El desarrollo ágil de software envuelve un enfoque para la toma de decisiones en los proyectos. Las soluciones evolucionan con el tiempo según las necesidades del producto, servicio o proyecto. El proceso de innovación es realizado por un equipo de personas que conocen el objeto que se quiere innovar, se toman decisiones a corto plazo para adaptar la innovación a las necesidades del mercado y de la investigación. El objetivo es tomar ideas y experimentar con ellas, realizar pruebas y ver cuál obtiene mejores resultados.
La técnica de gestión de proyectos stage-gate divide el proceso de innovación en varias fases, cada fase separada por una puerta. El gerente o directivo decide en cada puerta si el proceso continua o no. Esta decisión es tomada teniendo en cuenta diferentes variables (riesgos a tomar, recursos económicos y responsables competentes entre otros). Este modelo de innovación también es conocido como compromiso progresivo.
Es importante recordar que la idea es más importante que el proceso de desarrollo para alcanzar la innovación. Si te decides por aplicar unos de ellos, debes tener en cuenta la necesidad de adaptar estos procesos a las necesidades y tamaño de la empresa, la idea inicial y el sector al que pertenece.
Aplicar el desarrollo ágil es más fácil en empresas pequeñas, en las que la persona que toma las decisiones en el proceso de innovación es la misma que realiza la investigación. En cambio, en las grandes compañías la persona que decide si la investigación continua no forma parte del equipo de investigación.
Los procesos complejos de innovación, como el stage-gate, son más lentos y no garantizan mejores resultados que los procesos ágiles. Por ello, si eres un emprendedor o gerente de una pequeña o mediana empresa el desarrollo ágil es el más adecuado para comenzar a innovar. Puedes empezar por tomar dos ideas posibles, realizar pruebas en paralelo y analizar los resultados.