La crisis sanitaria por coronavirus no ha pasado desapercibida para ningún sector. En mayor o menor medida, todos han visto como esta pandemia ha marcado un antes y un después en la economía del país.  Estos cinco directivos te dan las claves que te ayudarán a entender lo que va a pasar en el sector seguros y servicios de salud:

Tras el Decreto del Estado de Alarma, que entró en vigor el 14 de marzo, las matriculaciones de vehículos nuevos han caído drásticamente, dada la contracción del consumo y la paralización de actividad industrial que se ha producido. Esto lógicamente tiene su efecto directo en las ventas de seguros, especialmente en el de Todo Riesgo, que es el que suele contratar el cliente cuando adquiere un coche nuevo.

Pienso, por tanto, que el crecimiento para las aseguradoras de autos será menor del que veníamos teniendo en los últimos trimestres, debido a esa caída drástica en la venta de vehículos nuevos y, en general, por la contracción del consumo. También debo de decir que en Línea Directa estamos aguantando muy bien la situación porque nuestro valor diferencial ha sido siempre el precio. Al carecer de red de intermediarios y oficinas por toda la geografía nacional, podemos ajustar mejor y de manera más rápida los precios a nuestros asegurados. También nuestro liderazgo digital nos está ayudando mucho en estas circunstancias.

Y, desde el punto de vista del servicio, nos estamos adaptando con muchísima agilidad a las nuevas circunstancias. Fruto de ello son, por ejemplo, dos servicios que hemos puesto en marcha en los primeros días de mayo: la desinfección de los coches de nuestros clientes con virucidas de última generación o el nuevo servicio de videoconsulta y chat médico en línea, que hemos puesto en marcha en nuestro seguro de salud, Vivaz, hace escasamente un mes y con el que ya hemos atendido casi 2.000 consultas de nuestros clientes a través de la app de Vivaz.

El impacto que toda esta situación tendrá a medio plazo en la movilidad es una gran incógnita, pues confluyen muchos factores, desde la propia crisis económica de mayor o menor profundidad que viene, hasta los factores sanitarios y psicológicos de rechazo de transportes colectivos en la medida que sean masivos, el turismo, el teletrabajo en la movilidad urbana, etc.

A corto plazo, seguimos en estado de alarma y eso significa que seguimos estando muy condicionados a que exista un pequeño repunte. En el sector sanitario privado en general, y en el hospitalario en particular, la situación es bastante preocupante porque nuestra actividad se fundamenta en el paciente ambulatorio y de urgencias. Nosotros llevamos mucho tiempo intervenidos por el confinamiento y eso ha provocado que todos nuestros procesos habituales se hayan paralizado y la actividad sanitaria programada se haya reducido en un 85 o un 90%. Somos un sector estratégico que no ha podido beneficiarse de ningún tipo de ERTE y eso, a corto plazo, nos lleva a una situación de inestabilidad económica muy preocupante. Habrá que ver cómo evoluciona la pandemia, pero pienso que recuperar la actividad programada nos va llevar, posiblemente muchos meses. Además, la situación ha demostrado que hace falta que se establezca un concierto de colaboración público-privada.

  • Adolfo Fernández-Valmayor, director de Transformación y Sistemas de Quirónsalud.

Si la transformación digital de las compañías del sector sanitario era una necesidad imperante años atrás, la llegada del nuevo coronavirus nos ha hecho acelerar la maquinaria y centrar todos nuestros esfuerzos en ofrecer un servicio asistencial no presencial más eficiente y cercano, un hecho que nos está permitiendo ganar en eficiencia y competitividad, pero sobre todo dar respuesta a las necesidades de nuestros pacientes. Tanto los profesionales sanitarios como los pacientes estamos demostrando ser capaces de sacar el máximo rendimiento de las nuevas tecnologías, lo que nos da certeza de que servicios como la telemedicina o la receta electrónica han llegado para permanecer en el largo plazo como parte integral de los nuevos procesos de asistencia sanitaria conviviendo con los servicios presenciales.

  • Iñaki Ereño, CEO de Sanitas y Europe & Latam de Bupa.

Necesitamos construir un sistema sanitario mucho más resiliente ante rebrotes inmediatos de la pandemia o ante nuevas emergencias sanitarias en el futuro. El propio reto del cambio climático y las cuestiones ambientales derivadas son desafíos de salud que deberemos abordar colectivamente. Decíamos que teníamos la mejor sanidad del mundo y se ha demostrado que tenemos aún muchos retos a los que hacer frente. Sí contamos con excelentes profesionales, de los mejores del mundo, pero falta invertir en formación y en recursos (equipos de protección individual, camas de hospitalización y UCIs, pruebas, etc.), en ser autosuficientes sin dependencia de los merca- dos exteriores y tener capacidad de respuesta ante las emergencias sanitarias.

Hay un desafío importante en el suministro del material sanitario necesario. La Unión Europea ha de mostrarse en este aspecto como la potencia económica que es a nivel mundial, para realizar compras como unidad y así asegurar suministros y abaratar costes. Debemos profundizar en que la sanidad pública y privada actúen como una sola cuando nos enfrentamos a retos de salud pública: una única sanidad, sin apellidos.

Me comprometo a que Sanitas continúe siempre centrada en resolver las necesidades de los pacientes, con la innovación como leitmotiv, centrada en la solución y en continuar siendo un excelente complemento a una sanidad pública que ha de acometer cambios. Debemos digitalizar la sanidad ya. Es urgente. En los momentos más duros de esta emergencia sanitaria las soluciones digitales se han manifestado como herramientas fundamentales. La digitalización acercará más y más rápidamente la sanidad a quienes lo necesitan, al tiempo que permitirá mantener el servicio a pacientes, aun en tiempos de pandemias. Nos queda camino por andar, el paciente ya está en esa pantalla (en Sanitas hemos pasado de 300 videconsultas diarias a 5.000), ahora tenemos que ser nosotros quienes estemos a la altura de esta exigencia.