La 75ª edición del famoso festival de Sanremo, en Italia, ya tiene su ganador: el cantante ligur Olly con su canción ‘Balorda nostalgia’ obtuvo el premio tan esperado. El cantante se contagió de la emoción de sus compañeros y todo el público del Ariston exclamó: «es absurdo, pero ha ocurrido de verdad». Claramente emocionado, el joven genovés de 23 años, licenciado en economía y gestión, hijo de padre abogado y madre magistrada, siente pasión por la música. Desde hace unos años, mientras estudia, escribe y publica letras en las redes sociales y en TikTok. Como cada año, la clasificación del podio de Sanremo ha generado una gran polémica. Resulta ciertamente extraño no ver a Achille Lauro y Giorgia entre los primeros nombres de la clasificación, pero esto no sólo forma parte del festival, sino probablemente del contexto cultural italiano. A cada victoria corresponde una crítica, más o menos intensa.
Su canción ya arrasa en las radios italianas, el camino del éxito para Olly ya está trazado y ahora le espera el siguiente paso para todos los ganadores del Festival de Sanremo, a saber: el Eurovisión; el concurso musical más importante y prestigioso de Europa reservado por derecho a los ganadores de los festivales nacionales de la canción y la música organizados por las televisiones de cada país que compiten en el certamen creado en 1956 en Lugano.
Ya en la sala de prensa tras ganar el festival, Olly hizo «temblar» a los oyentes al afirmar que no estaba seguro de ir a Eurovisión el próximo mes de mayo. Estas fueron las palabras del cantante: «no tengo miedo, pero tengo que ser totalmente sincero, todo lo que me pasó ayer es una locura. Siempre he dicho que no valoro ganar. Todavía no he pensado en la posibilidad de participar. Necesito metabolizar. Si existe la posibilidad de tomarme un tiempo, lo pido porque es un acontecimiento muy importante».
¿Qué pasa si no va a Eurovisión?
Por lo tanto, Olly tiene la posibilidad de decidir no acudir a Basilea para el Festival de Eurovisión. Sus decisiones personales pueden dar lugar a debate, pero son legítimas. No sería la primera vez que esto ocurre. Sucedió en 2016, cuando fue Stadio quien ganó el Festival de Sanremo, pero decidió renunciar al certamen europeo. En su lugar se envía a Francesca Michielin, subcampeona en aquella edición. Lo mismo ocurriría hoy si Olly decidiera no participar en Eurovisión. Las normas establecen que debe seguirse el orden de la clasificación. La elección recaería entonces en Lucio Corsi o, si éste tampoco acepta, en Brunori Sas. En realidad, el reglamento dice que no hay restricción de nacionalidad para los cantantes que compiten en las selecciones, ni para las canciones, que pueden interpretarse en cualquier idioma. Sin embargo, cada emisora puede imponer otras restricciones, según su propio criterio. Las selecciones nacionales se encargan entonces de elegir al intérprete, o sólo la canción, o ambas cosas. La emisora también puede reservarse el derecho de elegir a otro representante que no sea el ganador en caso de que éste no pueda participar. Claudio Fasulo, Director Adjunto de Entretenimiento de Prime Time, dio una semana de plazo a la cantante genovesa para decidirse: «no hay prisa al momento, puedes tomarte una semana, por supuesto nos gustaría que aceptaras».
Italia, con un total de 50 participaciones en Eurovisión, participó ininterrumpidamente desde 1980 hasta 1997, luego se quedó fuera hasta 2011, y lo ganó en tres ocasiones: en 1964 con ‘Non ho l’età (per amarti)’ de Gigliola Cinquetti; en 1990 con ‘Insieme: 1992′ de Toto Cutugno, y en 2021 con ‘Zitti e buoni’ de Måneskin.