Cuando el empresario Richard Mille y su socio Dominique Guenat mostraron en 2001 el primer fruto de su asociación, el reloj RM 001 Tourbillon, dejaron claro que lo suyo sería construir una marca de joyas para hombre. Muy complejo, aquel ejemplar primigenio surgió de la fascinación por la tecnología, el diseño, la ergonomía y los coches de carreras de Mille. Pero, a medida que los modelos pensados para ellas se fueron introduciendo en el catálogo de la enseña, a partir del RM 007 Automático de 2005, sus responsables fueron percatándose de que las mujeres estaban cada vez más preparadas para apreciar el trabajo mecánico que había detrás de sus relojes.
«En el momento en el que empecé con la marca, una de mis primeras misiones fue atender al segmento femenino. Y rápidamente comprendí que, durante mucho tiempo, en la relojería se pensó que las mujeres solo querían diamantes hermosos, cosas bonitas. Ninguno de nosotros se había tomado el tiempo de introducirles en el mundo de los mecanismos. Cuando uno lo hace y les explica los aspectos técnicos, se da cuenta de que, al final, están mucho más interesadas que ellos. En la fábrica, a menudo nos hacen muchas más preguntas y más técnicas», dice Amanda Mille, directora de marca y asociaciones estratégicas de Richard Mille.
Esta relojera independiente de éxito es una de las pocas que habla a las mujeres de tú a tú, ofreciéndoles instrumentos para medir el tiempo que no han sido previamente pensados para los hombres, si bien su producción femenina representa una parte pequeña del total, alrededor del 30%. «Hemos llegado a un equilibrio muy interesante para una marca reconocida principalmente por su línea masculina. Nunca tuvimos la idea de sustituir a los hombres, sino de seguir trabajando en ese equilibrio y, sobre todo, de asegurarnos de seguir desarrollando productos muy técnicos tanto para mujeres como para hombres. Todos nuestros clientes encuentran lo que buscan».

Los relojes de mujer de Richard Mille transmiten fuerza y pasión, y están dotados del espíritu vanguardista que respira toda el catálogo de la firma. Desde el principio, hace 25 años, dieron rienda suelta a la creatividad de sus diseñadores para idear ejemplares imaginativos muy reconocibles con una característica caja con forma de tonel de líneas curvas y la arquitectura calada de sus calibres de titanio. Particular trascendencia han tenido los miembros de las líneas RM 037 y RM 07-01, pues condensan la esencia de la femineidad según Richard Mille y otorgan un carácter único a quienes los lucen.
Diamantes, esos grandes aliados
Cada una de estas creaciones se distingue por una esfera finamente engastada con diamantes y realzada por una piedra ornamental (ónice, jaspe, nácar…), engastada o revestida de Carbon TPT, un compuesto resistente y ligero, inédito en relojería hasta que la marca lo empleó, que se fabrica cortando fibra de carbono en capas ultrafinas y apilándolas en ángulos específicos antes de someterlas a alta presión y temperatura.



Los diamantes también son grandes aliados para intensificar el refinamiento de estas piezas, y en su diálogo con el oro, la cerámica o el Carbon TPT ofrecen muchas posibilidades. Por ejemplo, las gemas que iluminan el bisel y la esfera en Carbon TPT de la colección Intergalactic son resultado de una proeza técnica hecha con herramientas concebidas a medida. Los 181 diamantes del RM 07-01 Starry Night, de formas y proporciones diversas, se engastan en garras de oro pulidas a mano antes de ser insertados, uno a uno, en el Carbon TPT.
El RM 07-01 en oro blanco, realzado por un engaste de tipo nieve, se presenta sobre un brazalete gourmette (una cadena trenzada) engastado con diamantes que prolonga las líneas de su caja de oro blanco y se acentúa con toques de oro rojo. Y en el RM 07-01 en oro blanco con engaste baguette, el oro blanco con pavé crea un efecto tono sobre tono acentuado por los acabados antracita del movimiento automático CRMA2.


Arriba, el RM 037 en oro rojo con engaste nieve contrapone la poesía de un pavé de diamantes con la mecánica contemporánea de su calibre automático CRMA1. Porque a la mujer Richard Mille no le hace falta seguir las tendencias ni adornarse en exceso para destacar o afirmar su identidad. Su reloj le acompaña en el día a día y en los momentos más elegantes, con precisión y realzando su silueta. Ya sea con los modelos mencionados o con la audaz y divertida colección Bonbon (caramelo en francés), con la RM 07-04 Automatic Sport o con las dos líneas Talisman, dotadas con el primer calibre tourbillon automático de diseño propio de la casa.

