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Economía

La economía española suavizará su ritmo de crecimiento en 2023 hasta el entorno del 1%

De acuerdo a las previsiones de Metyis, el crecimiento económico de España en 2023 se producirá gracias a la demanda doméstica privada, mientras que la demanda externa no generará aportación positiva.

El 2023 seguirá marcado por una alta incertidumbre y volatilidad, con una acentuada desaceleración económica en la eurozona y una persistente inflación que rondará el 4% en España, duplicando el objetivo del 2% del BCE. Frente a esta situación, la economía española podría lograr un tímido crecimiento del 1%.

Estas son las principales previsiones económicas para 2023 de la consultora estratégica Metyis, que participa cada bimestre en el panel de Funcas y que ha sido reconocida como una de las consultoras con previsiones más acertadas en la diana de ESADE.

Metyis apunta en su análisis que, a pesar de que las medidas tomadas por el BCE en 2022 ayudarán a que la inflación apunte a la baja a lo largo del año próximo, la espiral de precios de 2022 ha deteriorado de forma importante los salarios y la renta disponible de las familias en términos reales, y no permite garantizar que la inflación retorne al objetivo a corto plazo. De hecho, según las previsiones que maneja el propio BCE la inflación no volverá a valores inferiores al 2% hasta 2026.

Leve crecimiento

Las recientes previsiones publicadas por Metyis señalan que en 2023 España podría sortear la recesión y llegar a crecer entorno al 1%, aunque el PIB todavía continuará por debajo de los niveles de 2019 previos a la pandemia.

La tímida evolución económica se debe a que experimentamos niveles muy reducidos de confianza del consumidor, una menor oferta de financiación y unas condiciones financieras más restrictivas. A lo que hay que sumar las subidas de tipos, que traerán un encarecimiento adicional de las refinanciaciones y el crédito nuevo y un endurecimiento en los criterios de concesión.

Todo en conjunto lastrará el consumo privado, que podría crecer un 1%, y la inversión, que muestra un crecimiento cercano al 2% según Metyis, frente al 5% de 2022, sustentado principalmente en el aumento del desarrollo de proyectos financiados con fondos NGEU, que además pueden generar un cierto efecto arrastre de la inversión privada.

El comercio exterior verá una rebaja del crecimiento de exportaciones e importaciones en 2023 respecto a 2022. La tasa se situará alrededor del +4%, proyección que obedece principalmente al enfriamiento de la demanda exterior y a que el turismo ya ha recuperado sus niveles previos a la pandemia 2022, por lo que sus posibilidades de mejora son limitadas.

No obstante, Metyis también proyecta que España mantendrá un déficit fiscal elevado, cercano al 4%, que dificultaría reducir la deuda pública que actualmente se sitúa en el 115% del PIB.

Riesgos

Los principales riesgos para la economía española detectados por Metyis en su análisis siguen siendo la energía, que mantendrá una alta incertidumbre en términos de abastecimiento y precios, y que puede traspasar la incertidumbre y afectar a otras materias primas.

Por otra parte, la guerra de Ucrania y el riesgo de que aparezcan nuevos frentes de conflicto geopolítico podrían seguir dislocando los flujos financieros y comerciales globales, así como generar una ralentización adicional de la demanda internacional de los bienes y servicios producidos en España.

Unos riesgos que, según apunta Metyis en su informe, podrían ser en parte compensados si vemos una aceleración en la ejecución de fondos NGEU, una suavización adicional de las disrupciones globales de oferta, el mantenimiento del dinamismo del empleo o una mayor resistencia de la prevista por parte de las empresas y hogares ante los repuntes de precios y tipos de interés.

Inflación

El factor más relevante del ejercicio que ahora termina fue la inflación, con una aceleración súbita y una persistencia que no fue adecuadamente anticipada por las proyecciones de inicios de año. Con un promedio superior al 8%, cuatriplicando el objetivo estatutario del BCE, la espiral de precios ha erosionado fuertemente los salarios y la renta disponible de las familias en términos reales, con riesgos de que se refleje en el IPC subyacente y se mantenga con ello una inercia adversa y más duradera.

En este contexto, sin embargo, España podría cerrar el 2022 con un crecimiento del PIB del 4,6% según las proyecciones elaboradas por Metyis en noviembre de 2022. Una desviación que tiene su explicación en las complicaciones económicas aparecidas en el entorno exterior durante 2022 con la persistencia de los cuellos de botella, las dificultades de las cadenas globales de distribución, el alza en los precios de las materias primas y de la energía o los riesgos de desabastecimiento energético.

Pese a ello, el crecimiento de la economía española en 2022 ha estado sustentado por el destacado incremento de la demanda externa con las exportaciones creciendo en torno al 17% en 2022, diez puntos más que las importaciones, y generando la mitad del crecimiento del PIB. A este dato han contribuido especialmente las exportaciones de servicios, lideradas por la recuperación que ha vivido el turismo este año. Ello ha permitido compensar el mayor déficit registrado en la balanza exterior de mercancías.

Por el contrario, el consumo doméstico ha moderado su crecimiento en torno al 2%, frente al 6% de 2021, debido a la baja confianza del consumidor, y la subida de precios y de tipos de interés. Además, el consumo público se ha estancado también en 2022, tras caer de forma considerable en los 3 primeros trimestres del año.

Así, el rubro más dinámico fue la inversión, que habría crecido un 5% sustentada por la reducción de inventarios, el tirón de las exportaciones o el despliegue paulatino de los fondos europeos del programa Next Generation European Union (NGEU).

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