Desde hace más de 100 años, niños y adultos disfrutan de los cereales Kellogg’s en sus desayunos, meriendas y demás momentos del día. Los Corn Flakes han formado parte de las mesas de las familias de todo el mundo, algo que sus creadores no podían imaginarse aquel día en el que la casualidad hizo de las suyas. El éxito llegó porque los hermanos Kellogg pensaban que toda la población, no solo las personas que seguían dietas especiales, podían interesarse por los alimentos saludables y con sabor.

En1898, Will Keith (W.K.) y John Harvey Kellogg olvidaron el trigo cocido dentro del horno y lo tostaron una segunda vez, lo que dio como resultado unos copos ligeros y crujientes. Así surgió la receta de estos cereales mundialmente conocidos. Sin embargo, tuvieron que pasar ocho años hasta que W.K., que falleció en octubre de 1951 a los 91 años, abriese Battle Creek Toasted Corn Flake Company en Battle Creek (Míchigan). En poco tiempo la empresa formó un equipo con 44 empleados que llevaron a la práctica la idea del fundador creando la primera hornada de Corn Flakes de Kellogg’s.

En 1914 los cereales llegaron a Canadá y un año después la estadounidense presentó los primeros cereales con alto contenido en fibra, antecesores de los conocidos All-bran.

Kellogg pensaba que si la población probaba un buen producto seguiría comprándolo. Y para asegurarse de que los consumidores continuaban desayunando sus cereales, la compañía distribuyó muestras gratuitas y se anunció en revistas y vallas publicitarias.

El éxito de este nuevo alimento para las mañanas hizo que la compañía comenzase a exportar el producto. En 1922 Kellogg llegó a Reino Unido y unos años más tarde construyó una fábrica en Sydney (Australia).

La sociedad no solo crecía en el extranjero, tanto el equipo de trabajadores como las variedades de cereales también se iban ampliando a nivel nacional. En 1923, Kellogg se convirtió en la primera empresa de la industria de alimentación en contratar a una nutricionista. Mary Barber creó el departamento de economía doméstica y comenzó a definir los papeles que desempeñaban los distintos alimentos en una dieta adecuada. Además, los famosos Rices Krispies fueron presentados en 1927.

Pero llegó la Gran Depresión. Durante esos años, W.K duplicó el gasto en publicidad, lo que hizo que las ventas de cereales aumentaran. Y redujo las horas de los tres turnos de la planta para crear un cuarto y así poder emplear a más trabajadores.

En la década de los cincuenta la compañía lanzó los cereales Special K y Frosties, entre otras variedades. Además, supuso tanto la expansión nacional en California y Tennessee, como internacional en México y Nueva Zelanda. En los años 60 también presentó nuevos productos y llegó a nuevos mercados en Sudamérica, Canadá, Escandinavia, Europa y Asia.

Hasta la luna… Así de lejos llegaron los cereales de estos dos hermanos. La compañía dio de desayunar en 1969 a Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins durante su viaje a la luna en la misión Apollo 11.

En los años 70, Kellogg publicó su política de nutrición en el panel lateral de los envases, lo que la convirtió en una de las primeras empresas en informar a los consumidores de la cantidad de azúcar que contenían los cereales.

Durante los 80, la sociedad estadounidense volvió a sorprender con una nueva gama de productos en Reino Unido, entre los que figuraban los Crunchy Nut Corn Flakes.

Pero no todo iban a ser éxitos. Kellogg experimentó durante la década de los 90 los años más difíciles de su historia debido, entre otros motivos, al aumento de la competencia en el extranjero. Sin embargo, no se rindió. En 1997 abrió sus puertas el W.K. Kellogg Institute for Food and Nutrition Research (Instituto W.K. Kellogg para la investigación en alimentación y en nutrición), en el que científicos expertos en alimentación, nutricionistas e ingenieros transforman los cereales integrales y otros ingredientes en alimentos saludables y con un gran sabor.

Con la llegada del siglo XXI, Kellogg completó la mayor adquisición de su historia: la compra de Keebler, un productor de galletas dulces y saladas. También se hizo con Kashi Company y otras empresas tanto nacionales como internacionales.

En 2010, la empresa redujo un 30% la cantidad de sal presente en los cereales para ayudar a los consumidores a disminuir el exceso de sal de su dieta, y ese mismo año United Way reconoció los esfuerzos de Kellogg otorgándola el Spirit of America Award. Un año después, la sociedad anunció que añadía vitamina D a todos los cereales infantiles con el fin de ayudar a combatir el aumento de raquitismo.

En la actualidad, los Corn Flakes y demás variedades que fabrica Kellogg están presentes en 180 países.

Cuarenta años en España

En la década de los 70 Kellogg creó la categoría de cereales de desayuno en España al iniciar su actividad en el país en 1977. En 1980 se puso en funcionamiento la planta de Kellogg en Tarragona y hoy produce cereales para más de veinte países de Europa y Oriente Medio. Durante estos cuarenta años, la firma estadounidense ha contribuido a informar a la población española sobre la importancia del desayuno.