El Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (consorcio público formado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, la Generalitat de Cataluña y la Universidad Politécnica de Cataluña), ha adjudicado a la tecnológica estadounidense Intel un contrato público de casi 8,5 millones de euros (impuestos incluidos) para la provisión de chips, según figura en el portal de contratación del Estado.
En concreto, el objetivo del contrato es la provisión de chips de diseño específico junto con la placa de circuito impreso que permita conectar estos elementos a otros sistemas de computación, según recoge el pliego de prescripciones técnicas de esta licitación, que cuenta con financiación de la Unión Europea a través de los fondos Next Generation.
En el documento de justificación del contrato se argumenta que el Centro Nacional de Supercomputación es «uno de los principales actores a nivel europeo en la investigación relacionada con el desarrollo de procesadores de cómputo europeo» e «impulsor y coordinador de la iniciativa de creación del ‘Chip Europeo'».
También se recuerda que participa, entre otras investigaciones, en los proyectos EPI (European Processor Initiative), MEEP (Marenostrum Exascale Experimental Platform), Eupilot o eProcessor, enfocados al desarrollo y producción de nodos de computación con tecnología europea.
Esta actuación se complementa con las iniciativas enmarcadas en el Perte Chip, que buscan «situar a España como un país de referencia en el diseño y la fabricación de chips», en particular, a través de un refuerzo de la capacidad científica del país con actuaciones para «fortalecer la I+D+i sobre microprocesadores de vanguardia y arquitecturas alternativas».
«Con el objetivo de desarrollar prototipos de chip tecnológicamente compatibles con los futuros superordenadores europeos, incluido el supercomputador Marenostrum 6 en 2028, el proyecto precisa contratar el suministro de circuitos integrados (chips) de diseño específico y placas de circuito impreso específicas para la verificación funcional de dichos chips», añade el documento de justificación del contrato adjudicado finalmente a Intel.
En este contexto, el Barcelona Supercomputing Center argumenta la adjudicación para la provisión de esos chips a Intel por ser el «licitador con la oferta con mejor calidad precio». No obstante, la compañía estadounidense ha sido la única que se ha presentado a la licitación.
En marzo de 2022 Intel anunció la creación junto al Barcelona Supercomputing Center de un laboratorio de computación avanzada como parte de su plan de inversiones en España, mientras que en mayo de ese mismo año se hizo pública una inversión del Gobierno e Intel de hasta 400 millones de euros –200 millones cada uno– para esas instalaciones.