La junta directiva de International Distribution Services (IDS), empresa británica propietaria de Royal Mail, ha confirmado este miércoles un acuerdo sobre los términos y condiciones de la oferta en efectivo planteada por una sociedad controlada por el multimillonario checo Daniel Kretínsky, que ya controla un 27,6% de la compañía de logística.
Según las condiciones de la propuesta aceptada, el valor del capital social ordinario emitido y por emitir de IDS sería de aproximadamente 3.568 millones de libras esterlinas (4.192 millones de euros), lo que implica que el valor empresarial de IDS ascendería a 5.284 millones de libras esterlinas (6.208 millones de euros).
En concreto, la oferta contempla el pago en efectivo de hasta 370 peniques por cada acción de IDS, incluyendo 360 peniques por acción y la distribución de un dividendo final de 2 peniques correspondiente al último ejercicio fiscal, que no está condicionado a que la propuesta sea incondicional, además de un dividendo especial de 8 peniques por acción condicionado a que la adquisición sea declarada incondicional.
«IDS tiene potencial para convertirse en un actor logístico internacional líder», afirmó Keith Williams, presidente de IDS, subrayado que la junta de IDS ha negociado un paquete de amplio alcance de compromisos legalmente vinculantes que brindan a los clientes, empleados y partes interesadas «salvaguardas importantes».
En este sentido, Williams explicó que los compromisos alcanzados cubren la obligación de servicio universal de precio único, la estabilidad financiera y el mantenimiento del Grupo IDS, incluido Royal Mail, así como el mantenimiento de los beneficios y pensiones de los empleados, y garantizar que Royal Mail siga teniendo su sede y su residencia fiscal en el Reino Unido.
«La junta directiva de IDS cree que la oferta es justa y razonable dado que hay incertidumbres por delante y permite a los inversores obtener valor con una prima significativa», añadió.
De su lado, Daniel Kretínsky subrayó que su grupo empresarial tiene «el máximo respeto por la historia y la tradición de Royal Mail», defendiendo que la escala de los compromisos ofrecidos a la empresa y a los ciudadanos y el Gobierno del Reino Unido «refleja la seriedad con la que nos tomamos esta responsabilidad».