Se trata de empresas pequeñas o medianas de sectores muy diversos que no se encuentran necesariamente en el sector tecnológico. A diferencia de las ‘startups’, que suelen ser muy jóvenes, de tamaño reducido y, por lo general, relacionadas con la tecnología, las gacela tienen un tamaño algo mayor, llevan cierto tiempo en el mercado, lo que les otorga experiencia, y son más diversas. Pero ambas tienen una fuente común: la innovación. “Nuestro estudio no solo demuestra que la innovación es una condición necesaria para convertirse en empresa gacela sino que, además, aporta evidencias de que este tipo de empresas tienen una mayor probabilidad de supervivencia en el tiempo. En concreto, la probabilidad de que una empresa gacela no cese su actividad es seis puntos porcentuales superior a la observada por parte de las no gacelas. Una mayor resiliencia en un mercado más competitivo es, sin duda, una muestra de que su éxito no es una cuestión puntual o fugaz”, señala Aleix Pons, director de Economía y Finanzas de la Fundación Cotec, que ha participado en la elaboración de un estudio sobre el sector.
El interés por estas empresas high growth (‘alto crecimiento’) surgió hace más de dos décadas, frente a las ‘empresas elefante’, de gran tamaño, que suelen cotizar en bolsa y cuentan con estructuras rígidas, o a las ‘empresas ratón’, pequeñas, no crecen, y mantienen sus reducidas dimensiones durante mucho tiempo. Se constató entonces que las primeras crecían muy por encima del resto de las empresas de su sector, asumían un liderazgo en la creación de ventajas competitivas y contribuían a impulsar el bienestar social con la asunción de nuevos desafíos. Se trata de “empresas emprendedoras, ágiles, atentas para identificar y explotar nuevas oportunidades de mercado. Asumen, por tanto, elevadas cotas de riesgo y, probablemente, obtendrán resultados económicos y financieros muy volátiles”, añade el estudio.
“[…] tanto aquí como en otros países se demuestra que estas empresas son sensibles a los ciclos económicos: es más fácil crecer cuando el contexto general de la economía es favorable. Pero tan importante como su sensibilidad al momento cíclico de la economía, lo es también su sensibilidad al ciclo de vida concreto del sector de actividad en el que operan. En este sentido, encontramos una mayor proporción de gacelas en aquellos sectores que presentan un comportamiento más extremo, o que están en una transformación más profunda”, añade Aleix Pons.
El papel de la innovación
La principal característica que define este tipo de empresas es que ofrecen una mayor orientación a la innovación y a la inversión en I+D, enfocándose sobre todo en mejoras organizativas y en las innovaciones de producto para el mercado. Asimismo, sus gastos internos y externos en I+D son más intensos, representando los segundos el 20% del total en I+D, superior en tres puntos porcentuales a los de las empresas no gacela.
Su compromiso con la innovación las hace aparecer como una versión de las ‘startups’, pero este sería el único rasgo común. Ambos modelos –de crecimiento, aquellas; de emprendimiento, las últimas– buscan promover “un tipo de innovación para empresas ya establecidas, no necesariamente ‘startups’, que eviten la competencia directa con sus rivales tradicionales. Esta estrategia se basa en innovar simultáneamente en varias de las dimensiones que conforman el negocio, de forma que se genere algo similar a un nuevo sector en el que no existan competidores directos”, señala Cotec.
En realidad, una inmensa mayoría de las ‘startups’ entran en la categoría de gacela, pero los modelos empresariales son diferentes. Mientras las primeras basan su éxito en la capacidad de atraer financiación para crecer y en su mayoría pertenecen al sector tecnológico, las segundas, por lo general, tienen un modelo de negocio orientado a “evitar la rivalidad interna en el sector, generando su propio nicho monopolístico, lo que les permite crecer por encima del resto”, añade Cotec.
Más de 3.600 en España
En España están contabilizadas más de 3.600 empresas gacela, según los últimos datos de 2015 (período 2012-2015), de un universo de 97.063 compañías que cumplían los criterios de partida en cuanto al número de empleados mínimo. Representan el 6% del tejido empresarial, pero son responsables de más del 40% de la creación neta de empleo, según Cotec. Sólo estas empresas han generado más de 145.000 empleos netos en el trienio.
Una de estas empresas es Skylife Engineering, S.L, fundada en 2011 en Andalucía y especializada en el diseño e investigación aeroespaciales. Tiene entre sus clientes al gigante europeo Airbus. Su cofundadora, María Ángeles Martín, señala a Forbes las dificultades para crear y financiar este tipo de iniciativas empresariales. “España es un país en el que no es fácil crear y hacer crecer empresas porque seguimos sin una apuesta decidida por la investigación y la innovación. Las entidades bancarias siguen sin entender y sin apoyar realmente a las pymes que realmente aportan valor a las compañías grandes y a la sociedad y [que] necesitan ayuda para crecer. Sin embargo, gracias a la crisis y a la creatividad, se han creado algunas empresas con mucho potencial, […] innovadoras y altamente cualificadas y especializadas. La excelencia y un nuevo modelo de negocio hacen posible la generación de empresas gacela”.