Las aerolíneas han programado unos 240 millones de asientos en España para este verano, lo que supone un incremento del 13,5% con respecto a lo operado en la misma temporada del año anterior.
El presidente de la patronal, Javier Gándara, ha presentado este martes estas previsiones en rueda de prensa y ha indicado que estos incrementos se reparten de manera homogénea por todas las regiones y aeropuertos, lo que son «buenas noticias» porque la recuperación ya no es «exclusiva de unas cuantas regiones» como estaba ocurriendo tras la pandemia.
Con estas previsiones, la patronal considera que España podría batir un nuevo récord de pasajeros en 2024, más aún si se tiene en cuenta que el primer trimestre se ha cerrado con un 13,2% más de pasajeros que el año anterior.
No obstante, Gándara ha indicado que existen algunas incertidumbres que podrían condicionar «la buena marcha del tráfico aéreo», destacando la situación geopolítica, la fluctuación del precio del combustible, la inflación o un posible deterioro de la situación económica.
Además, el tráfico aéreo español podría verse afectado por otros factores, como son las huelgas de controladores en Francia, ya que España es el país más afectado por estas huelgas, por detrás de la propia Francia.
En concreto, los continuos paros en el control aéreo galo a lo largo de 2023, con especial intensidad entre febrero y mayo, afectaron a casi el 4% de los vuelos en España. Casi 86.000 vuelos han registrado algún tipo de retraso, o han sufrido cancelación por el cese de actividad en el control aéreo francés, provocando una demora promedio de 24 minutos en cada vuelo.
Para superar esta situación, Gándara ha recalcado la necesidad de que la Comisión Europea exija a Francia que blinde los vuelos que cruzan el espacio aéreo francés para proteger a los pasajeros, que son los más perjudicados por las huelgas del control aéreo en Francia, y evitar las emisiones de CO2 adicionales que provoca esta situación.
Otro de los retos del sector aéreo, más en el medio y largo plazo, es la descarbonización de la aviación. Sobre esta cuestión, el presidente de ALA ha fiado esta transición al combustible sostenible (SAF, por sus siglas en inglés), al desarrollo del Cielo Único Europeo y a la intermodalidad, frente a medidas contra el crecimiento de la aviación, como la supresión de vuelos cortos o un impuesto al queroseno de la aviación.
En esta línea, el máximo responsable de ALA ha apelado a la responsabilidad del Gobierno para configurar «el mejor camino para conseguir la sostenibilidad ambiental» salvaguardando la sostenibilidad económica y social, y eso «pasa por incentivar el desarrollo de SAF».