La etiqueta ‘verde’ o ‘sostenible’ es más que una moda o un reclamo para clientes. Multinacionales como Iberia reconocen que “la sostenibilidad ambiental es una prioridad en su estrategia de empresa”. La aerolínea española, fundada en 1927, explica a Forbes que ha renovado el 80% de su flota motorizada, ha digitalizado las tarjetas de embarque y ha reducido en 68,5 toneladas anuales el plástico a bordo de sus aviones.

“La renovación de flota es la mayor contribución que puede hacer una compañía aérea para reducir las emisiones”, exponen desde el área de RSC de Iberia. También desde el área de RSC de El Corte Inglés aseguran a esta publicación que “el cuidado del medio ambiente y la protección de la biodiversidad son temas absolutamente claves” y precisan que se han comprometido a “generar residuos cero en 2022 en todos sus centros y plataformas logísticas, y a trabajar por un modelo de negocio y de ciudad bajo en carbono”.

Según el Ministerio para la Transición Ecológica, son más de 600 las empresas que ya han registrado su huella ambiental de forma voluntaria. No obstante, “ni siquiera un tercio de las compañías cotizadas españolas contempla programas y políticas medioambientales en la cadena de suministro”, advierte el informe del Observatorio de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) elaborado por La Caixa y Esade. La incorporación de los ODS en la estrategia de las empresas “no avanza al ritmo necesario para poder contar con una economía sostenible para 2030”, remata. Según el estudio realizado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible y la fundación Bertelsmann Stiftung, España ocupa la posición 21, entre 162 países, en términos de desarrollo sostenible.