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La tasa de vacantes crece hasta 0,64 puestos por cada 1.000 activos, máximos desde 2010, según BBVA y Fedea

La tasa de vacantes ha crecido hasta una media de 0,64 puestos sin ocupar por cada 1.000 personas activas, lo que la sitúa en niveles no vistos desde finales de 2010, según datos del primer trimestre de 2024 del ‘Observatorio Trimestral del Mercado Laboral’ elaborado por BBVA y Fedea.

De esta manera, dos sectores registran la mayor incidencia de vacantes: tecnología de la información y las comunicaciones y actividades profesionales y científicas, dos sectores donde están la mayor parte de los ocupados con mayor cualificación.

Para BBVA Research, este incremento en el número de las vacantes no es más que el reflejo de que la economía española se encuentra en «una fase expansiva del ciclo».

En relación al mercado laboral, desde BBVA destacan que en el primer trimestre se prolongó la tendencia positiva, enlazando 3 años y medio de mejora, sobre todo por la creación de empleo en el sector privado. Así, la previsión es que la creación de empleo sea «favorable» de cara al próximo trimestre.

Por grupos de edad y nacionalidad, la creación de empleo se concentró en la población nacional española –donde están contabilizados los ciudadanos con doble nacionalidad– entre 16 y 25 años, que concentraron el 25% de los nuevos trabajadores, así como los mayores de 54 años (35%) y población extranjera entre 25 y 34 años (16%).

LOS EXTRANJEROS EXPLICAN LA MITAD DE LOS EMPLEOS CREADOS DESDE 2019

«Desde finales del año 2019, la población de nacionalidad extranjera prácticamente ha explicado la mitad de la creación de empleo en España, a pesar de que tan solo representa un 14% del total de la población ocupada», ha destacado el economista de BBVA Research, Juan Ramón García, durante la presentación del estudio.

En el lado contrario, el único grupo que no ha recuperado el nivel de empleo previo a la pandemia del Covid-19 es el de trabajadores de nacionalidad española con edades comprendidas entre los 35 y 44 años, con un nivel de empleo un 10% inferior a su nivel prepandemia.

‘GAP’ DE 800.000 TRABAJADORES ENTRE LA EPA Y LA AFILIACIÓN

Por su parte, Florentino Felgueroso, investigador de Fedea, ha avisado de que la diferencia de personas en desempleo entre la Encuesta de Población Activa (EPA) y las estadísticas de afiliación a la Seguridad Social ha crecido tras la adaptación de la EPA al censo de 2021.

Así, ha cifrado en 800.000 trabajadores los que están registrados como parados en las estadísticas del SEPE o de la Encuesta de Población Activa (EPA), pero que no forman parte de las dos a la vez.

Por grupos de edad, el número de desempleados de 45 años o más es el que mayor brecha tiene entre ambas estadísticas, todo lo contrario de los que tienen entre 16 y 24 años y los que tienen entre 25 y 44 años, donde la ausencia de prestación es la principal razón por la que los más jóvenes no se registran como demandantes de empleo en el SEPE.

Tres grupos son los responsables de este ‘gap’ entre los dos estadísticas: sector público afiliado a mutuas de funcionarios, trabajadores del sistema especial agrario y los trabajadores en pluriactividad.

Por otro lado, entre los principales métodos para buscar empleo, contactar con la Agencia de Empleo Público es la segunda vía a la que menos demandantes de empleo recurren, entorno a un 11% entre los ocupados que buscan empleo entre 25 y 44 años y solo un 8% entre los menores de 24 años.

EL 13% DE LOS OCUPADOS TOTALES NO TRABAJÓ NI UNA SOLA HORA

En relación a la horas trabajadas, el informe de Fedea y BBVA refleja que las horas trabajadas por ocupado menguaron un 0,3% en el primer trimestre, debido a la reducción por tercer trimestre consecutivo de las horas por ocupado.

Así, creció un 7% en tasa trimestral el número de ocupados que no trabajó ni una sola hora durante la semana de referencia, lo que supuso 2,8 millones de ocupados que no trabajaron, el 13% de los ocupados totales.

Además, también influyó el aumento de la tasa de parcialidad, que se ha situado alrededor del 13% en el primer trimestre del año. Todo ello, ha hecho que las horas efectivamente trabajadas se estabilizaron en las 36,2 horas en la semana de referencia.

EL CRECIMIENTO DE LOS COSTES LABORALES SE MODERÓ

Por otro lado, el crecimiento de los costes laborales se moderó hasta marzo, tanto por hora como por asalariado, debido a que la contención de las cotizaciones sociales y el aumento de la productividad por hora trabajada compensaron el avance de las remuneraciones.

Así, corregida la estacionalidad desfavorable, tanto la tasa de paro como la incidencia del desempleo de larga duración retrocedieron en el primer trimestre del año.

De esta manera, los parados de larga duración se moderaron hasta el 40%, una cifra que ha caído más de 10 puntos porcentuales en relación a mediados de 2022, cuando suponían cerca del 53%, o en comparación a 2014, cuando se situaban por encima del 65%.

«Tener un 40% de parados de larga duración es una cifra negativa, pero, en términos relativos, comparado con el pasado, no es tan dramático», ha recalcado García.

AUMENTA LA BRECHA DE PRODUCTIVIDAD ENTRE ESPAÑA Y EUROPA

Por otro lado, en relación a la productividad, desde BBVA Research han avisado de que se ha agravado el incremento en el déficit crónico de productividad laboral en España frente a la Unión Europea Monetaria (UEM) en la última década, a pesar de que tanto el valor agregado bruto (VAB) por hora trabajada como por ocupado han crecido más en España desde 2022.

El diferencial entre España y la zona del euro se debe a la menor productividad de las Tecnología de la Información y Comunicación (TIC), las actividades inmobiliarias y las actividades profesionales, y al menor peso en el VAB de algunos sectores con niveles de eficiencia productiva comparativamente elevados, como las TIC, la industria, las actividades financieras y las profesionales.

El aumento de la productividad interna explica el mayor avance del VAB por hora trabajada en España que en la UEM durante la Covid-19 y la recuperación posterior.

Por su parte, la respuesta a la crisis sanitaria explica las diferencias en las contribuciones sectoriales al crecimiento de la productividad laboral desde 2020.

De esta manera, la productividad real por ocupado disminuyó en el primer trimestre del año a pesar del repunte del PIB por hora trabajada, de manera que encadenó su tercer trimestre a la baja, con una caída del 0,2%.