Estiman que en cuatro años el volumen de información que se aloja en la plataforma denominada nube será cinco veces mayor que en la actualidad. Ezequiel Glinsky, director de negocios de productividad de Microsoft, declara lo siguiente sobre la “nube”: “Puedo tener mis fotos o documentos más importantes grabados en mi ordenador o mi smartphone, pero cualquiera de estos archivos es susceptible de ser robado o perderse. Sin embargo, a la nube no le afecta esto”. Es decir, la nube tiene ese “factor de intangibilidad que protege nuestros archivos mejor que cualquier plataforma”.

Para Pablo Ramos, jefe de investigación en ESET Latinoamérica, la caída completa a nivel mundial “es un hecho casi imposible, una distopía”. Si ocurriese “sería comparable con que se cayeran todos los servicios de Internet y redes sociales. Incluso Google desaparecería”.

A juicio de Glinsky, sin embargo, este evento sería menos dramático, ya que no existe una sola nube, sino muchas: “No puedo imaginar cómo algo tan controlado como esto podría desaparecer”.

En cualquier caso, si esto ocurriese, no sería un “apocalipsis”, sino un escándalo: “El hecho de que no podamos acceder a la conexión no significa que se pierdan los archivos, sólo que no podríamos acceder”.