En muchas ocasiones el despido pilla como un jarro de agua fría que no se espera. Se trata de una reacción normal pues es lógico que en lo último que uno piense es que puede ser despedido de su puesto de trabajo. Sin embargo, siempre hay alguna posibilidad.

En todas las empresas se viven determinadas situaciones que predisponen a pensar más en que puede haber un recorte de personal. Vuelta de vacaciones, nuevo curso… Pero la realidad es que el despido puede darse en cualquier momento. Para identificar si la sombra de esta mala noticia planea sobre nosotros, te ofrecemos una serie de claves para determinar si tu trabajo está en peligro o no.

Lo principal es el estado de la relación con tu jefe. Si éste ignora tus ideas y opiniones con respecto a algún proyecto es bastante obvio que ha perdido confianza en ti, factor elemental que hacia tu puesto intocable. Una relación más fría con tu jefe, quien ha marcado distancias contigo, por ejemplo dejando de convocarte a reuniones a las que antes sí asistías, también es otro indicador de que las cosas no van muy bien.

Si los resultados de la empresa son cada vez peores, estate ojo avizor porque una de las primeras medidas que se toman es modificar la estructura y ahorrar en personal. Otro aliciente que te puede hacer pensar que estás en la cuerda floja es si recibes reiteradas llamadas de atención y críticas por tu trabajo o conducta que no sean constructivas, sino críticas de las que se hacen sin sentir ningún apego.

Que tu trabajo sea revisado con lupa y de una forma más detallada y meticulosa sin motivo aparente puede significar que la empresa está esperando que cometas el más mínimo error para tener una excusa que justifique tu supuesto despido. Además, si últimamente tienes menos responsabilidades, y muchas de las tareas que te mandan desde arriba son simples y de poca importancia, puede ser que tu puesto de trabajo haya perdido relevancia en la empresa y estén pensando en prescindir de ti.

No obstante, si te identificas con estas situaciones, lo mejor es que, primero, hagas autocrítica y veas si tú has podido tener algo que ver en todo esto; y lo segundo, que te reúnas con tu jefe (preferiblemente fuera del ámbito laboral) y le expongas tu preocupación para así tratar de ver si una solución que no sea el despido.

[vc_posts_slider count=1 interval=3 slides_content=teaser slides_title=1 thumb_size=”large” posttypes=post posts_in=38715]