Aunque la marca más conocida del grupo es Zara, Inditex cuenta con nueve enseñas que venden ropa, accesorios, lencería y complementos para el hogar. El grupo ha logrado expandirse de esta manera gracias a un modelo de negocio propio y muy particular. La mayor parte de su producción se elabora en España, Portugal y Marruecos, muy cerca de las tiendas europeas, en las que se genera el 65% de las ventas. Aunque los costes de fabricación son mayores, controlan los procesos y se aseguran los estándares de calidad y que la mercancía llegue a su destino en 48 horas. La distribución es clave.
Por esta razón los precios de venta de Inditex son más altos que otras grandes cadenas como H&M o Primark, aunque los expertos consideran que la compañía gallega se lo puede permitir. Jaime Vázquez, analista de la gestora de fondos Bestinver, apunta a Forbes que “la línea de negocio de otros grupos no puede apostar por precios más caros ya que tienen un producto más básico, con menos componente fashion y de menor calidad, por lo que no pueden justificar un precio de venta mayor a sus clientes”.
La empresa prácticamente no tiene inventarios y cambia sus líneas de productos de forma constante. De esta manera consigue que en sus comercios no haya inventarios y siempre productos diferentes; así se aseguran visitas continuadas de sus clientes. Si en cualquier tienda de Inditex un cliente ve una prenda que le gusta suele comprarla, ya que probablemente en 10 días haya desaparecido de las estanterías. Si vas a Armani a principios de invierno tienes prácticamente asegurado que en rebajas estarán las mismas prendas que al inicio de temporada. Esto ha provocado que la empresa se haya convertido en una máquina de vender y el pasado ejercicio sus ingresos superaran los 20.900 millones de euros.
Un caso de estudio
En sus procesos internos hay muchos más detalles que elogian los expertos en moda y los analistas. El modelo, que es un caso de estudio en algunas de las principales escuelas de negocios del mundo, es muy difícil de replicar y además exige tiempo, coinciden unos y otros. Para Nicolás López, director de análisis de la firma de valores M&G “es imposible de la noche a la mañana crear el modelo de negocio y la estructura que tiene hoy Inditex, por lo que un posible competidor tendría por delante una larga travesía hasta poder hacerle sombra”.
Al éxito de la matriz de Zara y de otras cadenas europeas también ha contribuido la caída de grandes nombres americanos, como GAP, que no han sido capaces de seguir los pasos de la empresa española. Para Nicolás López hay una explicación: “casi todas las compañías del sector de la moda y el lujo son europeas por la tradición y el valor que se ha dado a la elegancia en Europa. Las grandes cadenas como Inditex han sabido llevar esa elegancia al gran público a un precio competitivo. Las compañías americanas pueden competir en muchas cosas pero no tanto en la calidad de sus diseños”.
El consejero delegado de Inditex, Pablo Isla, lo ha dicho en varias ocasiones: el éxito de esta empresa es haber conseguido democratizar la moda. Hasta hace unos años parecía casi inconcebible ir vestido con prendas de calidad sin pagar altos precios.
Los expertos creen que ha llegado el momento de frenar la expansión de tiendas y han aplaudido la reciente estrategia de venta por Internet, superando finalmente los miedos del sector a que este canal pueda canibalizar las ventas en tiendas físicas. Jaime Vázquez cree que “el éxito del negocio online supone un ventaja con respecto a sus competidores y debería tener un impacto en la estrategia de expansión de espacio de Inditex”. En su opinión la empresa “cuenta además con la ventaja de que su red de tiendas se encuentra fundamentalmente en áreas urbanas y el negocio online representa una oportunidad para alcanzar zonas a las que antes no llegaban con su red de tiendas”.
En el mundo financiero el consenso es prácticamente absoluto y casi todos alaban el negocio de la empresa gallega. Hace solo unas semanas Jaime Merriman, un analista de la firma de análisis americana Bernstein aseguraba que “Inditex tiene el mejor modelo de negocio de moda del mundo entero”.
Aunque hoy por hoy no sean evidentes, los analistas apuntan al inevitable agotamiento del modelo, cambios en las preferencias de los consumidores, o una combinación de ambos, como posibles riesgos futuros. López explica que “inevitablemente llegará el momento en que no podrá seguir creciendo. Por un lado, por cuestiones puramente físicas como sucede ya en España en donde no tiene sentido abrir tiendas nuevas si no es cerrando otras.
La distribución a nivel mundial tiene unos costes elevados y sólo establecimientos con alto nivel de ventas son rentables. Además, los gustos de los clientes pueden cambiar o simplemente cansarse de comprar siempre en los mismos sitios por lo que, inevitablemente, puede llegar el momento en que empiecen a perder cuota de mercado”.
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