Defínete como una empresa clara y transparente
¿Cuáles son tus ideales y cuáles serán los de tus empleados? Es fácil, “hacer lo correcto”. Si una buena filosofía abunda entre tus filas laborales, el resultado será armonioso y equilibrado.

Se han de valorar especialmente quienes estuvieron cuando corrían tiempos difíciles.
Valorar a los empleados que corrieron un riesgo cuando nadie creía en las posibilidades de la empresa hará ejemplos visibles de la conducta correcta, lo que animará a los alicaídos a ser mejores profesionales.

Hacer preguntas en lugar de dar respuestas
A veces corregir al prójimo y continuar con nuestro trabajo es lo más cómodo, pero ve más allá. Pregunta por qué lo hicieron, interésate e intenta dar tu solución al fallo cometido. Ese feedback será beneficioso en cuanto a las relaciones creadas en la oficina.

Salir de la zona de confort, una necesidad.
Promover la comunicación a veces nula entre los empleados hará de los proyectos comunes un éxito asegurado. En muchas ocasiones los trabajadores se centran en tus tareas sin saber que es un engranaje la labor del equipo. Pregunta e interésate por el trabajo ajeno.