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Delgado (Banco de España) estima que el PIB rondaría el 0,5% en el primer trimestre

La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, ha afirmado que el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en el primer trimestre del año podría situarse por encima del 0,4% estimado en su último ejercicio de proyecciones, pero por debajo del 0,6% del último trimestre de 2023.

Durante su intervención en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Granada, Delgado ha afirmado que la creación de empleo mantiene un «elevado dinamismo» en los primeros meses de 2024, favorecida, como en trimestres anteriores, por el impulso proveniente de los trabajadores de nacionalidad extranjera.

En relación a los indicadores de confianza, ha expuesto que el sentimiento económico aumentó en el primer trimestre del año como resultado de la mejora registrada en los indicadores de confianza de los consumidores, de la industria y de los servicios. Por su parte, los índices de gestores de compras (PMI), también mostraron un comportamiento favorable, situándose todos ellos por encima del nivel 50, el límite entre contracción y expansión de la actividad.

Todo lo contrario que la facturación, que reflejó en la Encuesta del Banco de España sobre la Actividad Empresarial (EBAE) un descenso para el primer trimestre el año, en línea con la previsión de crecimiento del PIB, que será inferior a la registrada en el cuarto trimestre de 2023.

En relación a la nuevas operaciones de crédito, ha afirmado que van «consolidando» su recuperación, especialmente en el segmento de hogares, mientras el coste de la financiación «todavía elevado», está empezando a reducirse, sobre todo en el segmento de adquisición de vivienda.

Por su parte, los criterios de concesión de préstamos se mantuvieron estables en el primer trimestre o se endurecieron a un menor ritmo que en el trimestre precedente, en línea con lo esperado por las entidades de crédito, una dinámica que se espera que sea similar para el segundo trimestre del año, según la subgobernadora del Banco de España.

Asimismo, ha indicado que la demanda de crédito para consumo y otros fines se mantuvo estable en los tres primeros meses del año, mientras que volvió a contraerse en las otras dos modalidades. Entre abril y junio se prevé un leve aumento de la demanda de los hogares y que las peticiones de fondos de las empresas no varíen.

LOS PRECIOS DE ALIMENTOS DECRECEN

Respecto a la inflación, la subgobernadora del Banco de España ha señalado que la inflación se ha estabilizado en el primer trimestre del año, con un ligero descenso en la inflación subyacente y un repunte en el componente energético, mientras que los precios de los alimentos prosiguen con su desaceleración.

«Los precios de los derivados de cereales y de lácteos son los que más han contribuido a la desaceleración del agregado de alimentos procesados, mientras que los incrementos en el precio del aceite se mantienen tasas interanuales cercanas al 70%», ha recalcado.

No obstante, el diferencial con la Unión Europea se ha mantenido positivo en los últimos meses, con arreglo a los componentes de alimentos y energía, mientras que la inflación subyacente evoluciona de forma similar en España y el área del euro.

En relación a la inflación subyacente, ha expuesto que, entre sus componentes, los bienes industriales no energéticos han prolongado la senda de desaceleración de los meses anteriores, mientras que el componente de servicios ha registrado una cierta resistencia a la baja.

PROYECCIONES PARA EL PERIODO 2024-2026

De cara a 2024, las proyecciones apuntadas en marzo por el Banco de España sitúan el PIB al 1,9%, lo que supone tres décimas más que la anterior previsión, y el mismo porcentaje que se espera para 2025 (1,9%), pero dos décimas más de lo que se prevé para 2026 (1,7%).

Entre los factores que contribuirán positivamente al dinamismo de la actividad a lo largo del horizonte de proyección, Delgado ha destacado la disipación gradual del impacto negativo del endurecimiento de la política monetaria sobre la actividad, el avance de las rentas reales y reactivación paulatina de la economía europea y global y el mayor despliegue de los fondos ‘Next Generation EU’ y crecimiento poblacional previsto.

En el lado opuesto, como factores que contribuirán negativamente, ha apuntado al agotamiento de «algunos vientos de cola» que han impulsado recientemente el crecimiento, persistencia de considerables tensiones geopolíticas y precios de la energía por encima de su nivel pre-pandemia y posibles elementos estructurales en la debilidad reciente de la inversión.

En relación a la inflación, se revisó a la baja en seis décimas en la anterior previsión, hasta el 2,7%, por los menores precios de la energía observados en los últimos meses y unas perspectivas más favorables para los próximos trimestres, así como por la extensión parcial — no contemplada en las proyecciones de diciembre — de algunas de las medidas desplegadas ante la crisis energética. Para 2025, se espera un 1,9% y en 2026, un 1,7%.

Entre los factores responsables de esta estabilización, están las dinámicas relativamente favorables para los precios de la energía, la traslación progresiva al resto de componentes del índice armonizado de los precios del consumo de las reducciones ya observadas en los precios de la energía, el impacto sobre la demanda del endurecimiento acumulado de la política monetaria y el supuesto de que no se materializarán efectos de segunda vuelta significativos sobre la inflación.

Por otro lado, se estima una tasa de paro en el 11,6% en 2024, un 11,5% en 2025 y un 11,3% en 2026; un déficit en la financiación de las administraciones públicas sobre el PIB del 3,5% hasta 2026, medio punto por encima del compromiso con la Unión Europea (3%), y una deuda de las administraciones sobre el PIB del 106,5% en 2024, 107,2% en 2025 y 108,4% en 2026.

PRINCIPALES RIESGOS

De igual manera, Delgado ha avisado de los principales riegos para la economía son la escalada de los conflictos bélicos en la Franja de Gaza, el mar Rojo y Ucrania, la magnitud de los efectos del endurecimiento de la política monetaria sobre la actividad y los precios y la evolución de márgenes empresariales, salarios, costes laborales unitarios y competitividad.

También el menor dinamismo de la actividad económica global, la reactivación de las reglas fiscales europeas y el ritmo de ejecución de los proyectos asociados al programa ‘Next Generation’ e impacto sobre la actividad.