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El valor de la empatía

“Mi historia personal está en el origen de todo lo que hacemos en Tambre”, confiesa Inge Kormelink. Tras un accidente, los médicos le dijeron que sería muy difícil que pudiera quedarse embarazada de manera natural. “Años después, gracias a la medicina reproductiva, tuve a mis tres hijos”. Ahí entendió el valor de la ciencia: “Y de sentirme escuchada y acompañada”.

Por eso, lidera Tambre con un foco científico y humano: “Sé lo que significa esperar, dudar, tener miedo y volver a confiar”. CEO de Grupo Tambre desde 2018, su visión internacional y estratégica ha transformado la compañía en referente europeo en medicina reproductiva avanzada. ¿Cómo? Cita las claves: “Tecnología avanzada, un equipo altamente cualificado y atención personalizada. Y multilingüe”.

Con visión estratégica, conjugando ciencia y trato humano, Inge Kormelink ha convertido el grupo en un referente internacional en fertilidad

Tambre, fundada en 1978 en Madrid, es hoy “un centro de excelencia con pacientes de todo el mundo, procedentes de más de 100 países”. Kormelink, con una larga trayectoria como directiva en el sector de la fertilidad, ha liderado esta metamorfosis. Bajo su dirección, el grupo ha quintuplicado su crecimiento y se ha expandido con Tambre Alicante, uno de los centros de fertilidad más innovadores de Europa, con un marcado enfoque internacional y humano. Con un 90% de liderazgo femenino, el éxito del grupo se apoya en la ciencia y los resultados -aplican IA y genética avanzada-, “pero sin empatía no hay medicina reproductiva posible”, recalca.

Anima a no rendirse. Una amiga holandesa, tras 18 tratamientos fallidos, acudió a Tambre: “Aquí no me trataréis como un número”. En octubre nació Cas: “Su historia resume el espíritu de Tambre, especialista en casos complejos: unir innovación, conocimiento y humanidad para transformar la esperanza en vida”.

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