Advierte del impacto económico de la ralentización del proceso de globalización
MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
La evolución de la inflación en la zona euro ha sorprendido positivamente en el mes de septiembre, cuando la subida de los precios se moderó al 1,8% interanual, la menor desde mayo de 2021, según ha indicado el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, para quien si bien no puede cantarse aún victoria, la dirección de la política monetaria «es clara».
En un acto organizado por Intereconomía, el economista español ha señalado que los datos de inflación recientes han sido buenos, añadiendo que los datos en septiembre han sido «una sorpresa positiva», mientras que las métricas de crecimiento económico «ponen de manifiesto que hay riesgos a la baja», algo que el BCE ya había indicado en sus proyecciones.
En este sentido, el vicepresidente del BCE ha defendido que si bien no se puede cantar victoria aún en la lucha contra la inflación, ya que sigue alta en el sector servicios y su evolución dependerá de los salarios, la productividad y de si las empresas absorben el incremento de costes laborales unitarios, las proyecciones del BCE indican que a finales de 2025 la eurozona estará «de una forma muy estable», tanto en la inflación general como en subyacente, en la meta de estabilidad del 2%.
De este modo, Guindos ha reiterado que el Consejo de Gobierno tendrá en cuenta los datos en sus reuniones de octubre y diciembre, aunque ha apuntado que, más allá de la evolución mes a mes de las referencias, «la dirección de la política monetaria es clara» si se cumple la evolución esperada de la inflación.
Por otro lado, el exministro español de Economía ha señalado que la eurozona tiene un problema de crecimiento económico, que está siendo muy moderado, con problemas estructurales importantes como la falta de aumentos de la productividad, escasez de inversión, así como también problemas demográficos.
«Aunque tiene consideraciones políticas y sociales notables, yo creo que una política de inmigración bien definida es imprescindible para Europa, dada la situación demográfica, y eso es lo que tenemos que, de alguna forma, ir modificando», ha apuntado.
RALENTIZACIÓN DE LA GLOBALIZACIÓN.
Asimismo, el vicepresidente del BCE ha expresado su preocupación por que la economía mundial atraviese un proceso de fragmentación, no solamente relacionado con las tensiones geopolíticas, que suponga una reducción del proceso de globalización, que impulsó un crecimiento muy importante en las últimas décadas.
«Yo no creo que vaya a haber una desglobalización, creo que lo que va a haber es una ralentización de la globalización», ha afirmado Guindos, para quien esto puede tener consecuencias desde el punto de vista económico, en términos de crecimiento de la economía mundial y en términos de inflación, más allá del impacto concreto a corto plazo en los precios del petróleo.
«Tenemos que ver lo que son las tendencias estructurales y este proceso de ralentización de la globalización o de fragmentación, sin duda, es una de las cuestiones que más me preocupan personalmente», ha apostillado.