Los rasgos del empleado ideal
¿Cómo es el empleado perfecto? Tenemos algo que confesarte: no existe. Eso sí, existen las excepciones y hay que saber reconocerlas y premiarlas. Si sospechas que entre las filas de tu empresa hay uno de esos empleados ideales, te traemos en esta fotogalería unos cuantos rasgos que te ayudarán a identificarlo.
Los rasgos del empleado ideal
Hablan cuando es necesario. Es decir, si hay un problema verdadero, un empleado excepcional te lo contará, pero no esperes que abra la boca para hacer de abogado del diablo ni para alimentar rencillas. Se piensan las cosas dos veces antes de hablar.
Los rasgos del empleado ideal
Son responsables. Si algo es culpa suya o tiene que ver con ellos, confesarán a la primera de cambio, no tratan de esconder sus fallos. Un empleado excepcional no agacha la cabeza, da la cara y aprende de sus errores.
Los rasgos del empleado ideal
Saben capear los temporales. No quiere decir que nunca tomen parte cuando hay problemas, sino que son capaces de trabajar a pesar de ellos y mantenerse en su sitio pese a escuchar una voz más alta que otra. Además, saben neutralizar a las personas negativas.
Los rasgos del empleado ideal
Tienen un gran afán de superación. Para ellos nunca nada es suficiente, todo es susceptible de mejora y se esfuerzan por superarse cada día. Si algo puede hacerse mejor, un empleado excepcional nos e quedará de brazos cruzados pensándolo, lo hará realidad.
Los rasgos del empleado ideal
Son buenos embajadores de marca. Un empleado excepcional es aquel al que a un jefe no tendrá reparo en presentar de cara a sus clientes importantes porque sabe que no tirará por tierra el trabajo. Son empleados en los que se puede confiar la imagen de la empresa.
Los rasgos del empleado ideal
No buscan reconocimiento continuamente. Trabajan más allá de las labores habituales y consideran que los agradecimientos y las recompensas llegarán después, no las piden por adelantado. No son muy dados a pronunciar el famoso “es que ese no es mi trabajo”.
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