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Forbes Talks | “Educación, empleabilidad y talento en el ámbito de la salud”

La formación de profesionales sanitarios, la integración de nuevas tecnologías y el equilibrio entre habilidades técnicas y humanas marcan el futuro de un sector vital para todos.

Fotografía: David Agüero

Hace apenas unas décadas, la formación en el ámbito de la salud se basaba en un modelo rígido y tradicional. La enseñanza teórica predominaba, mientras que la práctica quedaba relegada a un segundo plano. Sin embargo, hoy la realidad es distinta: las universidades han evolucionado, las habilidades interpersonales han cobrado relevancia y la tecnología está marcando un punto de inflexión en la forma en la que los profesionales sanitarios se preparan para el futuro.

Para analizar este panorama, Forbes House acogía el pasado 1 de abril un nuevo encuentro de Forbes Talks con destacados expertos en educación y salud. La moderadora, Belén Chiloeches, dirigió una conversación protagonizada por Tomás Chivato, Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad CEU San Pablo; David Baulenas Parellada, director corporativo y de Asistencia, Calidad e Innovación de Vithas; Esther Estepa Saro, directora corporativa de Personas, Docencia e Investigación de Viamed; y Olga Ginés Ferrero, directora gerente del Hospital Beata María Ana de Hermanas Hospitalarias.

El consenso entre los participantes fue claro desde el principio: los nuevos médicos y enfermeros cuentan con una sólida base técnica, pero el verdadero desafío es la adquisición de experiencia y habilidades interpersonales. «Salen bien preparados porque los planes de estudio están muy estructurados y se cumplen. Sin embargo, las carreras sanitarias requieren un aprendizaje continuo: es estudiar toda la vida», aseguró Tomás Chivato desde su experiencia en CEU San Pablo.

Olga Ginés, del Hospital Beata María Ana, resaltó el gran reto de la práctica clínica: «La base teórica en medicina es sólida, pero la práctica va ganando terreno. Lograr el expertise profesional es el gran desafío, especialmente en las soft skills, que son las más difíciles de desarrollar». Además, añadió: «El reto es que aprendan a gestionar la presión, el estrés y las emociones que conlleva el trato con pacientes y familias. No todo se aprende en un aula».

Representando a Vithas, David Baulenas incidió en la importancia del desarrollo humano en el proceso de formación, destacando que la residencia es el momento idóneo para reforzar estas capacidades: «Las soft skills no son innatas, por eso hay que trabajarlas, ya que además refuerzan la esencia del juramento hipocrático».

Una visión que compartió Esther Estepa, de Viamed, quien subrayó la necesidad de un equilibrio entre técnica y humanidad: «En su primera sustitución en una UCI o un quirófano, enfrentan momentos de gran tensión, y deben estar preparados». También destacó en su primera intervención que las nuevas generaciones “vienen con más capacidad para enfrentarse al hospital que en años anteriores».

Más humanos gracias a la tecnología

En la búsqueda de una medicina más cercana y eficiente, el papel de la tecnología es clave. «Hay que dar más tiempo al profesional, sobre todo en atención primaria. La tecnología debe servir para que los médicos no pasen la consulta tecleando, sino atendiendo», enfatizó Tomás Chivato. Esther Estepa subrayó la importancia de la eficiencia: «La tecnología nos va a ayudar a ser más eficientes en todas las fases del proceso asistencial».

En este sentido, Olga Ginés insistió en la necesidad de desburocratizar la profesión médica: «Debemos dotar a los sanitarios de herramientas como la inteligencia artificial, que no necesariamente tiene que deshumanizar la atención. Todo lo contrario. Ya se está probando y los resultados indican que les permite dedicar más tiempo a tratar al paciente».

Sin embargo, la tecnología por sí sola no basta. «Es cierto que la inteligencia artificial será de gran ayuda, pero no podemos olvidar la importancia de la formación en entrevista clínica. Los médicos debemos interrumpir menos al paciente y dejarle explicar su historia», advirtió David Baulenas. Un aspecto que reforzó Tomás Chivato con un dato revelador: «De media, interrumpimos al paciente cada 16 segundos».

Inteligencia artificial: la gran aliada

David Baulenas ejemplificó la utilidad de la inteligencia artificial en los consentimientos informados: «En Vithas lo hemos aplicado a los documentos que explican los riesgos de un procedimiento. Pedimos a ChatGPT que los analizara y, según la escala europea de entendibilidad, solo los entendías si tenías estudios universitarios. Así que pedí que me los redactara para que los entendiera un niño de 12 años». En este sentido, Tomás Chivato compartió una peculiar anécdota: «Hicimos un estudio en el que poníamos una cláusula en el consentimiento informado que decía ‘dono a mi hijo a este hospital’’. Y la gente firmaba».

Para Olga Ginés, es clave evaluar la IA en todos los ámbitos: «Es algo ante lo que no te puedes poner de espaldas. Va a facilitar mucho la vida de las personas. Nosotros lo estamos aplicando a la atención desde casa y otros aspectos como la radioterapia, como complemento al ojo clínico, sin deshumanizar». 

Por su parte, Esther Estepa subrayó su potencial en la interpretación de datos: «Hay herramientas capaces de analizar los picos de azúcar en un diabético y entender que es porque es Navidad y ha comido un polvorón». David Baulenas añadió: «Estamos viendo que con IA podemos detectar por la expresión de una persona si va a tener un infarto o un ictus»

En cuanto a los problemas éticos que puede generar,Baulenas destacó cómo la IA puede reforzar los principios del juramento hipocrático: «Será la última revolución en la relación médico-paciente. Venimos de un gran paternalismo y va a reforzar la autonomía del paciente». Olga Ginés señaló la necesidad de dar continuidad a estos avances: «Hay un puente tendido al que hay que dar continuidad».

Pero la tecnología no es el único reto al que se enfrentan los profesionales de la medicina. Esther Estepa destacó la necesidad de que los sistemas se adapten a la longevidad y las cronicidades. “Nos estamos orientando a una medicina lo más predictiva posible». Por su parte, David Baulenas puso en valor la capacidad de la IA para optimizar recursos: «Nos va a ayudar a estratificar las necesidades de nuestra sociedad. Un 20% de los ciudadanos consumen el 80% de los recursos. La IA va a ayudar a dar a cada paciente lo que necesita en cada momento».  Tomás Chivato insistió en que tenemos que avanzar en educación y prevención. “3 de cada 10 madrileños todavía fuma. También hay que luchar contra el sedentarismo y el sobrepeso».

Universidades: el papel clave en la formación integral

Más allá del conocimiento técnico, las universidades juegan un papel esencial en el desarrollo de las competencias interpersonales de los futuros sanitarios. Olga Ginés explicó cómo desde las facultades se trabajan estas habilidades mediante simulaciones: «Ponemos a los alumnos en situaciones en las que practican una comunicación efectiva con los pacientes. Tienen que tener claro lo que se espera de un profesional sanitario en las situaciones más complicadas. Hay gente que lo tiene innato, pero otras muchas deben practicarlo».

La formación médica, además, no se detiene al finalizar la carrera. «Es una profesión emocionalmente dura. De vez en cuando hay que reciclarse, pasar por boxes, no solo a nivel técnico. Nosotros mismos deberíamos hacerlo», advirtió David Baulenas. En la misma línea, Tomás Chivato subrayó la importancia del autocuidado: «Insisto a mis alumnos en que también se cuiden mucho a sí mismos. El cuidador también se tiene que cuidar». Un recordatorio clave en un sector en el que la vocación y la exigencia pueden llegar a poner en riesgo el bienestar de los propios profesionales.

La importancia de las prácticas

Todos coinciden en que las prácticas no son un complemento, sino un pilar en la formación médica que genera mejores médicos. «Por algo los profesionales de nuestro país son tan valorados en el extranjero», afirmó Tomás Chivato, destacando el rigor del modelo español. David Baulenas añadió una capa de responsabilidad compartida: «Tenemos el deber de guiar a los alumnos con una docencia de calidad. La clave está en unir universidad y hospitales mediante líneas de investigación que enriquezcan ambos ámbitos».

Olga Ginés, por su parte, celebró el dinamismo que los estudiantes aportan a los centros: «Verles en nuestros pasillos es un ‘chute de vida’. Ellos ganan experiencia real; nosotros, la frescura de su mirada». Sin embargo, Esther Estepa recordó que el sistema no es infalible: «Debe ser más flexible. Cada año aprendemos a organizarlo mejor, y yo, como docente, evoluciono con cada curso». Baulenas coincidió en que la presencia estudiantil desafía a los profesionales: «Tenerles aquí nos tensiona, pero nos obliga a estar actualizados. Es una presión sana, necesaria».

Chivato, no obstante, señaló un talón de Aquiles: «El MIR sigue siendo demasiado teórico. ¿De qué sirve dominar libros si no evaluamos habilidades como el liderazgo o la resiliencia?». Estepa cerró con una meta ambiciosa: «Nuestro reto es ser el hospital donde los alumnos elijan hacer prácticas. Eso exige no solo equipos punteros, sino entornos donde se sientan inspirados para cuidar».

La investigación: entre la excelencia y el enfoque práctico

En cuanto a la labor de investigación, David Baulenas ahondó en la colaboración institucional: «Las alianzas con universidades son clave, especialmente al abrir líneas de doctorado y posgrados. Nosotros mentorizamos a quienes tienen vocación investigadora pero aún no encuentran su camino. Esto nos ha permitido alcanzar más de 250 publicaciones y 100 ensayos clínicos en pocos años». Sin embargo, advirtió: «Fomentar la investigación por inercia, sin una visión clara, tampoco es productivo».

Olga Ginés enfatizó la necesidad de priorizar: «No se puede investigar sobre todo. Hay que seleccionar con rigor adónde van los recursos. Cada proyecto debe tener un impacto directo en el bien del paciente; esa es nuestra responsabilidad ética». Esther Estepa cerró con un enfoque personalizado: «La oferta debe ser ‘a la carta’. Muchos profesionales tienen inquietudes específicas, y nuestro deber es apoyarles creando estructuras que los vinculen a universidades, liberándolos de cargas administrativas. Solo así convertimos ideas en avances tangibles». Por su parte, Tomás Chivato destacó la urgencia de impulsar la formación de nuevos investigadores: «Es fundamental tener más doctores. Somos el segundo país del mundo en investigaciones clínicas, pero eso no basta si no garantizamos continuidad».

Grandes retos en una frase…

  • Tomás Chivato: «Tenemos que esforzarnos en formar no solo buenos médicos, también médicos buenos».
  • David Baulenas: «Formación técnica y humanística, ese es el binomio clave del futuro».
  • Esther Estepa: «Tenemos que aprovechar al máximo las altas capacidades de nuestros alumnos».
  • Olga Ginés: «De lo que se trata es de conseguir profesionales altamente competentes y profundamente humanos».

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