Así que, mientras me encanta citando a la escritora Anne Lamott que dice que “No es una frase completa”, también se sabe que las mujeres pueden enfrentar sanciones cuando son percibidas como interesadas o inútiles. Una respuesta más reflexiva puede ayudar a evitar el desencadenamiento de ese sesgo de género.
1. Empieza cálidamente
Comienza con algo amistoso, como “Genial saber de ti. Gracias por pensar en mí para este proyecto”.
Luego, en una frase o dos, reconoce algo específico del proyecto que demuestra que no es una carta de formulario.
2. Explica (muy bien) que estás metido en un proyecto
Puedes decir algo así como, “Dado que [el proyecto] es parte de mi modelo de negocio, no puedo proporcionar [el trabajo] sin costo alguno. Déjeme saber si usted está interesado en trabajar en este proyecto como un cliente de consultoría y puedo compartir mis tarifas”.
Este es un lenguaje un poco más enfático que lo que de otra manera podrías usar porque quieres dejar clara la relación de cliente / consultor.
3. Ofrecer una alternativa
La gente viene a ti como un experto, por lo que puedes generar buena voluntad mediante el intercambio de otros recursos. De esta manera, no estás simplemente rechazando el proyecto, sino ayudándote a guiarlos en la dirección correcta.Puedes compartir artículos que has escrito y enlaces a cursos electrónicos sobre negociaciones.
4. Pide que te paguen
Si estás interesado en el proyecto, otra estrategia es preguntar si existe la posibilidad de ser pagado por ello.
5. Terminar bien
Siempre deséales buena suerte en el proyecto aunque no vayas a participar. Sea cual sea su enfoque, recuerda lo que el entrenador de negocios Christy Wright dice en el brillante video de 3 minutos How to Say No y Take Back Your Life, “sólo porque alguien te necesite no estás obligado”.