Ningún trabajo es igual que el anterior, pero tener que enfrentarse a compañeros de trabajo difíciles, es algo que se comparte prácticamente en todos los terrenos. Ese comportamiento, que te da ganas de poner los ojos en blanco hasta no poder más, puede que no sea suficiente para informar a Recursos Humanos pero sí que ralentiza el trabajo de los demás en la oficina. Además, es difícil mantener la motivación cuando ellos no la tienen.
Estos son los tipos más comunes de compañeros complicados:
El que se queja constantemente
Todos odiáis la temperatura de la oficina y el reparto de las vacaciones, pero este tipo de persona parece llevar las quejas a otro nivel completamente diferente. Por tu parte, solo necesitas que deje de hablar y de quejarse para poder volver al trabajo y concentrarte. Puedes probar a ofrecerle soluciones, si el problema tiene solución, quizás no le vuelvas a escuchar quejarse.
El superior incompetente
Es esa persona que no sabes exactamente cómo ha llegado hasta allí teniendo en cuenta que hay mil personas más válidas que él. Este tipo de personas se preocupan más por la apariencia (lo que las personas se creen que hacen) más que por saber lo que están haciendo realmente. Por tanto, dan una imagen que no es real. Encuentra una manera efectiva de trabajar con ellos, pero no intentes que cambien.
El que cotillea a todas horas
Siempre podrás contar con esta persona para mantenerte informado de todas las actividades extracurriculares de todas y cada una de las personas de tu oficina. Por tanto, si esta persona se acerca a ti para cotillear, recházale de forma muy educada y recalca lo mucho que tienes que trabajar, porque es una oficina y no un bar.
El vago
Pocas cosas hay peores que un compañero de trabajo que no quiere trabajar, y no lo hace. El problema, es que muchas veces nos quejamos de esto, pero acabamos realizando el doble de trabajo para cubrir la parte que el vago no ha realizado. Pero esto es claramente un error de manual, por ello hay que confrontarlos de forma directa y expresarles el deseo de que realicen el trabajo por el cual les están pagando.