Unai Ansejo, CEO y cofundador de la gestora de fondos de gestión pasiva Indexa Capital, cree que la aparición de estos productos era necesaria. Este ejecutivo comenta que “la baja rentabilidad que han ofrecido estos productos es tan flagrante que el regulador ha tenido que tomar cartas en el asunto y decidir bajar por ley las comisiones máximas, que actualmente ascienden a un 1,5% de comisión de gestión y un 0,25% de comisión por depositaría. En total, suponen el 1,75% anual, al que se suman otras comisiones ocultas, como las de transacción o por cambio de divisa, y llegar hasta el 2%, que a lo largo de 20 años equivale a ceder prácticamente la mitad de tu patrimonio al gestor del plan de pensiones”

Pero para Asenjo, hay otros aspectos en el mercado español que están pasando factura a la rentabilidad de los planes de pensiones como el elevado nivel de bancarización del sistema. Es decir, la mayor parte de los productos se venden a través de la oficina bancaria y el cliente prácticamente no hace una labor de selección. “El nivel de bancarización es una parte muy importante del problema. Los bancos promueven que el cliente sólo valore los planes de pensiones por la desgravación fiscal y por la promoción inicial, cuando en realidad lo que deberían analizar los clientes es la rentabilidad histórica y los costes. Por otro lado, el sistema actual de distribución a través de las oficinas bancarias hace que los planes de pensiones sean un oligopolio con las negativas consecuencias que esto conlleva”, apunta.

Con los fondos de bajo coste llega el debate que divide a la industria en los últimos años. ¿Gestión activa o gestión pasiva? La gestión pasiva es aquella en la que el gestor del fondo o del plan de pensiones replica un determinado índice, con lo que las comisiones se reducen significativamente. Los expertos destacan que se trata de una buena opción cuando las bolsas suben, pero que no lo es tanto cuando caen, y que a largo plazo la tendencia de la renta variable es siempre ascendente. La gestión activa, por el contrario, suele despuntar en los momentos en los que las bolsas pasan por procesos de caídas. Los gestores en este caso no se referencian a índices sino que seleccionan los activos uno a uno, esperando mayores rentabilidades que la media del mercado.

Indexa Capital ha realizado un estudio en el que se indica la diferencia de rentabilidad obtenida por un plan de gestión activa y otro de gestión pasiva en España. Según el estudio, si un inversor español hubiera invertido en 2005 cien euros de media en los planes de pensiones de renta variable mixta de gestión activa, en 2015 habría obtenido 117 euros. Es decir, en 10 años habría ganado un 1,6% anual, pero ni siquiera habría podido preservar su dinero de la inflación acumulada, que en el citado período fue del 18,2%, con lo que la rentabilidad real habría sido negativa.

En la firma apuntan que “si se hubieran invertido los mismos cien euros en el índice de mercado de la categoría de renta variable mixta en 2015 se habrían obtenido 172,3 euros. Es decir, en 10 años se habría ganado un 72,3% acumulado, o un 5,6% de rendimiento anual. Comparando este 5,6% de rentabilidad neta de la gestión indexada con la del 1,6% de la gestión activa, el resultado habría sido: 4 puntos porcentuales de diferencia anual, 55 puntos de diferencia acumulada a 10 años. En 10 años, para 100 euros invertidos, son 72 euros de rentabilidad de la gestión indexada frente a 17 euros de rentabilidad de la gestión activa”. Es decir, con estos cálculos la gestión indexada habría generado una rentabilidad más de cuatro veces superior.

Sea con una gestión activa o pasiva, si se quiere mantener el nivel de vida durante la jubilación hay que comenzar a ahorrar y cuanto antes mejor. Wolfgang Kania, responsable de planes de pensiones y fondos de inversión de Deutsche Bank España señala que hay que hacerlo lo antes posible. Calcula que “aportando 100 euros mensuales desde los 30 años se pueden llegar a ahorrar más de 117.000 euros en el momento de la jubilación. Ahorrando la misma cantidad mensual a partir de los 50, no se alcanzan los 34.000 euros”.

La cuestión es, ¿cuánto dinero hay que destinar cada mes al plan de pensiones? Los expertos no se ponen muy de acuerdo. Dependerá, claro está, de los ingresos de cada ahorrador. Carlos Herrera, socio fundador de EFPA España (Asociación Española de Asesores y Planificadores Financiero-Patrimoniales), señala que hay una regla general: “podría ser el 10% para trabajadores menores de 35 años, el 15% entre los 35 y 50 años y el 20% para trabajadores de más de 50 años”.

Para los que quieran contar con otras opciones, Santiago Domínguez, director general adjunto de la aseguradora CNP Partners, explica que “existen multitud de soluciones, además de los planes de pensiones, que las aseguradoras ofrecemos a nuestros clientes para planificar la jubilación, tales como los Planes de Previsión Asegurados (PPA), Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS), los SIALP (Sistema Individual de Ahorro a Largo Plazo) o los Unit Linked”. Este experto indica que “en función del perfil del ciudadano y de su preferencia por factores como la liquidez, la rentabilidad, la seguridad de sus inversiones o el beneficio fiscal, serán más apropiados unos u otros productos”.

A la vista de la evolución de la rentabilidad de los planes de pensiones no conviene quedarse necesariamente con el que ofrecen en el banco habitual, ni el que tenga el mejor anuncio durante la campaña navideña. En juego están los ingresos en la jubilación.