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David García, presidente de MWCC: “La vivienda en España sufre un desequilibrio estructural que expulsa a jóvenes y rentas medias”

El presidente de Madrid Capital Mundial analiza los avances y retos de Madrid en vivienda, desarrollo urbano y competitividad, así como el papel de la asociación en esta transformación.

David García Núñez, presidente de MWCC.

David García Núñez es ingeniero de formación y líder por vocación. Empezó su carrera profesional en la Administración Pública regional en Madrid para continuar, después de dos legislaturas, en Bankia y en FCC, lugar en el que actualmente desarrolla la comunicación y el marketing del área de Construcción y del área de Concesiones. Compatibiliza su frenética e intensa actividad con otros cargos, como la presidencia de Madrid Capital Mundial (MWCC), donde lleva seis años; la presidencia del Club Español de Directores de Comunicación y Relaciones Institucionales, un club que reúne a los principales directivos de las empresas cotizadas del Ibex35; y su condición como miembro de la junta directiva de la Red Española para la Inclusión y Diversidad (REDI). Además, compagina esta intensa actividad laboral con el deporte (es un apasionado del triatlón) y con su voluntariado como técnico en emergencias sanitarias en SAMUR-PC Madrid. Es una auténtica fuente inagotable de optimismo, pasión y trabajo.

Han pasado casi seis años desde que asumió la presidencia de MWCC. ¿Cuál diría que ha sido el mayor éxito de la asociación durante este tiempo?

La creación de un ecosistema de relaciones colaborativas entre el sector público y las Administraciones Públicas. Unas relaciones positivas enfocadas en la mejora del diseño y la ejecución de las diferentes soluciones urbanas que se implantarán en los nuevos proyectos de transformación urbana. Unos vínculos basados en intentar colaborar en la oferta de un abanico de soluciones e indicadores ligados al problema de la escasez de vivienda, que se traduce en los altos precios de las mismas.

Además, hemos establecido nuevas conexiones con el GIH, el Banco Mundial y la Comisión Europea, que nos han permitido alcanzar una visibilidad internacional con China, EEUU, Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Suecia, Noruega, Bélgica, Francia y Reino Unido. En tan solo seis años hemos tejido unas relaciones internacionales inquebrantables y positivas para la ciudad y la región (hemos desarrollado en Madrid el mayor congreso de ingeniería mundial o hemos podido declarar Madrid, a través de la UNESCO, como Ciudad Capital Mundial de la Ingeniería).

MWCC nació como un proyecto de colaboración público-privada. ¿Qué ha aprendido sobre qué funciona (y qué no) cuando instituciones y empresas comparten objetivo?

Cuando la Administración Publica y las entidades privadas comparten un objetivo común, es fácil establecer un diálogo y desarrollar un proyecto conjunto que mejore los entornos urbanos y las ciudades, dando respuesta a las necesidades de las empresas, los ciudadanos y los stakeholders. Sin embargo, este diálogo tiene varios stoppers o limitaciones: la financiación; una regulación obsoleta que dificulta la relación de “igual a igual” entre entidades públicas y privadas; y, sin duda, los plazos administrativos a los que debemos acogernos.

Contamos con una región y una ciudad que, sin duda, están trabajando para poner solución a estas limitaciones. Y lo hacen de forma consecuente, con el objetivo de responder a las necesidades de esta colaboración positiva y, sobre todo, para convertirla en un modelo de referencia nacional.

Madrid ha consolidado su posición como polo de atracción empresarial y de talento. ¿Qué papel ha jugado MWCC en esa transformación?

En mi opinión, MWCC ha sido una pieza fundamental para consolidar Madrid como un referente global, actuando no solo como un clúster sectorial, sino como un catalizador de colaboración público-privada.

Desde nuestra creación en 2020, promovida por el Ayuntamiento de Madrid y con el apoyo de la Comunidad de Madrid, MWCC ha articulado esta transformación a través de varios ejes estratégicos. En primer lugar, la creación de un ecosistema de innovación: hemos logrado agrupar a más de 189 organizaciones —desde grandes multinacionales de infraestructuras como FCC, Acciona o Sacyr, hasta universidades y startups—. Este ecosistema funciona como un living lab en el que se diseñan soluciones urbanas sostenibles y tecnológicas, posicionando a Madrid como un centro de excelencia donde se «piensan» las ciudades del futuro.

En segundo lugar, la atracción de inversión y de proyectos internacionales. La asociación actúa como un escaparate internacional para las capacidades de las empresas españolas. Y su papel ha sido clave en la captación de capital y en el posicionamiento de Madrid como hub Europa-Latinoamérica, actuando como nexo natural para las empresas que buscan expandirse entre ambos continentes, gracias a la seguridad jurídica y la infraestructura de la capital.

Por último, el fomento y retención del talento. Madrid posee una de las mayores concentraciones de escuelas de ingeniería y arquitectura del mundo, y MWCC potencia este activo mediante programas específicos —como 35 Under 35, que visibiliza a jóvenes líderes del sector— y a través de la conexión entre universidad y empresa, facilitando que el conocimiento generado en los centros madrileños se traduzca en oportunidades laborales reales y en patentes aplicadas a la construcción sostenible y a la movilidad urbana.

Finalmente, hemos contribuido a mejorar y posicionar la Marca Ciudad. A través de la promoción de la “Marca Madrid”, MWCC ha ayudado a que la capital no solo sea vista como un destino turístico o financiero, sino como la “Capital Mundial de las Soluciones Urbanas”, elevando así la competitividad de la región y atrayendo a profesionales altamente cualificados que buscan entornos innovadores para desarrollar sus carreras.

A pesar de su positivo crecimiento, la capital compite con otros grandes hubs urbanos de Europa. ¿En qué seguimos por detrás y en qué estamos ya por delante?

Madrid ha dado un salto cualitativo impresionante en el último lustro. Según el prestigioso informe Emerging Trends in Real Estate 2025, la capital se ha consolidado como la segunda ciudad europea más atractiva para la inversión, superando a plazas históricas como París o Berlín y situándose solo por detrás de Londres.

Ese avance se explica por una combinación de factores: una economía que proyecta un crecimiento del PIB en torno al 2,8% para finales de 2025 —muy por encima de la media de la eurozona—; una elevada calidad de vida que sitúa a Madrid entre las ciudades mejor valoradas del mundo en habitabilidad, que atrae a los llamados nómadas digitales y a directivos internacionales; y un posicionamiento tecnológico cada vez más sólido, con la mayor concentración (más del 80%) de inversión extranjera en alta tecnología de España y el principal nodo de centros de datos (Data Centers) del sur de Europa, compitiendo directamente con el eje FLAP (Fráncfort, Londres, Ámsterdam, París). A todo ello se suma su conectividad internacional, reforzada por el papel del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas como gran puerta de enlace entre Europa y Latinoamérica.

Desde MWCC hemos contribuido a consolidar este posicionamiento. Nuestros esfuerzos como asociación están centrados en mejorar y colaborar con las Administraciones Públicas en varios retos todavía pendientes. En primer lugar, la burocracia y la agilidad administrativa: a diferencia de hubs como Ámsterdam o Londres, donde la creación de empresas y la obtención de licencias urbanísticas son procesos más digitalizados y rápidos, en Madrid la carga administrativa continúa siendo un freno para la competitividad.

En segundo lugar, la inseguridad jurídica en materia de vivienda. Mientras ciudades como Zúrich o Múnich cuentan con marcos regulatorios muy estables a largo plazo, en España la volatilidad legislativa genera incertidumbre entre los inversores institucionales, lo que dificulta la creación de un parque de alquiler asequible a gran escala.

En tercer lugar, la inversión en I+D+i per cápita. Aunque Madrid es un polo de atracción, la inversión pública y privada en investigación y desarrollo, en proporción al PIB, sigue estando por debajo de regiones líderes como Baviera (Múnich) o Île-de-France (París). Somos excelentes adoptadores de tecnología, pero todavía nos falta peso como creadores de patentes globales.

Por último, el tamaño del mercado de capitales. Madrid aún no cuenta con la profundidad financiera de la City londinense o de Fráncfort. Las startups madrileñas suelen encontrar financiación inicial con relativa facilidad, pero para las rondas de crecimiento (growth) a menudo deben recurrir a mercados extranjeros.

La vivienda sigue siendo la principal preocupación de la sociedad española. Desde su experiencia, ¿qué falla en el modelo actual?

Desde MWCC consideramos que el modelo actual sufre un desequilibrio estructural profundo. No se trata de un solo fallo, sino de una «tormenta perfecta» de factores que impiden que la oferta se compense con la demanda real. En España se construyen actualmente unas 100.000 viviendas al año, pero la creación de nuevos hogares y la demanda acumulada requerirían al menos el doble. Este desfase empuja los precios al alza de forma constante, especialmente en Madrid y otras grandes capitales. 

A ello se suma la rigidez en la gestión del suelo, con procesos administrativos excesivamente lentos que encarecen el producto final y desincentivan la inversión, además de la falta de suelo finalista en las zonas donde la población realmente quiere vivir. También influye la inseguridad jurídica y la fragmentación normativa entre administraciones, que generan incertidumbre en el capital nacional e internacional y limitan el desarrollo de proyectos de colaboración público-privada a gran escala.

Otro problema relevante, silencioso pero grave, es la falta de mano de obra cualificada. El sector de la construcción ha perdido atractivo para los jóvenes y la ausencia de relevo generacional, junto con la carencia de perfiles especializados, ralentiza los plazos de ejecución y aumenta los costes. Además, el parque público de alquiler es insuficiente: mientras que la media europea de vivienda social o pública ronda el 9-12%, en España apenas llegamos al 2%. El modelo ha estado históricamente volcado en la propiedad, dejando desprotegidos a los jóvenes y familias con rentas medias que no pueden acceder al ahorro previo necesario para una hipoteca. 

Por todo ello, desde MWCC abogamos por un Pacto de Estado que industrialice la construcción (para reducir costes y tiempos), agilice la Ley del Suelo y fomente de verdad la colaboración público-privada para crear un parque de alquiler asequible. 

Los grandes desarrollos urbanos generan empleo y actividad económica, pero también tensiones sociales. ¿Cómo se asegura que el crecimiento de Madrid no agrande las desigualdades dentro de la ciudad?

El reto de evitar que Madrid se convierta en una ciudad dual (una para el capital internacional y otra para sus ciudadanos) es, posiblemente, el mayor desafío de este 2025. El crecimiento acelerado genera riqueza, pero si no se gestiona con cohesión social puede derivar en la expulsión de los residentes históricos hacia la periferia.

Para asegurar que este crecimiento no agrande las desigualdades, se están aplicando tres mecanismos correctores clave. En primer lugar, la estrategia de los «desarrollos del Sureste» (El Cañaveral, Los Berrocales, Los Ahijones, Valdecarros y Los Cerros), que, en mi opinión, constituye la gran apuesta por la vivienda asequible. Se proyectan más de 100.000 viviendas, de las cuales más del 50% contarán con algún tipo de protección pública (VPO). Con ello frenaremos la escalada de precios que expulsa a los jóvenes y a las rentas medias.

En segundo lugar, la colaboración público-privada (Plan Suma Vivienda). El Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid están utilizando suelos públicos para que empresas privadas construyan y gestionen viviendas de alquiler asequible. El inversor construye sobre suelo cedido por la administración a cambio de explotar el alquiler a precios regulados —por debajo del mercado— durante un periodo determinado (por ejemplo, 50–70 años), lo que permite aumentar el parque de vivienda social rápidamente sin que todo el coste recaiga de forma inmediata sobre el presupuesto público.

Finalmente, debemos crear el urbanismo basado en los «barrios de 15 minutos» y en la mixtura de usos. Para evitar la creación de barrios dormitorio desconectados (fuente de desigualdad), los nuevos desarrollos como Madrid Nuevo Norte se están diseñando bajo principios de regeneración: mezcla de usos, cierre de brechas.

Si hablamos de retos, ¿cuáles diría que son todavía los grandes desafíos que Madrid (y MWCC como organización) tiene por delante en los próximos años?

Mirar hacia el futuro de Madrid implica reconocer que, tras una fase de crecimiento explosivo, la ciudad entra ahora en una etapa de maduración estratégica. Tanto para la ciudad como para MWCC, los desafíos ya no son solo crecer, sino cómo crecer de manera sostenible y competitiva.

Personalmente, los grandes desafíos a los que nos enfrentamos son, en primer lugar, la industrialización del sector: el reto de la eficiencia. Pasar de «construir» edificios a «fabricarlos». MWCC tiene la misión de liderar la transición hacia la construcción industrializada y modular.

Por otro lado, Madrid debe cumplir con objetivos climáticos estrictos mientras sigue siendo un polo logístico. Esto implica no solo reducir emisiones, sino la renaturalización real de la ciudad (integrando proyectos como el Bosque Metropolitano) y asegurar la eficiencia hídrica en una región con estrés hídrico recurrente. Desde MWCC, debemos aportar la ingeniería necesaria para que las infraestructuras sean resilientes al cambio climático, especialmente en la gestión del calor extremo y el drenaje urbano sostenible.

Otro desafío importante es el relevo generacional. Madrid atrae inversión, pero el sector de la ingeniería y construcción sufre una falta creciente de perfiles cualificados. Debemos hacer el sector atractivo para los jóvenes: no solo faltan ingenieros, sino también especialistas en nuevas tecnologías aplicadas a la obra (BIM, gemelos digitales, robótica). MWCC debe consolidarse como el puente que conecte la formación profesional y universitaria con las necesidades reales de las empresas, para evitar que el crecimiento se frene por falta de manos cualificadas.

Finalmente, Madrid compite con ciudades como Londres o Ámsterdam, que son mucho más rápidas en la gestión de licencias. Debemos apoyar al Ayuntamiento en la creación de un marco estable y predecible de simplificación burocrática. Hemos de actuar como interlocutor técnico ante la administración para asegurar que las normativas faciliten la innovación en lugar de entorpecerla.

¿Qué prioridades le gustaría ver consolidadas a corto plazo?

Continuar con el crecimiento y la adhesión de empresas (con independencia de su tamaño), así como de entidades públicas dentro del ecosistema de colaboración público-privado creado.

Seguir posicionando MWCC dentro de las distintas comisiones de trabajo de diseño y planificación de ciudades de la Comisión Europea; somos una de las pocas entidades españolas en tener “voz y voto” dentro de los distintos grupos de trabajo.

Fomentar y promover, de forma colaborativa con las Administraciones Públicas y los promotores urbanos, todos los proyectos de desarrollo urbano en los que, desde MWCC, nos hemos embarcado y que, sin duda, transformarán Madrid.

Finalmente, creo que es fundamental seguir apostando por los proyectos innovadores y sostenibles que permitan mejorar los desarrollos urbanos presentes y futuros, posibilitando una mejora sustancial de la calidad de vida de los ciudadanos. Esta es la razón de ser de MWCC.

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