, citando implicaciones negativas para la competencia, la inclusión financiera y el empleo, y podría eventualmente vetar la fusión de ambas entidades en caso de una adquisición exitosa por parte de BBVA.
«En nuestra opinión, la eventual adquisición por parte de BBVA sería positiva para los acreedores de Banco Sabadell, que se beneficiarían del perfil crediticio más sólido de BBVA», concluye Moody’s.