El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha asegurado que España dispone de talento e ideas innovadoras para ser referente mundial en tecnologías y técnicas de la alimentación y que el objetivo es que estos avances lleguen a las explotaciones agrarias y las empresas, para lo que es fundamental la colaboración entre «agentes del conocimiento, empresas y el propio sector agroalimentario» y, así, desarrollar «soluciones concretas a problemas concretos».
Planas ha hecho estas apreciaciones en su discurso inaugural del «European Foodtech Nations Summit», foro que se celebra en el BEC de Barakaldo en el marco del IV Congreso Internacional «Food 4 Future» y en el que más de 40 representantes internacionales dan a conocer los ecosistemas de innovación clave a nivel alimentario en un encuentro centrado en tecnología alimentaria y su cadena de valor.
Tras destacar que el sector agroalimentario español invierte en I+D unos 900 millones de euros al año y que es una potencia agroalimentaria de primer orden, el ministro ha puesto en valor «el esfuerzo de las empresas y centros de investigación españoles para incorporar las nuevas tecnologías al conjunto de la cadena alimentaria para transformar el sistema agroalimentario».
En este punto se ha mostrado convencido de que España cuenta con el talento e ideas innovadoras para ser un referente mundial en tecnologías y técnicas de la alimentación y entre las iniciativas de apoyo a los emprendedores puestas en marcha por el Gobierno, Planas ha citado el programa de incubación y aceleración de empresas a través del centro de innovación digital «La Vega Innova» y la línea de créditos «AgroInnpulso».
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación ha resaltado que España cuenta en materia de ciencia y tecnología con avances evidentes y ha destacado también la pujanza de las empresas emergentes españolas, que «tienen mucho que ofrecer para mejorar la sostenibilidad y rentabilidad del sector agroalimentario».
Tras reiterar que «España cuenta con un extraordinario potencial en tecnología alimentaria «para ofrecer soluciones concretas a problemas concretos», el ministro ha trasladado que su mayor preocupación en este aspecto es que estos avances lleguen a las explotaciones agrarias y las empresas».
Planas ha recordado en su intervención inaugural del foro que esos 900 millones en inversiones en materia de I+D surgen de sumar las aportaciones del sector primario, la industria, la administración pública y las universidades.
Para el ministro, se trata de «una cifra relevante que sitúa a España en la buena dirección para acercarnos a los niveles de los países más innovadores».
SELLO DISTINTIVO
En este sentido, y tras recordar que España es el cuarto mayor exportador agroalimentario de la Unión Europea y séptimo del mundo, ha incidido en que para ser un referente mundial en este terreno, «resulta necesario potenciar y diferenciar a este tipo de empresas emergentes a través de un distintivo o sello que ponga en valor estos proyectos innovadores concebidos para transformar el sistema agroalimentario, a través de la digitalización, y para darles proyección en el exterior».
Planas ha aludido también a otras fortalezas españolas, como en producción de alimentos y bebidas, gracias a disponer de una potente producción agraria y pesquera que le permite jugar un papel clave en la autonomía alimentaria de la Unión Europea y ser un garante en el abastecimiento de alimentos.
También ha valorado el esfuerzo de las empresas emergentes y centros tecnológicos españoles para incorporar las nuevas tecnologías, no solo a la producción primaria y la transformación de alimentos y bebidas, sino también a toda la cadena logística y de distribución, así como a la restauración.
En concreto, Luis Planas ha subrayado que España cuenta con un «potente» ecosistema de empresas de tecnología alimentaria, con 420 empresas emergentes registradas, más de 50 universidades y 20 centros tecnológicos especializados.
En su intervención, Planas ha explicado que la modificación de la Ley de la Ciencia, Tecnología e Innovación es una importante herramienta para avanzar en la mejora del sistema de ciencia, tecnología e innovación a través de inversiones en Investigación y Desarrollo, con el objetivo puesto en alcanzar el 1,25 % del Producto Interior Bruto en inversiones en I+D en 2030.
El ministro ha asegurado que las nuevas tecnologías constituyen una herramienta de gran valor para dar respuesta a los retos derivados del cambio climático, el incremento de costes, la salud o la seguridad alimentaria.
Según ha precisado, la agrotecnología está permitiendo lograr avances en la automatización de procesos, para aumentar la productividad; en biotecnología, para mejorar especies y aumentar la calidad y seguridad alimentaria; y en conectividad y análisis inteligente, para tomar las mejores decisiones.
En este punto, el ministro español ha recordado que desde hace casi diez años, la Comisión Europea impulsa la colaboración entre agentes del conocimiento, empresas y el propio sector agroalimentario, a través de la Asociación Europea para la Innovación Agraria, para desarrollar soluciones y, de esta forma, «poder financiar grupos y proyectos innovadores en el marco de la Política Agraria Común (PAC)».
Con esta iniciativa, ha subrayado, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha apoyado la creación de 177 grupos operativos de innovación y 124 proyectos innovadores de interés supraautonómico, con 70 millones de euros de ayudas concedidas.
Asimismo, Planas ha mencionado que el Plan Estratégico de la PAC para el periodo 2023-2027 incluye 389 millones de euros de inversión pública para innovación, formación y asesoramiento y que en 2023 se publicó la primera convocatoria de estas ayudas a proyectos innovadores, con 37,5 millones de euros. Para 2025, ha proseguido, está previsto publicar la mayor convocatoria que se ha hecho de esta línea de ayudas en España, con 46,25 millones de euros.
El ministro ha añadido que el ministerio no solo apoya la innovación de las entidades ya consolidadas, sino también a las personas emprendedoras, «que empiezan y arriesgan, que ofrecen una innovación más disruptiva».
Las más de 420 empresas emergentes registradas en España forman parte de un nuevo ecosistema de emprendimiento innovador, que juegan un papel destacado en la transformación y mejora del sistema alimentario.
Entre las iniciativas de apoyo a los emprendedores, el ministro ha citado en su intervención el programa de incubación y aceleración de empresas, a través del centro de innovación digital «La Vega Innova», y la línea de créditos «AgroInnpulso», que cuenta con 43 millones de euros de presupuesto. Así, hasta finales del mes de marzo, se han firmado más de 120 préstamos, con 22 millones de euros de desembolso.
El ministro ha recordado que el sector agroalimentario cuenta en estos momentos con más apoyos que nunca para incorporar la innovación en sus explotaciones, procedentes principalmente de la PAC y del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. «Tenemos un sector dinámico y competitivo capaz de aprovechar estas oportunidades, y estamos creando las condiciones adecuadas para el desarrollo de empresas innovadoras», ha destacado finalmente.