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Georgieva (FMI) anticipa un crecimiento global algo más fuerte, pero que apenas supere el 3% a medio plazo

El crecimiento de la economía mundial es «marginalmente más fuerte» como consecuencia de la sólida actividad en Estados Unidos y en muchas economías emergentes, según ha adelantado este jueves la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, como anticipo de las nuevas previsiones macroeconómicas que la institución dará a conocer la próxima semana.

En su discurso inaugural de las reuniones de primavera, que se celebrarán en Washington entre el 15 y el 20 de junio, la economista búlgara ha destacado la contribución del vigoroso consumo de los hogares y la inversión empresarial, así como de la atenuación de los problemas de la cadena de suministro, mientras que la inflación está bajando algo más rápido de lo esperado.

En este sentido, ha defendido que la resiliencia de la economía mundial se está viendo favorecida por unos mercados laborales fuertes y una fuerza laboral en expansión, impulsada en parte por la inmigración.

«Basándonos en este panorama, resulta tentador dar un suspiro de alivio», ha apuntado Georgieva, destacando que se ha evitado «una recesión global y un período de estanflación», pero todavía hay muchas cosas de qué preocuparse.

En este sentido, ha adelantado que las perspectivas de crecimiento global a medio plazo del FMI siguen estando muy por debajo de su promedio histórico y muestran una expansión «apenas por encima del 3%», un ritmo de crecimiento débil para los estándares históricos, mientras que la inflación «no está totalmente derrotada», los colchones fiscales se han agotado y la deuda ha aumentado, lo que plantea un desafío importante para las finanzas públicas en muchos países.

«Tomar las decisiones políticas correctas definirá el futuro de la economía mundial y cómo se recuerda esta década», ha subrayado la directora del FMI, preguntándose si esta pasará a la historia como «los turbulentos años veinte»; los «tibios años veinte» o «los transformacionales años veinte».

En este punto, Georgieva ha advertido de que, sin una corrección del rumbo, «nos dirigimos hacia los tibios años veinte», una década lenta y decepcionante de lento crecimiento y descontento popular.

Frente a esta situación, la búlgara ha señalado que los responsables políticos pueden evitar decisiones difíciles para salir adelante con políticas menos buenas o pueden elegir buenas políticas para abordar decisivamente la inflación y la deuda, así como impulsar la productividad, la inclusión, y crecimiento sostenible. «Lo que necesitamos son los ‘años veinte transformadores'», ha defendido.

BAJADAS DE TIPOS EN EL SEGUNDO SEMESTRE.

En este sentido, para Georgieva lo primero es recuperar la estabilidad de precios, una tarea para los banqueros centrales, que ante la evolución del proceso de desinflación en las economías avanzadas permitiría comenzar a bajar tipos en la segunda mitad del año.

«Esperamos que la tendencia continúe en 2024, creando las condiciones para que los principales bancos centrales de las economías avanzadas comiencen a recortar las tasas en la segunda mitad del año», ha indicado, advirtiendo de que «el ritmo y el momento del giro monetario variarán».

En este tramo final, para la directora del FMI es doblemente importante que los bancos centrales mantengan su independencia y resistan los llamados a recortes anticipados de las tasas de interés.

«Una flexibilización prematura podría generar nuevas sorpresas inflacionarias que incluso podrían requerir un nuevo episodio de ajuste monetario», advierte Georgieva, para quien, por otro lado, retrasar demasiado la decisión podría arrojar un jarro de agua fría sobre la actividad económica.