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Mundibérico: «La mayor competencia de cualquier marca de jamones es un mal jamón»

Víctor Sanchego y Rafael García tuvieron un sueño: hacer del mundo del jamón su día a día, convertir este producto tan único en mucho más que un alimento gourmet. Por ello, ¿qué mejor que convertir este alimento en un marketplace que incluiría los mejores jamones y productos ibéricos de primera calidad? Así nace Mundibérico, así nace mucho más que un proyecto.

¿Cuál era, a vuestro juicio, el principal problema del sector del jamón antes de la llegada de Mundibérico y cómo habéis aplicado tecnología, datos y contenido para modernizar un producto tan tradicional?

El gran problema del jamón no era el producto, era cómo se vendía. Teníamos uno de los mejores alimentos del mundo atrapado en un modelo del siglo pasado: poca transparencia, poco dato y casi nada de relato digital. Nosotros arrancamos muy lejos de ser “perfectos”: primera web sencilla hecha en un mes, procesos muy manuales, muchas meteduras de pata… pero con una obsesión muy clara: aprender rápido y reinvertir cada euro en mejorar. A base de prueba y error hemos construido lo que hoy es el marketplace nº1 de jamón ibérico y productos gourmet en España, y el año que viene queremos cerrar con el 30% de la cuota del mercado online de jamón ibérico y extendernos a Europa.

Lo hemos hecho conectando tres piezas: tecnología y datos, creación de contenido y comunidad y experiencia de cliente. Y ahora estamos dando el siguiente paso: una logística propia pensada para escalar, especialmente a nivel internacional, sin que le suponga un reto a nuestros proveedores.

Vuestra “Selección de los mejores jamones ibéricos de 2025” se construye cruzando datos reales de la comunidad con vuestro criterio profesional. ¿Cómo es ese proceso desde dentro y qué la diferencia de cualquier otro listado del sector?

Por nuestras manos pasan muchos jamones cada año y eso, unido al dato, nos da una foto muy clara del mercado real. El proceso es más serio de lo que parece desde fuera: escuchamos al mercado, filtramos una lista corta y hacemos lo que denominamos oficio jamonero, es decir, catas técnicas, textura, infiltración, aromas, punto de sal, regularidad, etc. Aunque nuestra mejor valoración es la de los clientes.

La gran diferencia con otros listados es que nadie compra su puesto. No es un escaparate de anunciantes, es una selección que hay que ganarse. Hay datos detrás: nuestro ranking se apoya en la experiencia real de la comunidad, no solo en gustos personales. Probamos todo: nada entra que no hayamos cortado, olido y catado personalmente. Queremos que esta selección sea un estándar anual del sector, una referencia que dé prestigio a quien entra y tranquilidad a quien compra.

El año que viene queremos cerrar con el 30% de la cuota del mercado online de jamón ibérico y extendernos a Europa.

¿Qué tienen en común todos los jamones incluidos en esta selección, pese a proceder de productores y filosofías de elaboración muy distintas?

Detrás de cada jamón del TOP 10 hay una historia distinta, pero todos comparten tres cosas muy claras: regularidad, respeto absoluto al producto, transparencia. Somos una empresa sin trucos. Y luego hay un intangible importante: son jamones que emocionan. Cuando un cliente abre una pieza y nos escribe para decir “este jamón me ha cambiado el concepto de ibérico”, sabemos que está en el tipo de liga que queremos en Mundibérico.

Cuando el consumidor compra jamón ibérico, ¿cuáles son los errores más frecuentes que detectáis? ¿Qué claves básicas debería conocer cualquiera para acertar incluso sin tener conocimientos previos?

Los errores más habituales que vemos son: comprar solo por precio o por la etiqueta más bonita. Confundir categorías (serrano, cebo, cebo campo, bellota, 50%, 75%, 100% ibérico…). No pensar en el uso: no es lo mismo un jamón para hacer tostadas que para una boda o para disfrutar en casa a con una compañía muy especial. Dejar la compra para el último momento y no tener margen de maniobra si algo falla.

Las claves básicas para acertar serían: Definir el para qué: regalo, celebración especial, consumo diario, detalle de empresa…Marcar un rango de precio realista: y, dentro de él, elegir la mejor calidad posible, para esto, más que el color de la brida influye mucho más la empresa que hay detrás pues, las bridas no dicen casi nada del jamón. Comprar en un sitio que dé la cara: nuestra garantía 100% de satisfacción existe justo para eso; si no te gusta, te devolvemos el dinero. Esa seguridad cambia completamente cómo se toma la decisión. Seas como seas, hay un jamón esperándote. El truco está en saber cuál… y en eso es donde metemos nosotros la cabeza.

¿Cómo ayuda Mundibérico a simplificar esa decisión al cliente final, especialmente a quienes no son expertos, gracias al uso de datos y a vuestra experiencia conjunta?

Nos tomamos muy en serio que alguien que no distingue todavía un serrano de un 100% ibérico de bellota pueda acertar igual que un experto. Lo hacemos de varias formas: con un catálogo mimado, un uso intensivo del dato, información detallada en la ficha de producto y, sobre todo, el acompañamiento humano. Detrás de la web hay jamoneros de verdad. El cliente puede escribirnos, mandarnos audios, fotos de la pieza… y le guiamos como si estuviéramos en el mostrador, pero con toda la información en pantalla. Y hay un punto clave: asumimos nosotros el riesgo con la garantía 100% de satisfacción. Eso hace que el cliente pueda subir un escalón de calidad sin miedo a equivocarse.

Víctor, vienes del mostrador y de hablar cada día con miles de personas; Rafa, del mundo empresarial, tecnológico y del ecommerce. ¿Cómo se combina esa mezcla de oficio, influencia y ejecución para crear un modelo que ya gestiona 90.000 clientes y aspira a un 15% de la cuota online?

Mezclamos el campo con la programación. Venimos de recorridos profesionales muy distintos, pero complementarios: uno de nosotros ha cortado miles de jamones en mostrador y ha tratado cada día con todo tipo de cliente además, se ha convertido en uno de los mayores de creadores de contenido del país; el otro viene de la empresa, la tecnología y el e-commerce, con experiencia en cría y elaboración.

Esa mezcla se traduce en tres cosas muy concretas: un producto impecable, una capacidad de influencia en base a una comunidad muy grande capaz de mover el comportamiento de compra, así como una serie de procesos, tecnología, logística y datos que escalan un modelo de Marketplace que conecta productores y cliente final.

Gracias a esa combinación nos hemos consolidado como el marketplace de referencia y nos marcamos un objetivo muy claro: el año que viene queremos alcanzaremos sin problemas el 15% de cuota de mercado, pero nuestro objetivo es cerrar con un 30. No es una frase motivadora, detrás hay una estrategia.

En la selección de 2025 aparecen tanto marcas consolidadas como elaboradores menos conocidos que están haciendo las cosas excepcionalmente bien. ¿Cómo trabajáis con ambos perfiles y qué criterios compartidos buscáis siempre?

Nos encanta que en la misma lista convivan nombres históricos con proyectos emergentes que lo están haciendo de forma espectacular. Con cada perfil trabajamos distinto. A las marcas consolidadas les ayudamos a trasladar su prestigio de bodega al mundo digital: isibilidad, posicionamiento, storytelling y una experiencia de cliente a la altura de su nombre. Mientras, con los productores menos conocidos, muchas veces tienen un producto de diez y muy poca marca. Ahí les ofrecemos un escaparate con credibilidad, acceso a clientes que nunca llegarían solos y datos para que entiendan mejor su propio negocio. A todos, grandes o pequeños, les pedimos lo mismo: calidad constante, transparencia en lo que venden, compromiso con el cliente y con nuestro estándar de servicio. Si cuidan al cliente, Mundibérico les cuida a ellos. Si no, por muy bueno que esté el jamón, no tiene sitio en nuestra selección.

Si cuidan al cliente, Mundibérico les cuida a ellos. Si no, por muy bueno que esté el jamón, no tiene sitio en nuestra selección.

A partir de vuestra relación directa con productores y marcas, ¿de qué forma podéis ayudar a restaurantes, hoteles o gastrobares a elegir mejor sus jamones y evitar decisiones que suelen llevar a una mala experiencia en sala?

Lo decimos claro. La mayor competencia de cualquier marca de jamones es un mal jamón. Nada nos duele más que ver una ración de jamón mediocre a precio de oro en un restaurante. Cuando eso pasa, pierde el hostelero, el cliente, la marca y el propio jamón. Nosotros ayudamos a los negocios de hostelería a elegir el proveedor adecuado, negociar los mejores precios por ellos y llevarles la logística. Además, analizamos su demanda, tipo de cliente y montamos una “estrategia de jamón” a medida para cada proyecto. El objetivo es que el jamón sea siempre un “wow” en la mesa, nunca un motivo de queja en una reseña.

De cara a 2026 y más allá, ¿hacia dónde queréis llevar Mundibérico? ¿Qué significa para vosotros convertiros en la referencia absoluta cuando alguien piensa en comprar un gran jamón online y consolidar esta selección como un estándar anual del sector?

Nuestro objetivo es sencillo de explicar y muy ambicioso de ejecutar: que cuando alguien piense “quiero un gran jamón por internet”, automáticamente piense en Mundibérico. Igual que hay marcas que se han convertido en sinónimo de buscar en internet en su categoría, queremos ser sinónimo de comprar jamón bien elegido. Para ello, queremos consolidar el TOP 10 como la referencia anual del sector, seguir entrando en nuestra plataforma los mejores productores y seguir avanzando en la parte tecnológica, para que todo dependa de nosotros, tanto lo bueno, como lo malo

Nuestro siguiente reto es desplegar al máximo nuestra solución logística para llegar cada vez más lejos, y, a nivel de negocio, cerrar el año que viene con un 30% de cuota del mercado online de jamón ibérico en España. Si lo hacemos bien, ganamos todos: el productor, que ve crecer su marca; el cliente, que acierta siempre; y un sector que por fin comunica con la misma excelencia con la que cura sus jamones.

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