Las grandes empresas tienen el impulso incorporado a sus negocios; pero las startups no pueden dar por hecho su valor. Y el impulso inicial es, con el tiempo, el que va a marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso o el estancamiento. Toma nota de estos consejos para coger carrerilla en pleno (o incluso antes del) lanzamiento.
1. Cuéntale a todos tu idea: hablar con otras personas aviva el fuego de tu idea; y mantenerla aumenta las posibilidades de que finalmente prenda. Mantener esas conversaciones construye energía alrededor de tu idea, como obligándote a hacerla evolucionar. También asegura que no caigas en la trampa de perder todo impulso posible (simplemente, olvidarte de ella).
2. Escribe un plan de negocio: escribir un plan puede ser un ejercicio crítico, que obligue a pensar sobre la idea y generar un buen impulso. Es capaz de plasmar esa idea en papel y hacerla real. También te dará algo que compartir con las personas interesadas en tu proyecto. El resultado debe captar todas las razones por las que tu idea te entusiasma, y seguir la línea de las preguntas abiertas y las líneas de error.
3. Compromete y recopila datos: explorar nuevas ideas lleva un buen tiempo. Debes recolectar toda la información posible que sustente el sentido y la utilidad de tu proyecto. Puedes hablar con potenciales clientes, realizar encuestas online y generar landings con diferentes mensajes para probar el atractivo de diferentes estrategias. Mantén esa recopilación en el tiempo, y no te desmoralices si encuentras un dato negativo: solo será un punto entre un sinfín de información y estadísticas de todos los signos.
4. Encuentra un co-fundador: si tu negocio se basa en un único fundador, el proyecto solo avanzará el tiempo que estés trabajando en él. Duplicar los esfuerzos multiplicará igualmente este impulso que estás buscando. Además, trabajar codo a codo con otra persona también crea una especie de filtro a la hora de abandonar la idea. Requiere que ambos la desechen, y que lo hagan al mismo tiempo. Si uno de vosotros flaquea, el otro puede ejercer del elemento optimista, y viceversa. Así es más probable que el proyecto salga adelante.
5. Establece plazos: hacerlo puede ser excesivamente formal cuando solo hay dos personas en el proyecto, pero puede dar el empujón definitivo. Puedes encargar las actualizaciones al co-fundador; esto le hace responsable. De ese modo, empuja a los dos a tomar acciones. Otra buena idea es comentar esos plazos ante personas externas de referencia: eso te hará sentir el peso frente a terceros y fomentar el avance. Una presión de este estilo podría marcar la diferencia.
El impulso de una estructura para montar una startup no es una cuestión sencilla, y hay muchos momentos en los que parecerá que todo se derrumba. Algunas de las empresas mejor asentadas comenzaron como ideas extravagantes o directamente malas. Pero sus fundadores fueron capaces de generar impulso y sobrepasar la etapa inicial. Es importante reconocer la necesidad crítica de este momentum y aplicarse realmente en mantenerlo si queremos un proyecto de éxito del que se hable dentro de diez años.